sábado, 28 de septiembre de 2019

¿El "dios de los horrores" o el "Dios del amor"?



Busquen y enseñen el verdadero Rostro señores Obispos



Oí a un Obispo muy importante esta frase: "Afirmar que Dios existe no es una amenaza para nadie". Pues depende monseñor. Si hablamos del Abba, revelado por el Señor, su frase es perfecta.

¿Pero qué nos enseña nuestra Iglesia desde pequeñitos? Acompáñeme, por favor, en brevísimo repaso de la llamada "historia de la salvación". La que llevamos los católicos en nuestro consciente o subconsciente, la que se sigue enseñando a niños y adultos, la que constituye la urdimbre de la Liturgia.

1. El Creador nos llama a la vida por amor y sitúa a la primera pareja humana en un paraíso donde -dicen- disfrutaron de dones preternaturales e inmortalidad. Yo no creo en tales dones, pero es bonito imaginarlo.

¿Y qué ocurrió? Pues que ese paraíso tan celestial apenas tuvo uso. Al poco tiempo nuestros primeros padres cometen un pecado, un solo pecado, casi podemos decir un pecadillo, y son desterrados.
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2. El "dios del destierro y el castigo". Poco duró la bondad y el amor del Creador. Sin haber tenido aún descendencia, nuestros padres son fulminantemente condenados al destierro, al dolor y a la muerte.

Con el agravante de que ese destierro y castigo no solo fue para ellos, sino para todos, absolutamente para todos sus descendientes. ¿Y qué culpa tengo yo de lo que hicieron mis primeros ancestros hace miles de años?

3. El "dios aniquilador". Más tarde, no contento con lo anterior, aquel buen Creador del principio se convierte en un "agua fiestas" -nunca mejor dicho- y aniquila por ahogamiento a toda la humanidad, menos a Noé y su familia. Le aseguro que nunca me han explicado bien por qué.

4. El "dios tentador e infanticida" aparece más tarde y manda matar al hijo único para "probar" la fidelidad del padre, Abraham, que era -al parecer- una buena persona que adoraba al Dios único. Pero, precisamente por eso, le empuja al extremo para "probar" su ya habitual fidelidad y obediencia.

Le aseguro que, a los cristianos de hoy, ese "dios" nos parece aborrecible y "su voluntad" caprichosa no nos inspira más que temor. Cuando rezamos por obligación, con temor y pavor, eso de "hágase tu voluntad", interiormente abrimos el paraguas y nos escaqueamos... por si acaso. Muchos abandonan toda religión y se olvidan de ese "dios tentador" para sobrevivir en paz.
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5. El "dios vengador", que libera a los buenos descendientes de Abraham de la esclavitud egipcia. Pero se venga de los egipcios de una forma espantosa con siete plagas, degüella a los primogénitos y termina ahogando (esto de ahogar ya nos suena) a su ejército en el Mar Rojo.

6. El "dios de la arena" es el mismo que liberó a los israelitas con "brazo poderoso" de la esclavitud. Pero les hace tragar polvo por el desierto durante 40 largos años como "castigo" a sus desacatos.

Menos mal que hay una promesa de aposentarles en una "tierra que mana leche y miel". Pero a nuestros niños y mayores del siglo actual les vendrá rápidamente a la imaginación el arriero que hace andar al burro poniéndole una zanahoria inalcanzable delante del hocico.

7. El "dios del exterminio". Por fin el "pueblo elegido" sale del desierto y empieza a conquistar territorio. La orden que recibe de lo alto es la de exterminar a hombres, mujeres, niños, animales y hasta plantas de los pueblos conquistados. Después, en el transcurrir histórico de aquel pueblo bárbaro, abundarán las "órdenes divinas" de matar, vengar, masacrar, traicionar, etc. Un "dios" muy amable éste, oiga.

8. El "dios de la ira" y el "dios castigador", u otras denominaciones parecidas, acompañará a los israelitas en toda su historia de triunfos y derrotas. Es comprensible que se obsesionaran con el "perdón de los pecados" y la reparadora "expiación" para evitar las peligrosas e imprevisibles reacciones de ese "dios".

Aunque, bien es verdad, aparecerán destellos del Dios de la bondad, de la ternura y del amor. En ocasiones o libros concretos de forma fulgurante y con una fuerza que hoy no deberíamos desaprovechar.


9. El "dios cobrador". Para no alargarme, me salto más escenas del AT y me sitúo en el Nuevo donde, por fin, va a ser rescatada y salvada la humanidad. Naturalmente la obsesión judía por la "expiación" sigue presente en los judeocristianos.

Por eso interpretarán y nos trasmitirán que el Hijo encarnado, con su crucifixión y muerte, paga al Padre "el precio de nuestros pecados". Vuelve a salir la obsesión judía por los pecados.

Con esta sangrienta "expiación" salda todas las ofensas hechas a Dios por los hombres de todos los tiempos, quedamos redimidos y salvados para siempre. ¡Pero ojo! Seguiremos naciendo con el estigma del destierro de nuestros padres, eso que llaman "pecado original", que necesitará determinado rito y fórmula para ser perdonado.

¡Pobres niños -pensamos muchos- que nacen ya con esta hipoteca! Y si no hay tal rito, los niños al limbo (últimamente dicen que ese sitio ya no existe) y los adultos al infierno.
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Y todo esto lo quieren Uds. hacer casar con la revelación del Abba (el Papá Amor), con la parábola del "hijo pródigo", con el perdón setenta veces siete, con la búsqueda apasionada de la oveja perdida, etc.

Es decir, combinan lo que es imposible de combinar: el "dios de los horrores" judío con el "Dios de los amores" cristiano.

E insisten en hacernos creer que el "dios cobrador", precisamente por amor a los hombres, hizo pagar a su Hijo de forma cruel e inhumana el precio de nuestros pecados. A cualquier rapaz o adulto de este siglo no le parecerá muy coherente tal explicación. Pero como lo dicen los curas "sabios" que mandan... Además, si no les crees -dicen amenazantes- te vas al infierno de patitas.

Esta larga historia, insisto, es la que todos los católicos hemos interiorizado durante años, la que nos siguen recordando muchas "lecturas oficiales" en la santa Misa o en el Oficio Divino, la que explícita o implícitamente contiene el Catecismo oficial, etc.

Yo le pregunto: ¿Sigue Ud. creyendo que "afirmar que Dios existe no es una amenaza para nadie"?

A mí me parece peligrosísimo creer en ese "dios de las mil caras", a cual más aborrecible, que Uds. nos enseñaron y siguen enseñando porque no han sabido salir de lo viejo y pasarse al "vino nuevo" cristiano. Por eso muchos, cada vez más, huyen con cierta coherencia de ese "dios" y se refugian en el agnosticismo, el ateísmo o la indiferencia. Por eso nuestros jóvenes abandonan las iglesias y toda religión. Aunque estoy seguro que en su más íntima interioridad intuyen que existe "Algo" o "Alguien" del que hay que huir. Y para protegerse insisten en su negación.

Recuerde aquella campaña publicitaria de los ateos: "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida". Le aseguro que yo les comprendo perfectamente. 

Me pregunto muchas veces si Uds., los dirigentes cristianos -católicos y no católicos- se han dado cuenta de que estamos en el siglo XXI y que hay pasajes bíblicos que hay que archivar porque son historietas para otros, para un pueblo bárbaro y primitivo, no para nosotros.

Para nosotros la actualizada "historia de la salvación" comienza en un establo de Belén, donde un "Dios niño", frágil y humilde, rompe radicalmente con los "dioses antiguos".

Evidentemente esos "dioses" son ídolos del pasado, que Uds. se empeñan en restregarnos por la cara, provocando terror en unos y en otros la desbandada. Mientras se olvidan bastante del Dios único y verdadero, que no puede ser más que Luz, como dice Juan al comienzo de su Evangelio, y que se nos va haciendo visible a medida que maduran nuestros ojos.

Un Dios que no puede ser distinto a la Bondad infinita que nos busca, al Amor incondicional que nos lava las heridas, que nos tiene perdonados desde la eternidad y nos abraza. Que "su voluntad" es que NO seamos "hijos pobres, hambrientos y doloridos de un Padre millonario".

Volver al Evangelio es la única solución para encontrarle, a pesar de las heridas de nuestra "educación" pasada. Pero observamos un "inamovible esfuerzo" de Uds. por mirar atrás, mientras muchos intentamos mirar hacia adelante por pura necesidad de supervivencia espiritual. ¿Qué paradoja, verdad?


Por eso nos refugiamos en el trato permanente con el Divino Maestro de cuyos labios nos llegan consuelos y luces indescriptibles.

En muchas ocasiones esas luces no coinciden con lo que Uds. insisten en enseñar como "doctrina segura" o lo que nos obligan a rezar o leer en la Liturgia oficial.

Eso incide en la pérdida de credibilidad que Uds. están cosechando en nuestra época, tanto de propios como de extraños. No tienen más que consultar las encuestas, que Uds. mismos deberían realizar entre los católicos, para descubrir el "sensus fidelium".

Es ciertísimo que "A Dios nadie le ha visto jamás" (Jn 1,18 y 1Jn 4,12) pero su Luz nos llegó a través del Hijo y nos llega permanentemente desde el interior, donde nace y prospera su reino.

A esa Luz, los que buscamos y queremos ver, jamás la podremos tener miedo. Ni la podremos confundir con los "dioses" (imágenes primitivas) del AT, por mucho que Uds. insistan en hacérnoslas tragar a la fuerza.

No existe un "dios intervencionista" que hace y deshace a su gusto en este mundo con "milagros", "castigos" o "pruebas". No existe un "dios antropoide", capaz de todas las pasiones humanas al estilo de los "dioses del Olimpo". Las visiones e imágenes del AT son en gran parte totalmente erróneas, propias de un pueblo primitivo y bárbaro.

Cuando Uds. nos las imponen en la enseñanza, la catequesis o en las iglesias nos están engañando y desviando. Y de ello tendrán que dar cuenta. "!Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que les cerráis a los hombres el reino de los cielos! Pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando" (Mt 23,13).

Los seguidores de Jesús de Nazaret estamos seguros que el "Dios del Amor" es el único y verdadero Dios. Y que las primitivas escenas del "dios de los horrores" no se pueden mezclar con el "vino nuevo" del Evangelio.
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Mostrar HOY a nuestros niños un "dios monstruo", extraído del AT, aunque sea con simpáticos dibujos, es un grave escándalo que merece "rueda de molino".

Antes o después se darán cuenta de la "monstruosidad" que les enseñaron y que su ingenuidad infantil memorizó sin asustarse demasiado. Entonces será tarde para apartarles de ese tétrico subconsciente, salvo los pocos que se encontrarán "dentro" y frente a frente con el Dios de Jesús.

Necesitamos más Evangelio, más doctrina verdaderamente cristiana y menos cuentos del pasado con sus "magias", "mitos" e "incoherentes" imágenes de Dios. Este Pueblo de Dios, el de hoy y ahora, necesita un buen bagaje de convicciones profundas, certezas y evidencias interiores, que le mantenga firme en el Camino, la Verdad y la Vida. Lo demás es paja, muchas veces paja inmunda.

"¡Gálatas estúpidos! ¿Quién os ha embrujado?... ¿Recibisteis el Espíritu por haber observado la Ley o por haber escuchado con fe? ¿Tan estúpidos sois?" (Gal 3,1).


P.D.: Muy recomendable la lectura del libro "Matar a nuestros dioses", obra póstuma del religioso José María Mardones (fallecido en 2006). Me lo pueden solicitar a mi correo-e los que lo deseen.

R. Tagore: Tu lenguaje, Señor, es muy sencillo, mas no así el de los discípulos que hablan en tu nombre.

Yo comprendo la voz de tus olas y el silencio de tus árboles. Comprendo la escritura 
de tus estrellas con que nos explicas el cielo.

Comprendo la líquida redacción de tus ríos y el idioma soñador del humo en donde se 
evaporan los sueños de los hombres.

Yo entiendo, Señor, tu mundo, que la luz nos describe cada día con su tenue voz. 
Y beso en la luz la orilla de tu manto.  El viento pasa enumerando tus flores y tus piedras. Y yo, de rodillas, te toco en la piedra y en la flor.

A veces pego mi oído al corazón de la noche para oír el eco de tu corazón. Tu lenguaje es muy sencillo, mas no así el de los discípulos que hablan en tu nombre.

Pero yo te comprendo, Señor.



Estos son mis Libros Digitales. Puedes pedirlos a jairoagua@gmail.com

Lo recibirás en tu correo electrónico gratuitamente.





4 comentarios:

Antonio Manuel dijo...

La Biblia no es una crónica literal de hechos. Los sucesos siempre tienen un factor común: El mal llega al hombre cuando éste se aparta de Dios.
¿Como se veían y expresaban los sucesos hace tres mil años? El ejemplo es la Biblia, pero el devenir mostró la voluntad de Dios al encarnarse en Jesús que se declaró "manso" y "servidor". Es el Evangelio de Jesús y la tradición bíblica que al Evangelio se refiere, lo que la Iglesia enseña. Esto es lo que yo escucho y leo. Otra cosa puede ser manipulada de manera interesada.

Isabel Carozzo Brown dijo...

Deseo recibir el libro "matar a nuestros dioses", gracias Isabel Carozzo Brown

Antonio Manuel dijo...

La Biblia, en el libro Sabiduría 1,13-15; 2,23-25:
"Dios no hizo la muerte, ni se recrea en la destrucción de los vivientes; todo lo creó para que subsistiera; las criaturas del mundo son saludables, no hay en ellas veneno de muerte ni imperio del Abismo sobre la Tierra, porqué la justicia es inmortal. Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la envidia del diablo, y los de su partido pasarán por ella."
Leer o utilizar la Biblia con una determinada intención humana es, en mi opinión, leer en un idioma extranjero que no entiendo.

Antonio Llaguno dijo...

Acertada reflexión Jairo.
Me gustaría mucho que analizaras también, ya dejado atrás el Antiguo Testamento, cuyas incoherencias se justifican fácilmente pensando en un pueblo ignorante y supersticioso, pero que tiene la virtud (y eso es lo que importa del AT) de ver a Dios en todo lo que les ocurre (sea bueno o malo).
Me gustaría repito que analizaras la cantidad de estupideces que en nombre de la Sacrosanta Tradición, pretenden que creamos hoy en día.
Majaderías como que la mujer no puede acceder al sacerdocio, que la virginidad es algo útil y bueno, que para poder comulgar hay que estar en ayunas y libre de pecado, o todas esas reglas y normas que desde Trento regulan la vida del católico.
Hace tiempo que dejé de pensar en mi mismo como un católico ortodoxo. Me gusta pensar que me convertí en un católico libre (con el riesgo de crear una religión a mi gusto y placer, cosa que trato de evitar constantemente con escaso éxito a veces) y me gustaría que los católicos fuéramos todos libres pues así nos creó Dios.
También es cierto que hay quien usa su libertas para crear ataduras que le encorsetan pero le dan seguridad.
Es tan complicado ser persona....

Si tú no resucitas, vana es la Resurrección de Jesús

  Las escandalosas incoherencias del "clericalismo católico" hunden la Iglesia   Este Domingo de Resurrección todo son felicita...