JUSTICIA - MISA
JUSTICIA: Es la consecuencia de acercarse o alejarse del Amor. Y en el plano estrictamente humano: Es el resultado de la "ley de la causalidad".
No existe una "justicia divina punitiva" porque no existe el castigo de Dios. Existen las "consecuencias" de nuestras decisiones conscientes o inconscientes. Y siempre cabe la posibilidad de rectificar en las decisiones subsiguientes.
Hay "consecuencias" que se pegan al
cuerpo o al alma de forma definitiva (que se lo pregunten a los parapléjicos,
fumadores o alcohólicos, por ejemplo).
Una buena imagen de Dios es el sol (sin los efectos físicos nocivos). La influencia divina siempre es positiva y depende de nuestra libertad. El que aprovecha sus múltiples beneficios avanza hacia su felicidad (plenitud humana). El que huye del Sol y decide vivir en la caverna (las muchas cavernas de la vida) terminará mal, será "castigado" por las consecuencias de sus decisiones, pero nunca por la mano divina.
Las "leyes de la naturaleza" son el campo de juego de nuestra libertad. Quienes las transgreden, antes o después, sufrirán las "consecuencias". Muchos de los sufrimientos humanos (individuales o sociales, incluida la pobreza) son transgresiones que llevan inexorablemente implícitas las "consecuencias".
Todo está en la naturaleza interior o exterior. La primera "ley" sería utilizar la "inteligencia, voluntad y libertad" (el parecido con el Creador) y demás dones personales derivados. Sin eso, no hay persona humana, sino animal instintivo (en más o menos grado) con las negativas "consecuencias" resultantes.
Y existe el "instinto religioso", derivado de nuestra "fragilidad humana", de nuestro "miedo" y de nuestra "pasión por la cofradía" o fanatismo. Esa "religión instintiva" NO nos eleva, sino que nos degrada, porque es un "placebo" con que minorar nuestros "miedos, inseguridades y carencias", por mucho rito, norma o estética con que se arrope.
La mayoría de católicos es la única religión que conocen y
practican, porque es la que promocionan las estructuras oficiales. Es el famoso
"opio
del pueblo". Una minoría logra dar el salto a la
espiritualidad.
No existe la tan cacareada "justa igualdad" de los que manipulan al Pueblo y reducen a las personas a "animales rumiantes". Ni existe un "derecho a la igualdad" en la naturaleza, sino todo lo contrario. Ese es el gran error del Comunismo, cuyas "consecuencias" fueron, son y serán siempre nefastas porque van "contra natura".
El cultivo de los "dones personales" (que ya son distintos) y el uso de la "libertad individual" marcarán siempre la diferencia entre unos y otros. (La fábula de la "cigarra y la hormiga" puede ser una imagen de lo que digo).
Esta "desigualdad de la naturaleza" no contradice en absoluto la ley de la solidaridad, compasión y gratuidad, presentes en el ADN de los seres humanos y otras especies.
De las agresiones (físicas o morales) de los seres humanos no nos puede librar Dios. Es necesaria "nuestra propia defensa" (a veces basta con saber decir NO) y una "organización social" equilibrada que se ocupe de preservar a todos de los excesos de algunos. Es lo que llamamos "Sistema Jurídico" que, básicamente, es la garantía del "respeto" entre los seres humanos.
Los "diez mandamientos de Moisés" son un primer ejemplo de ordenamiento jurídico breve y lúcido. No proceden de ninguna tabla divina, sino de la "inteligencia y experiencia" de Moisés, un personaje ejemplar en la instauración de un "camino de humanización".
Tuvo que apoyarse en una "Teocracia", propia de la época, y adjudicar a Dios sus decisiones porque si no, le hubieran desobedecido o eliminado. Esta es la realidad histórica sin mitos, sin magias, sin supersticiones, tan preferidas y extendidas por las religiones.
Querer alargar al presente una "Teocracia", más o menos explícita, es un grave error y una mentira. Por desgracia, cultivada en nuestra Iglesia por los "moisés redivivos" y sus auto poderes. Lo que no contradice la conveniencia de "códigos concretos de conducta" que ayuden a discernir nuestros actos en escenarios determinados.
Pero adjudicar a Dios todos los mandatos de la Jerarquía, incluso con penas eternas (pecado mortal y al infierno), es un abuso que nos retrotrae a un primitivismo anticristiano. No es de extrañar que muchos abandonen y se salgan de un "prehistórico circuito católico".
¿Verán esto los Obispos?
Las cosas de aquí abajo están confiadas por el Creador a los humanos porque nos han creado "autónomos y libres". Por eso somos los humanos los que debemos resolverlas con decisiones inteligentes, tanto individuales como colectivas.
A eso nos deberían ayudar, iluminar y motivar. Eso es lo que significa "apacienta mis ovejas" (alimenta) y no empujarlas a pastos contaminados o envenenados.
¡Cuánto bien harían las religiones si ayudasen más a pensar, discernir y decidir que a creer en mitos, magias y supersticiones!
Ésta es mi definición, pero NO la realidad que se predica y se vive. ¿Por qué si no, hay una mayoría que abandona?
Algunas de las causas son éstas:
- La composición formalista y abstracta de las oraciones.
- La escasa participación del Pueblo.
- La abundancia de inútiles peticiones.
- La inadecuada selección de lecturas (muchas contrarias al Evangelio).
- La insistencia en la magia.
- La pobreza de las homilías.
- Los conceptos falsos y tradicionales con los que han querido ensalzar este rito no consiguen alimentar, sino que potencian la "imaginación mágica tradicional".
Resumiré algunas "definiciones negativas" que pueden evidenciar las incoherencias que se han ido pegando a este rito principal del catolicismo. No son negaciones gratuitas. Son pura coherencia con el Evangelio y sensata racionalidad.
- NO es un "sacrificio" ni la "memoria de un sacrifico". Jesús NO dijo: Haced esto en memoria de mi condición de judío y repetid los ritos de los judíos. Dijo todo lo contrario: "A vino nuevo, odres nuevos". Llamar "sacrificio" a la Misa católica es una contradicción, impuesta por el "poder omnímodo" que se arrogan los jerarcas en contra del Evangelio (una más).
- NO es la "renovación incruenta del sacrifico de la cruz".
¿Pero de dónde han sacado esa idea? ¿Cómo nos lo hemos tragado y nos hemos dejado contaminar? Por lo de siempre: No pensamos, no somos libres, nos dejamos conducir a ciegas por ciegos.
Quienes eso predican tienen un problema de calendario. ¿Cuándo dijo Jesús "haced esto en memoria mía"? En la última cena, un jueves. La cruz le llegó al día siguiente. Pero es que, además, si fuera "memoria de la cruz" sería tanto como renovar un "asesinato político".
Un día, después de que un Cura ya mayor, explicase esa "renovación de la cruz" en Misa, me fui a la sacristía y le expuse claramente que yo no había ido a celebrar ningún asesinato y menos el de Jesús. Se quedó el hombre callado y pensativo. (Si los fieles fuéramos "fieles" de verdad, deberíamos alzar la voz y no callarnos pasivamente).
- NO es una plataforma para injuriar a Dios y acusarle de ser sordo o no tener memoria ("óyenos" - "acuérdate") o de ser impasible ("ten misericordia") o de ser un "dios mejorable", con menos bondad que sus múltiples Vírgenes y Santos, por quienes debe ser empujado mediante "intercesión".
- NO es el departamento de reclamaciones al que acudimos para insistir en que "nos resuelvan" todo lo que nos corresponde resolver a nosotros dentro de nuestra autonomía y libertad humanas.
- NO es la terraza de un Bar en la que demandas lo que te apetezca al camarero y éste te trae lo pedido. Por desgracia, esta es la realidad. Vamos a Misa fundamentalmente a pedir.
Pero NO existe un "camarero divino", ni siquiera para tomar nota. Nuestra existencia terrena es "autónoma y libre" (o debería serlo) y somos nosotros los que debemos ocuparnos de resolver nuestros asuntos. Aunque bien pertrechados en el interior con los medios suficientes, empezando por la inteligencia.
- NO es una obra de "teatro leído" para difundir ideas y palabras "contrarias al Evangelio", bajo la falsa excusa de que son "palabra de Dios".
Muchas de las lecturas del AT contradicen al NT. Incluso las del NT se contradicen entre sí, salvo que se sepa explicar el significado de las "letras" y se descubra el "mensaje". Los creyentes de rutina ni se enteran. Los que piensan un poco terminarán esquizofrénicos o abandonarán.
La Misa se ha convertido en el rito para expulsar a los católicos de las iglesias. Estos días estoy leyendo perfiles de personas católicas. Me está sorprendiendo que todos agregan "no practicante" o "practicante ocasional". Conclusión: Lo que debería ser fuente de LUZ, ENERGÍA, renovación de la ADHESIÓN y la FRATERNIDAD, se ha convertido en el "vomitivo" del catolicismo.
- NO es una sesión de magia en la que se convierte un poco de pan y vino en carne y sangre por las "palabras mágicas" de un sacerdote.
Esto es lo que más me ha costado racionalizar y aceptar. Porque el "ambiente humano" en que hemos crecido, las "amenazas de pecado" y el "consuelo imaginativo" de tener al Creador en la mano, tienen una fuerza de sugestión tremenda.
Me he pasado horas delante de un sagrario. Hasta que mi proceso de liberación y la certeza de estar habitado realmente, me han alejado de los "ídolos de oro y plata" en que se pretende encerrar a Dios.
Del "no te harás escultura ni imagen alguna de lo que
hay arriba en el cielo" (Ex 20,4 - Dt 5,8) hemos pasado a tener a Dios bien cogido y encerrado en millones de
armarios por la "magia"
instaurada a través de una "tradición de barro". Porque así no
fue al principio del cristianismo, ni mucho menos.
No puedo extenderme más. Terminaré diciendo que el forzamiento de la "transubstanciación", tan irracional como ridículo, podría haberse evitado con haber reconocido la "transignificación" (cambio del significado), más coherente con el "sacramento" sinónimo de "signo" y nunca de "magia".
Se debería insistir en que este "signo" no es más que el recordatorio de la presencia del "Dios Inmanente" que nos habita, ilumina y fortalece. Eso es lo realmente importante, verdadero, vital y experiencial. Naturalmente, los fanáticos de Trento me condenarán y enviarán a la hoguera.
A poco que se esté atento a nuestras Misas, se comprobará la urgencia de un cambio radical para que sean de verdad alimenticias para los fieles.
La realidad es que la mayoría va a Misa (con su cuerpo pero no con su espíritu) por la amenaza de "pecado mortal" y sus consecuencias. Los más religiosos van a orar y les sirve de "placebo" de una religión ritual, porque no les ofrecen otra y les han dicho que ésta es la cumbre de la oración. Algunos descubren por ese camino al "Dios Inmanente" que llevan dentro y posiblemente se van alejando del rito.
Toda reunión de fieles debería tener como finalidad
la difusión de la LUZ de Cristo y la MOTIVACIÓN para seguirla y administrar
nuestras vidas. Eso sí es "hacer memoria real".
Los recibirás en tu correo-e gratuitamente.
1 comentario:
Tu diccionario sigue siendo muy claro, Jairo! Coincido totalmente contigo y te agradezco que lo hayas escrito...
Gracias!!
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