¡Quién
me mandará a mí meterme en estos charcos! Si yo no pretendía hablar del
infierno. Si mi camino va en dirección contraria... Los lectores me han ido preguntando
y he tenido que explicarme.
Pero resulta que algunos "ultras" me ven ya en el infierno y han conseguido que censuren en una revista la parte anterior de esta meditación por infernal.
Pero resulta que algunos "ultras" me ven ya en el infierno y han conseguido que censuren en una revista la parte anterior de esta meditación por infernal.
Así que no me queda más remedio que seguir y "dar razón
de mi esperanza con dulzura y con respeto, con la conciencia tranquila, para
que los que interpretan mal mi vida cristiana queden avergonzados de sus mismas
palabras"
(1Pe
3,15).