sábado, 8 de octubre de 2022

Diccionario de religión sin mitos - 4ª Parte

 PECADO  -  PECADO ORIGINAL

  

PECADO: DAÑO que nos hacemos a nosotros mismos o a otros. 



Lo que llaman pecado NO es una "ofensa a Dios". NO le podemos ofender porque no le podemos alcanzar. Nos podemos ofender nosotros cuando pretendemos defender el honor de Dios. Y eso es distinto completamente: Los ofendidos somos nosotros.

Por eso son totalmente ridículos los "actos u oraciones de desagravio" que se organizan por un supuesto agravio a la divinidad, vírgenes, santos o lugares sagrados. En realidad son una forma de "venganza" contra nuestros ofensores o un "ridículo pataleo". Se nos olvidó lo de la "otra mejilla" y encima devolvemos el golpe en nombre del Cielo. ¡Imposible ser más hipócritas!

El invento de la "ofensa a Dios", como tantos y tantos conceptos tradicionales, fue impuesto para asegurar la "obediencia por temor" a la reacción del Todopoderoso.

Un argumento primitivo, que parte del desconocimiento del Dios verdadero cuya esencia es Amor y Gratuidad. Jesús nos dejó la imagen real del Abba. Pero hemos seguido siendo judíos.

Si meditas la "parábola del hijo pródigo", por ejemplo, te percatarás de que lo que rige la relación con el Padre no es el "pecado", sino la "libertad" y la "ley de la causalidad" (naturalmente no la leerás con ese nombre) junto con lo definitivo: el "AMOR del Padre", su esencia.

El concepto de "pecado" es un extraordinario "medio de control". Como yo no te puedo controlar, te aseguro el control del Todopoderoso, que te castigará ineludiblemente si no rectificas. Así nos han envenenado con el "dios policía de la humanidad" con sus "castigos puntuales" o la terrorífica amenaza de un "infierno eterno".

Con estos mimbres, muchas personas que razonan y se sienten libres del "poder manipulador de las religiones" desembocan en el "agnosticismo" (indiferencia) o el "ateísmo" (negación). No son gente mala, son mucho mejores de lo que pensamos.

Además de la "amenaza del vengativo dios policía" hay que añadir otras "manipulaciones de las religiones", incluida la nuestra:

- La "posesión de la verdad", todos se apropian de la verdad absoluta. 

- Un "código de conducta" bien milimetrado, cuya infracción te hunde en el pecado con la segura "venganza del dios policía" (castigo) o la de los "sagrados controladores humanos" (que se lo pregunten hoy mismo a los sufridos habitantes de algunos países o a los antiguos herejes y brujas de nuestra católica España).

- La "maquinaria de poder", que caracteriza a las principales religiones, para someter en vez de iluminar y convencer.

A ese inhóspito panorama, derivado del concepto de "pecado", hay que añadir la gran falacia del "dios interviniente". Alguien que controla a los humanos, mete el cucharon en nuestros guisos, manda bendiciones o desgracias, y admite "recursos de amparo" a través del "arrepentimiento" y las "peticiones u oraciones", propias o ajenas.

Porque nos hacen creer que se trata de un "policía manipulable" al que se puede comprar con dinero o sacrificios (recuérdense, por ejemplo, las indulgencias, las misas por los difuntos o cualquier otra necesidad y el poder de los dolorosos flagelos).

Una vez asentado el "dios ofendido por el pecado", te llevo a su consecuencia: "La culpabilidad", otra de las herramientas sicológicas de sometimiento. 

Si, en vez de analizar las causas del "error o nociva decisión", te hago sentir culpable por tu ofensa divina, entonces dependes de mi magia para encontrar tu paz sicológica. 

Y así se crean los "los instrumentos" para lavar la ofensa y obtener el perdón: 

- El "confesionario mágico" (de frecuente visita para crear dependencia). 

- El "humano que se arroga el poder de perdonar" (previa auscultación de tu conciencia (qué, cómo, cuántas veces) y su erección instintiva si de sexo se trata). 

- La "mágica penitencia" que hará disminuir tus días de purgatorio. 

Es decir, hemos sustituido la "expiación judía" por la "confesión" con los mismos mágicos resultados.


¡Cuántos escrúpulos, cuánta dependencia morbosa del confesionario, cuánta destructiva culpa, cuanto clericalismo subyugante, cuánto alejamiento de la racional autonomía y libertad, cuantos desequilibrios de confesantes y confesados!

Bastaría liberar a Siquiatras y Sicólogos del secreto profesional para darnos cuenta del inmenso "daño a las personas" de la prepotencia y magia clericales, con abandono del racionalismo del Evangelio, que tanto se ha desfigurado e interpretado a beneficio de parte.

Sería de gran ayuda ese confesionario si fuese un lugar para una auténtica "ayuda sicológica y espiritual", en vez de reducirlo a un rutinario excretar pecados (un estercolero).

¿Cuándo bajaremos a la "realidad" de este mundo y a la "racionalidad", único faro de luz del que nos ha dotado el Creador?

 

Hoy mismo he asistido a Misa en la catedral, presidida por el Cardenal Arzobispo de Madrid (uno de los mejores, dicen). ¿Con qué han alimentado mi camino cristiano?

Resumiré: "Pecado", "culpa" (mea culpa, mea máxima culpa), "pompa", "séquito innumerable" (tropecientos curas, maestro de ceremonias, varios acólitos adultos y dos togados para sostener mitra y báculo, tres diáconos y un obispo).

Más la "homilía" con las abstracciones y rutinas de siempre (ejercicio verbal de buenismo abstracto), abundancia de "peticiones absurdas" (bien por poner deberes a Dios -como que sea misericordioso o escuche-, bien por pedir lo que ya tenemos concedido -como quien pide que el mar se llene de agua-, bien por pedir lo que depende de nosotros conseguir).

Y, por supuesto, la habitual aberración de considerar la Misa como "sacrificio" (al más puro estilo judío) o de volver a oír las rutinarias mentiras de "ofrecer la víctima por la que nos devolviste tu amistad" (una blasfemia oficialmente establecida y una invocación al inexistente "dios sádico").

¿De dónde sale esta gente (seguro que con la misma buena voluntad de los fariseos) con tanto alejamiento de la realidad y la racionalidad? Parece que son marcados en cuerpo y alma, como las reses del campo, para repetir y repetir los mismos errores oficiales en una inmensa torre de Babel que siguen construyendo sin rubor.

Mientras, los fieles que quedamos, caminamos con "hambre extrema de luz y motivación reales", con racionalidad y sin magias, y sufriendo por la ausencia de muchos que estaban y se han ido, incluidos nuestros hijos y nietos.



El "pecado" era la obsesión de los israelitas de los que la hemos heredado
. Su religión se basaba en evitar el pecado (no cumplir la Ley) y conseguir el perdón (sacrificios expiatorios).

El triangulo de la religión judía: Ley divina - Pecado - Expiación, ha sido asumido por el catolicismo con mínimas adaptaciones. Por desgracia nos hemos olvidado del "vino nuevo" del Evangelio.

Para finalizar, porque no debo alargarme más. Nuestra Iglesia recorre a toda velocidad, con las potentes locomotoras de su "poder milenario" y la "ignorancia de las masas captadas", vías viejas de las que no quiere salir. Ni conversión, ni transformación.

Nos han inundado de ideología, sometimiento, supersticiones, miedo, rutinas, contradicciones evangélicas, obligaciones, amenazas e idolatrías múltiples. Mientras, el rebaño transita por la realidad y la racionalidad de su sentido común. Ni siquiera los que presumen de "olor a oveja" saben del sufrimiento, subyugación y oscuridad irracional que nos rodea.

Muchos se van tirando del tren en marcha. Unos, porque se han dado cuenta de las "irracionalidades e ídolos" a los que se dirige ese tren. Otros, porque no quieren ser sugestionados y controlados por ningún poder externo a su "conciencia racional". Otros, finalmente, porque han sido "heridos por el sometimiento al poder omnímodo y la verdad absoluta" de que se han apropiado los maquinistas. Y, posiblemente, con errores y consecuencias nefastas en sus vidas concretas.

Cuando se habla del abandono de las iglesias, quizás los "gurús anillados y mitrados" deberían tener en cuenta estas reflexiones de un laico a pie de calle.

 

PECADO ORIGINAL: No existe. Esa es la mejor definición.


Es otra de las "imaginaciones de la biblia judía". Nos han hecho olvidar que el AT es creación literaria realizada por los israelitas para los israelitas. Ni palabra de Dios, ni puñetas. Otra "exageración" que hiere en vez de ayudar. (1)

Todo lo más, escritos históricos o imaginarios, con algunas luces y muchas sombras primitivas, para asentar la creencia en un Dios único, omnipotente y primario, distante y distinto del Abba de Jesús, cuya LUZ hemos enterrado.

Así, con la interpretación interesada de Agustín de Hipona, hemos llegado a difundir la aberración del "pecado original" y el "dios del destierro" hasta el día de hoy. Y hemos convertido el "bautismo" en magia instantánea para perdonar el "inexistente pecado original", en vez del signo externo de la adhesión y compromiso con el Camino, la Verdad y la Vida.


¿Quién puede creer hoy en un "dios canalla" que, apenas creada su primera pareja humana, la expulsa de su paraíso, la condena al destierro y al dolor, y con ella a todos sus descendientes?

Es tan irracional, incongruente y absurdo que no encuentro disculpa para los actuales "guías anillados, mitrados y auto ensalzados" de nuestra religión.

Puede que algunos interpreten que ese "pecado original" es nuestra propia "limitación y fragilidad humana", que siempre nos acompañará. Afirmar eso es instaurar un ídolo más: "el dios imbécil", que desconocía nuestra condición humana y la considera un pecado.

Es tan horrenda esta doctrina que o nuestra Iglesia se actualiza o quedaremos muy pocos. Y los pocos que quedemos optaremos por la espiritualidad mística, la desobediencia racional y la conciencia profunda.

Y me callo, porque se me está revolviendo el estómago con tanta bazofia e idolatría como conserva nuestra Iglesia. Para nuestra desgracia y la de nuestros descendientes…

¿Cómo convenzo yo a mis hijos y nietos que conserven el catolicismo en que fueron bautizados?

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