miércoles, 10 de enero de 2024

Culpabilidad y Pecado, medios de sometimiento - 2ª Parte

 La ideología seudo-religiosa es pura política de sometimiento


En resumen: El pecado no existe. Es el invento de unos hombres para hacerse obedecer por otros hombres, bajo amenaza de castigo divino.


El pecado (ofensa divina) es una quimera tan falsa como "el coco, el saca sangres o el hombre del saco" que los padres inventan para atemorizar a sus hijos y hacerse obedecer.

No entraré en las motivaciones políticas y seudo-religiosas de ese invento que pueden ser buenas y eficaces, aunque falsas de toda falsedad.

Los Cristianos lo hemos heredado del cordón umbilical judío, que no hemos sabido cortar. Por eso seguimos siendo "niños esclavizados" en vez de adultos liberados por el mensaje de Jesús.

Lo que existe es el "error humano" que elige lo que perjudica, creyendo que beneficia. La voluntad solo puede optar por el bien o lo que cree un bien (la satisfacción de los instintos animales incluida), pero que puede resultar un daño o mal para uno mismo o para otro. Muchísimas veces optamos de forma inconsciente, con el error asegurado.

Ejemplos habituales: La opción por el tabaco, el alcohol, el riesgo, la ira, la venganza, el robo, el crimen, etc. Todos los quebrantos del "orden de la naturaleza".

 

El error se combate con formación, cultivo y docilidad a la "conciencia profunda" donde late nuestra humanidad.

Y, naturalmente, la sociedad debe defenderse de los inconscientes y degradados que dañan a sus miembros, estableciendo leyes que garanticen el respeto, el orden y la seguridad.

Pero nada tiene que ver todo eso con Dios, que ya estableció en su obra creadora unas "leyes y orden naturales" cuyo quebranto tendrá consecuencias, pero no culpabilidad religiosa que corroe más que ayuda.

La culpabilidad ata, retiene, frena el crecimiento y la responsabilidad. La culpabilidad es fruto de la "conciencia cerebral" mediatizada por la religión. El dolor por el error y el daño causado es fruto sano de la "conciencia profunda". 


Los Pastores no hay caído en que muchos rechazan a la Iglesia como "autodefensa contra la culpabilidad" que no les deja vivir y les somete.

Identifican culpabilidad con Iglesia. Esa es una de las causas de la huida y rechazo a la Iglesia.

Lo que ayuda es "el reconocimiento de lo positivo del ser humano" creado a "imagen y semejanza" del Creador.

De hecho, la moderna Sicopedagogía prioriza ese camino, incluso la Sicopedagogía Penitenciaria que aplica la "rehabilitación del delincuente", finalidad humana de la privación de libertad.

Era inevitable que en los Evangelios, escritos por judeo-cristianos en el marco cultural del judaísmo, se hablase del pecado. Por eso se atribuyen a Jesús palabras que jamás pudo pronunciar por incoherentes. Como las que se citan en la consagración del cáliz: "Que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados".

Esa mención no hace más que recoger la "teoría judía" de la Redención. Por desgracia, perpetuada por la doctrina católica, sin rectificar las gravísimas incoherencias que contiene (1).


Si leemos con atención los Evangelios, nos daremos cuenta que cuando se menciona el pecado es más para hablar del "perdón" que de ofensa divina.

Y con Juan Bautista, que introduce la predicación de Jesús, ya se menciona el "bautismo de conversión" y no de perdón. El bautismo cristiano debería ser "bautismo de adhesión", no de perdón.

También ahí hemos naufragado en el "primitivismo" que impera en la doctrina oficial y que nos han impuesto por los siglos de los siglos.

Lo que habría que destacar en la vida cristiana es la "identificación y rectificación de los errores", insistiendo en la formación de una lúcida "conciencia profunda"

Y, además, insistir en la identificación de lo positivo, los "dones y potencialidades" que hemos recibido. Con esa luz se identifica mucho mejor el error, que se empeñan en llamar pecado (ofensa a dios, que debe ser muy pequeñito para poder alcanzarle).

La identificación de los "valores humanos" que laten en el fondo, en síntesis: "Paz, Amor, Bondad y Ayuda", es el camino eficaz. Y no bañarnos continuamente en el barro de supuestos pecados, bajo la excusa de examinar el barro.


Los golpes de pecho, por supuestos pecados, para evitar el mazazo divino solo sirven para huir del de la maza.

Pondré un ejemplo visual: Imagina una ciudad inundada por el agua. ¿Qué solución sería racional? ¿Analizar el agua una y otra vez para ver su grado de contaminación? ¿O construir infraestructuras sólidas para contener las inundaciones? Que se lo pregunten a los holandeses…

Algo parecido pasa con los errores humanos reales, no los inventados. Lo importante es la "rectificación" y la "identificación y cultivo de lo positivo" que servirán para evitar los errores.

Os cuento, finalmente, un caso real de un lector que me escribe: 

<< He leído con embeleso los cinco capítulos que bajo el titulo "El Dios que me habita y me habla", figuran en el borrador que me enviaste de tu libro digital "ENCONTRAR al Abba de Jesús. Más allá de errados clericalismos".

No soy capaz de agradecerte nuevamente por pasar por estos "sotos con presura". Gracias porque, conforme iba leyendo, me iba inundando una paz, una alegría interior que me han desbordado. Me he sentido en muchos pasajes perfectamente retratado. Me has puesto frente a mis miedos, frente a mis temores más íntimos y me has soltado en manos de un Amor que siempre ha estado ahí.

El lastre que muchos católicos llevamos del "Dios castigador" es un lastre tan asumido que muchas veces hasta lo ves como normal. Siempre machacándome, siempre en estado de continua insatisfacción.

Solamente una vez me di cuenta del dolor que nos han generado. No quiero cebarme con los que me enseñaron, porque seguro que intentaron hacerlo lo mejor que sabían. Pero, tal vez, los mandamases, los de arriba, esos sí fueron culpables de unas orientaciones dañinas. Sea como fuere, ya es pasado.


Mi último aldabonazo ha sido cuando mi hija, una niña feliz, responsable, bien educada, asistía a clases de catequesis y, súbitamente, se volvió triste. La descubrimos su madre y yo llorando en su cama porque el catequista le había hecho "ver sus pecados". Estaba angustiada.

Gracias al amor y paciencia de su madre, las cosas no pasaron a mayores... Pero esa vez, como he dicho, sí me dolió por ella y… por mí.

Yo había arrastrando esa sensación durante mucho tiempo, me veía reflejado en ella, pero a mí nadie supo sacarme del entuerto. Aquel sentimiento de culpa lo interioricé, y así hasta hoy. De vez en cuando salta, te atrapa, consciente o inconscientemente y es un lastre bastante grande.

Por eso tus letras han sido un racimo de alegría. Gracias. Que el Dios Amor te siga inspirando porque de eso, todos los que te leemos, saldremos ganando >>.

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(1) En "Monografía de la Redención" y otras meditaciones me extiendo sobre este tema central para los Cristianos, totalmente tergiversado por la "doctrina oficial católica", anclada todavía en la incoherente expiación del judaísmo.

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  Las escandalosas incoherencias del "clericalismo católico" hunden la Iglesia   Este Domingo de Resurrección todo son felicita...