Dios NO es la Gran Marioneta sino la Atmósfera que te da vida
¿Nuestro
Dios es Dios?
¿Es ACTIVO, autónomo y libre? ¿O es un ser PASIVO al que manejamos con los
hilos de la oración insistente para moverle a cumplir sus deberes?
¿Será
un Padre volcado siempre por sus criaturas? ¿O será una "marioneta sagrada" a la que damos "bondadosas instrucciones" a través de los hilos de la
oración?
Os
invito a prestar atención a las oraciones litúrgicas y comprobar que la gran
mayoría pretenden MOVER a Dios. Le tratan como a una Gran Marioneta omnipotente
que, gracias a nuestros tirones, se moverá y actuará.
Ese es el mayor error
de los creyentes. No nos han enseñado a identificar quién es y cómo es el Padre. Ni nos han motivado
a buscarle en el interior, ni a ser fieles al Abba revelado por Cristo. Se
conforman con que seamos fieles "al
pie de la letra" a lo que manda el Clero. Y nos tienen sumidos en una "Iglesia infantil" que cree en
los Reyes Magos, en los Santos milagreros o en las Vírgenes curanderas, etc.
Lo importante es que
tengamos "fe", cuanto más
irracional más grande es la "fe",
no importa en qué o en quién. Todavía se exigen dos milagritos para
canonizar a un santo. ¿Esa tacañería es la gran prueba de santidad? A los que
nos atrevemos a pensar nos llaman "racionalistas",
"incrédulos", "herejes"… Cuando el uso de la
inteligencia es la mayor prueba de fidelidad al Espíritu Santo.
Me propongo demostrar
en esta meditación -continuación de la anterior- que gran parte de nuestro
CREER y nuestro ORAR son absurdos, es decir, irracionales. Son contrarios a la
"inteligencia", don del
Espíritu Santo y nuestra principal herramienta humana.
En estos tiempos tan
pragmáticos y racionales querer mantener una "fe mítica y sometida" es un gravísimo error. La existencia de
Dios es evidente para cualquiera que sepa utilizar la cabeza y palparse la
ropa. De la NADA no sale NADA.
Lo
absurdo es seguir creyendo e imponiendo una "imagen
de Dios" judía, bárbara, humanoide y contraria a la razón. La religión
es para "religare", volver
a unir a la criatura con su Fuente límpida, positiva, inagotable… Se les pedirá
cuentas a los que la han reducido a un "método
breve y ritual" de conseguir prebendas y anestesiar conciencias.
Tendrán que convertirse, es decir, rectificar para no conducirnos a una
religión momificada, inútil y residual.
Sin embargo, la
religión es esencial para el ser humano y forma parte de su ADN sicológico. Quien no ratifique
esta afirmación que observe un poquito la Naturaleza o analice su fragilidad
personal o se deje sentir sus profundas aspiraciones humanas.
Tenía
razón san Agustín: "Nos hiciste Señor para ser tuyos y nuestro corazón
está inquieto hasta que descanse en Ti". Por eso siempre he
predicado una "religión
humanizadora, positiva, luminosa y alegre". En "humanizadora"
está incluido el "racional".
Cada día estoy más convencido.
Meditemos
un ratito. No tengas prisa. Es un tema muy importante. A los rígidos y
tenedores de la "verdad
absoluta" no les recomiendo que sigan leyendo.
A un Dios ACTIVO le hemos convertido en un "dios pasivo y falso".
A
un Dios Misericordia infinita le
hemos transformado en un "dios distraído
y cicatero". Prestad atención a las preces de la misa, por ejemplo. O
comprobad con atención los "grandes
logros" que conseguimos con rimbombantes preces en millones de misas
diarias.
A
un Dios infinitamente bueno le
tratamos como a uno "malo y
cruel" (iracundo, tacaño, vengativo, impositivo, celoso, amenazante, castigador,
olvidadizo, ausente…). No hay más que oír bien los salmos de cada día, si la
rutina nos permite estar atentos...
Un "dios incoherente" es
rechazado espontáneamente por cualquier ser humano que piense un poco. Somos nosotros los
que expulsamos de nuestra Iglesia a las personas, no es que ellas sean peores
que nosotros.
Empecemos por escuchar
los argumentos de los ateos frente a nuestra "fe irracional". Ellos ven los enormes males del mundo y
dicen: "Si
existiera un Dios bueno, no permitiría estos desmanes". Miran
las catástrofes naturales y concluyen: "Imposible que exista un Dios mínimamente piadoso
que no evite estos dramas".
Los que han suprimido
a Dios de sus vidas o han abandonado toda religión lo han hecho con sentimientos
y argumentos muy sólidos. No son tontos. Muchos son inteligencias eminentes. Los
irracionales somos, a lo peor, muchos de los creyentes.
Además
nos han observado.
Y a la mayoría de los católicos nos han visto sometidos a una "clase clerical", que se
atribuye una autoridad divina, cuando ellos -los ateos- defienden la "libertad humana" como parte
de nuestra esencia. Y tienen razón.
No
digo nada si han tenido ocasión de experimentar, directa o indirectamente, los
muchos casos de prepotencia clerical, de mala educación, de contradicciones doctrinales
y hasta la ausencia de moralidad natural y cívica…
Para rematar el espectáculo,
nos ven de rodillas pidiendo favores y milagros, que raramente llegan. Deben de creer
-dicen- en un "dios indiferente, cicatero,
avaro, rácano y malhumorado". Y el colmo les llega cuando nos ven tan
complacidos con algún supuesto milagrito conseguido por una virgen o un santo
que, por fin, han arrancado alguna dádiva a ese "dios tacañón".
Si
la consecución del favor ha sido porque tenían una tía monja, un hermano fraile
o algún otro enchufe, entonces las cosas se complican. El "dios tacañón" en que creen éstos -siguen diciendo- no
solo es "roñoso" sino que
es "manipulable" y solo
atiende a los enchufados.
Luego no es Dios
porque no es absoluto e inmutable, como se supone en simple lógica, que debe
ser un posible Dios eterno y verdadero. Se trata de un "dios" relativizado, condicionado, influenciado y
manipulado por sus criaturas.
Es
pues un "dios imaginario y
absurdo" -sucesor de los dioses del Olimpo- que no puede existir más
que en la fantasía de esos creyentes ignorantes o fanatizados. En este mundo todo
es consecuencia, confluencia y complejidad de las fuerzas de la naturaleza y su
evolución -terminan diciendo-.
Henos aquí a los
cristianos en general
-no conozco otras religiones-, con sus Jefes al frente, convertidos en la mayor
fábrica de ateos, agnósticos, indiferentes y contrarios a toda religión.
Un
médico famoso, ateo y muy humano, me decía con total sinceridad: ¿Si yo pudiera hacer
alguno de esos "milagros"
que atribuyen a la oración o a la influencia de algún santo, tú crees que me
limitaría a hacer "un solo milagro"?
¡Dejaría el Hospital más vacío que el desierto!
No puedo creer, es
imposible creer, en ese "dios
mezquino y manipulable", al que vosotros pedís continuamente sin
resultado. Yo soy médico y busco el bienestar de las personas con total
determinación. Es más, te aseguro que si yo pudiera hacer "milagros" o "curaciones
inmediatas" no solo me volcaría por mis enfermos, curaría a todos,
hasta el último rincón del mundo.
Es imposible que un
Dios Todopoderoso sea menos misericordioso que yo. Por eso no creo en
vuestro "dios" y SÍ en la
capacidad, que tenemos todos los seres humanos, de evolucionar, de superarnos y
de hacer el bien.
Amigo mío, estoy de
acuerdo contigo -le contesté-. Pero NO es ese "dios" en el que yo creo. Por razones que
desconozco, en parte por no haberse despegado del arcaico judaísmo, nuestros
Jefes religiosos mantienen una imagen de Dios falseada:
Un "dios
sordo, distraído, manipulable y pasivo", al que hay que MOVER con
nuestras oraciones, al que hay que ARRANCAR los favores con continuas súplicas
y sacrificios, al que hay que CONVENCER continuamente para que nos ayude.
Para mí es
inexplicable que sigan formando a los fieles, conduciéndoles y rezando con
presupuestos absurdos y rígidos. Con tantos años de estudio, con tantas
facultades, con tantas estructuras eclesiales, con tantas personas dedicadas al
cuidado de los fieles, no puedo entender que sigan anclados -no todos- en unas
tradiciones religiosas, ya denunciadas en el Evangelio.
Han olvidado el "principio de evolución" del
ser humano
-que se cita en el Evangelio- y me temo que no han dado la misma importancia a
la oración personal y a la meditación como al estudio teórico o la mera erudición.
Han olvidado aquella conclusión a la que llegó el gran teólogo Tomás de Aquino
cuando, al final de una vida de estudio, confesó que "había aprendido más en la oración que
en los libros".
Yo creo en un Dios ACTIVO
y NO en el "dios pasivo, sordo y
olvidadizo"
(escúchanos, acuérdate, escucha y ten piedad) al que dedicamos la mayor parte
de nuestros ritos y oraciones. Realmente le rebajamos a todo lo que tú dices.
Tampoco
creo en un "dios
intervencionista" que tiene que curarnos, alimentarnos, dirigirnos,
castigarnos, conseguirnos metas, darnos regalos, etc.
Creo en un Dios
Torrente, volcado sobre sus criaturas, que nos lo dio TODO desde el principio y
que nos acompaña siempre. Pero que no interviene en el mundo directamente, ni
hace milagritos, para lucirse de vez en cuando.
Nos dio la libertad
con todas sus consecuencias y nos ha confiado la administración del mundo y de
nuestra vida personal.
Ese Dios no nos ha abandonado, NO, está presente en nuestro interior, en
nuestra inteligencia, en nuestra voluntad, en toda nuestra vida.
No hace falta llamarle para que baje. Está aquí, con nosotros. Lo que necesitamos es abrirnos a todas las capacidades que nos ha dado, cultivarlas, rentabilizarlas y administrarlas bien.
Nosotros somos los
administradores de este mundo, Él permanece oculto tras la Creación, pero muy
activo en nuestro interior, respetando siempre a sus hijos y sus decisiones.
Somos nosotros los que tenemos que discernir, decidir y actuar en el mundo, dirigidos por esa "inteligencia, energía y amor" que llevamos dentro y que es parte de la mismísima esencia de Dios. Somos "pequeños dioses" con los mismos genes de Dios.
Somos nosotros los que tenemos que discernir, decidir y actuar en el mundo, dirigidos por esa "inteligencia, energía y amor" que llevamos dentro y que es parte de la mismísima esencia de Dios. Somos "pequeños dioses" con los mismos genes de Dios.
Ese es el "tesoro de los humanos", el "reino de Dios" del
que habla el Evangelio. Somos nosotros lo que podemos y debemos hacerlo patente
y actuante en este mundo.
No existe un Dios al
que haya que "pedir piedad". No existe un Dios
al que haya que "pedir la paz".
La piedad y la paz ya residen en tu interior. Eres tú el que debe acrecentarlas
y manifestarlas.
Por
eso yo rezo en la Misa: "Señor Tú tienes piedad", "Señor Tú
nos das la Paz". Eso me recuerda que ya me lo dio y lo llevo
dentro. Y estoy llamado a acrecentarlo y manifestarlo, a parecerme a mi Padre,
a vivir desde esa "central de
energía" interior, a derramar por el mundo ese caudal.
Ese es un Dios muy
racional, muy comprensible, muy admirable y deseable. Te ha creado con "sus poderes" dentro (lo
puedes comprobar y lo puedes sentir si te sumerges). Te motiva continuamente a
que los ejerzas, los manifiestes y los siembres a través del "dinamismo de crecimiento" que
todos llevamos dentro (lo dice claramente el Evangelio, recuerda por ejemplo la
"mostaza" o el "sembrador"). Vamos a la
iglesia a fortalecer ese interior, a motivarnos, a salir iluminados, fortalecidos
y crecidos. (Pero nos obligan a "pedir"
a Dios que recuerde sus deberes, actúe, resuelva y nos saque las castañas del
fuego).
En ese Dios ACTIVO y PRESENTE sí podrías creer amigo ateo y sí podrías confiar. Un Dios que te crea con "inteligencia, libertad y voluntad" (a su imagen) y te respeta, te deja conducir y te deja elegir tu destino. De lo contrario NO serías libre.
Fíjate
lo que decía, ya al principio, nuestro apóstol Pablo: "Ya que lo que se puede conocer de Dios, ellos lo tienen a
la vista, pues Dios mismo se lo ha manifestado. Desde la creación del mundo, lo
invisible de Dios, su eterno poder y su divinidad, se pueden descubrir a través
de la inteligencia. Hasta el punto que no tienen excusa porque, conociendo a
Dios, no lo glorificaron ni le dieron gracias; por el contrario, su mente se
dedicó a razonamientos vanos y su insensato corazón se llenó de oscuridad" (Rom 1,19).
Y
lo enseña el Evangelio. Lee, por ejemplo, lo que dice de la Luz el primer
capítulo de Juan. Pero lo hemos olvidado. Y nos lo han cambiado por un "ídolo manipulable", que
nosotros hacemos bailar al son de influencias. E "inmisericorde" puesto que no se prodiga.
El amor
y todo lo que llevas dentro crece cuando lo manifiestas y entregas. Eres tú el "enviado de Dios" para construir
un mundo nuevo y feliz.
Me
llamarán "enemigo de la
Iglesia" por decir todo esto. Pero si esta mañana un periodista muy
católico decía del Papa Francisco que "cabalga
a lomos de un caballo cismático" qué puedo yo esperar…
Solo
sé que el Espíritu Santo actúa e ilumina a todos los católicos de buena
voluntad que buscan sinceramente. A esos pretendo ayudar. Los demás que me
tiren a la papelera.
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Este es mi nuevo Libro,
digital y gratuito. Son 5 fascículos independientes. Puedes pedirlos a jairoagua@gmail.com
Los recibirás en tu correo electrónico
gratuitamente.
por estos lados vendré a beber algo de tu sabias y cuestionantes propuestas, seguir invitando a la comunidad que acompaño a que también lo haga.
ResponderEliminarGracias amigo y hermano mío querido. En RD también podrás buscar todo lo ANTERIOR. El Blog sigue, aunque oculto. Estoy contigo y te sigo queriendo...
EliminarAquí me identifico con un acrónimo de mi nombre y apellidos. Antes te seguía con el nombre de Antonio Manuel.
ResponderEliminarHe visto tu último "post" en Religión Digital "Publicidad impertinente". La nueva WEB rompe, en mi criterio, la esencia de los "blogs" de los autores reflejados. Es normal que el "blogger" quiera obtener "retorno" sobre su texto expuesto, y esto la nueva WEB no lo facilita.
Religión Digital me parece una revista de noticias donde los "bloggers" hacen aportaciones sin más, como un articulista más.
¡Ah...! y sobre la publicidad, totalmente de acuerdo con tu postura.
Sobre el artículo aquí presentado, no deduzco la causa / efecto que se indica en el título. El ateo no cree en Dios, pero no tiene que ser el Dios que anuncia la iglesia católica. Hay otras iglesias cristianas.
ResponderEliminarEl ateo no cree en Dios porque no cree en la trascendencia de su propio ser. Desde el pensamiento humano, hay tantas razones para creer como para no creer en Dios. Solo los "autosuficientes" se quedan con su propia conclusión: En lo negativo como ateos, y en lo positivo, como gestor de su propia opinión.
No creo que la Iglesia Católica "fabrique" ateos, y menos por esos postulados que no te gustan de su credo.
El otro día hice un comentario para saludarte y lo rechazó.
ResponderEliminar¿Sabrás por que?
No estaría despierto el enanito de Internet... Pero aquí estoy de nuevo a tu disposición...
EliminarEl saludo de Jairo del Agua en este nuevo blog, por no haberlo a este comentarista, puede que sea un olvido; en otro caso... así lo entiendo.
ResponderEliminar¡Vaya, el desaparecido Antonio Manuel ha aparecido!
ResponderEliminarGracias por acompañarme en este nuevo Blog. Espero que para bien.
El próximo "post" te gustará...
Pues yo también te seguiré por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ánimo Jairo, y siempre adelante. No desistas; deja que nos acostumbremos a la nueva ubicación del blog.
ResponderEliminarQue no se te ocurra dejar de publicar en el blog.
Adelante, aunque creas que eres la "voz que clama en el desierto" siempre llega a alguien tu voz.
(Juanjo)
Para ser usted católico apostólico romano dice muchas verdades que no escucho en otros catolicos.
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