¿De dónde salen las
cerezas que coronan miles de cerezos? ¡De abajo! No quieren mejorar y racionalizar la
liturgia "desde arriba", pues
intentemoslo "desde abajo".
Vengo insistiendo en
que hay que abandonar al "dios
marioneta"
que se mueve por nuestros impulsos, para empezar a confiar (tener fe) en el "Dios enamorado" que nos
mostró el Señor.
Propondré hoy cambios
muy racionales y posibles al "Ordinario
de la Misa"
que podremos incorporar sin más a nuestras Eucaristías. Ningún Obispo podrá
oponerse porque son tan ortodoxos, necesarios y evangélicos que en nada
contravienen la esencia de la Misa. Al revés, la iluminan y afianzan.
Intentaré ser muy
sintético y pondré solo algunos ejemplos. A pesar de ello, ya advierto que esta honestísima
proposición es larga:
1º) Usar
siempre los verbos en PRESENTE afirmativo:
El Señor está SIEMPRE con
nosotros y a nuestro favor
(eso dice el Evangelio olvidado). Es ridículo y mentiroso usar expresiones
futuribles o de petición. Ejemplos de cambios sensatos y expresiones veraces:
- La
gracia de N.S. Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo ESTÁ con todos vosotros.
- El
Señor ESTÁ con vosotros.
- Señor
Tú TIENES piedad. Lo mismo en el Gloria: Tú ATIENDES
nuestras súplicas, Dios todopoderoso TIENE
misericordia de nosotros, PERDONA
nuestros pecados y nos LLEVA a la
vida eterna.
- Él ES para nosotros pan de vida y bebida
de salvación. Etc.
2º) Avanzar por lo POSITIVO:

Podemos empezar por ejemplo:
- Hermanos,
antes de celebrar los sagrados misterios, reconozcamos nuestros DONES e infidelidades.
- Yo
confieso ante Dios Todopoderoso y ante vosotros hermanos que he recibido muchos
DONES y no siempre los he cultivado,
acrecentado y entregado por decisión u omisión voluntaria o involuntaria. Por
eso solicito a Santa María Virgen, a los Ángeles, a los Santos y a vosotros
hermanos que me ayudéis a ser FIEL a
lo mucho que he recibido de Dios nuestro Señor.
- Olvidemos las
menciones a los pecados (doctrina dominante judía) y al perdón (estamos
perdonados desde la eternidad; lo importante es caminar en fidelidad, volver al
Padre). El "recuerdo" de
los pecados hunde y frena. La "fidelidad"
empuja y corrige.
3º) No afirmar lo que
no es estrictamente VERDAD:
- La fórmula "palabra de Dios" debería ser
sustituida por "palabra
inspirada". Dios no tiene boca ni pluma. Salvo en la trasmisión "mediatizada" de los
Evangelios, nunca habló ni escribió. Nos inspira a través del "reino de Dios" que nos habita
y de personas fieles de éstos u otros tiempos.
Esa exageración nos
puede llevar a disparates mayúsculos. Si es "palabra
de Dios" el relato del Génesis -por ejemplo- también lo será el
mandato de "exterminar al enemigo"
y otros muchos asertos y perversiones incluidos en la Biblia. ¿Pondrías este
salmo -solo es un ejemplo de miles- en boca de Dios? "¡Quién
pudiera agarrar y estrellar a tus niños contra las piedras!" (Sal 137,9).
¿O seguirías el aberrante ejemplo de Jefté (Jue 11,29) que hoy mismo me han leído en Misa? ¿Ése es el ejemplo que la Iglesia propone a los católicos? ¡Qué disparate y qué escándalo tan horrible! No me extraña que haya apóstatas...
¿O seguirías el aberrante ejemplo de Jefté (Jue 11,29) que hoy mismo me han leído en Misa? ¿Ése es el ejemplo que la Iglesia propone a los católicos? ¡Qué disparate y qué escándalo tan horrible! No me extraña que haya apóstatas...
O somos racionales y decimos la verdad o caeremos en
extremismos y fanatismos muy peligrosos que alejan a las personas de lo incoherente, mentiroso e inhumano.
4º) Evitar las Lecturas FALSAS o EXTEMPORÁNEAS, aunque estén en el Leccionario:
Hay muchísimas, sobre todo en el AT. Los judíos tenían un
concepto de Dios tremendamente imperfecto. No podemos seguir proclamando las falsedades
que ellos profesaban. La revelación del "verdadero
rostro" solo se culmina con Cristo.
Por desgracia, aquí los
fieles no podemos hacer gran cosa. Pero sí los Curas. No creo que sea ningún pecado
saltarse una lectura que sea inapropiada, escandalizante o mentirosa (todas las
que citan la "ira" de Dios
lo son) y sustituirla por otra. Porque "hay que obedecer a
Dios antes que a los hombres" (He 5,30) y no leer necedades por muy bíblicas que sean. Lo ven
hasta los ciegos, pero no los fanáticos.
Los liturgistas siguen olvidando los "signos
de los tiempos"
(Lc 12,56) y
el torrente del Espíritu Santo que actúa a lo largo de los siglos. Los fieles,
curas o laicos, debemos corregir la tendencia a lo "viejo" para apostar por el "vino nuevo": "A vino nuevo, odres nuevos" (Mt 9,17).
De la manía de "mirar atrás"
podría poner ejemplos dramáticos a montones, pero me alargaría demasiado.
5º) Jamás utilizar la
palabra judía "sacrificio",
totalmente inadecuada para cristianos:
Sustituir por "ofrenda", "entrega", "acción de gracias", por ejemplo. Ni la Misa es un "sacrificio" (ritual judío),
ni hubo ningún "sacrificio
salvador" sino un "asesinato
político-religioso". Lo dicen claramente Pedro y los demás apóstoles: "El
Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, al que vosotros asesinasteis
colgándolo de un madero" (He
5,30). Si somos cristianos,
seamos coherentes y olvidemos la ideología religiosa judía.
6º) Evitar las fórmulas "pedimos"
o "suplicamos". Todo está pre-concedido.
- La fe de
verdad consiste en CONFIAR en que ya se nos está ayudando: "Hace
salir el sol sobre justos y pecadores" (Mt
5,45). La fe NO consiste
en creer que se nos va a ayudar. Dios no tiene futuro, solo PRESENTE.
Reza en presente y convéncete de que Dios no puede hacer otra cosa que amarte y estar volcado por ti. Es absurdo tirarle de la levita. Expresar nuestra CONFIANZA y nuestras ASPIRACIONES sería lo adecuado.
Reza en presente y convéncete de que Dios no puede hacer otra cosa que amarte y estar volcado por ti. Es absurdo tirarle de la levita. Expresar nuestra CONFIANZA y nuestras ASPIRACIONES sería lo adecuado.
Por mucho que palabrees
no conseguirás nada.
Lo que cambiará tu vida son tus luces, actitudes y obras. Tú administras tu
vida con los dones que ya se te han dado: "Parábola de los
talentos" (Mt
25,14 y Lc 19,12).
- Ejemplo: "A ti pues, Padre misericordioso,
acudimos humildemente con J.C. tu Hijo, N.S. porque sabemos que ACEPTAS y
BENDICES estos dones, esta OFRENDA pura y santa de tu Iglesia, en la que
derramas tu PAZ, la PROTEGES, la LLAMAS a la unidad y la GOBIERNAS en el mundo
entero".
Se trata de salirnos de
las peticiones repetitivas,
como enseña el Evangelio: "No oréis como los paganos que creen que por su mucha palabrería van
a ser escuchados. Vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedirlo" (Mt 6,7).
Hay que situarse en la CONFIANZA total de que ya se nos está dando todo,
incluso visible y palpable. A ti te toca administrarlo.
Eso nos da SEGURIDAD, nos pone en VERDAD, en la LUZ, nos
contagia ENERGÍA al sentirnos respaldados y nos hace LIBRES al sabernos
administradores de nuestra vida.
Dios NO tiene que hacer
nada. Lo tiene todo hecho.
Somos nosotros los que tenemos que movernos y progresar por el camino correcto.
Si acudimos a Él es para bañarnos en su torrente de LUZ, ENERGÍA y AMOR
(síntesis de todos nuestros dones humanos). NO para parlotear como cotorras.
7º) Jamás utilizar las
expresiones "acuérdate" o "recuerda":
Eso es una "blasfemia"
que de tanto repetirla la hemos canonizado. Decirle a la Sabiduría Infinita que
recuerde es una tontería de tal calibre que yo les quitaba todos los títulos
académicos a esos señores liturgistas y les mandaba a párvulos. ¡Seguro que
allí les mandarán algún día!
Pueden sustituirse por fórmulas como "te
presentamos" a nuestro hermano difunto, al que ya has
acogido en tu seno, y a todos cuantos sufren su ausencia.
8º) Huir de toda "intercesión" por muy presente
que esté en los textos:
¿Creemos en el Dios
Amor Infinito? ¿Cómo
le rebajamos a poderoso "humanoide"
que necesita influencias y recomendaciones para ser misericordioso?
Lo de la "intercesión" para conseguir
algo de Dios es un desliz muy grave. Pensar o decir que Dios puede ser influenciado por sus celestes
o terrestres cortesanos, que hoy llamaríamos "influencers", es una mentirota imperdonable.
Es un disparate
gravísimo creer que alguien puede "influir"
en Dios para conseguirnos prebendas.
Eso es falsificar la Misericordia Infinita, negarla, rebajarla, ponerla a la altura de cualquier ídolo. Grave, muy grave. Preferimos las rutinas y el seguidismo clerical a pensar un poco por nuestra cuenta. ¿Pero dónde se forman estos curas? ¿Qué doctrina y prácticas se enseñan a los creyentes?
Eso es falsificar la Misericordia Infinita, negarla, rebajarla, ponerla a la altura de cualquier ídolo. Grave, muy grave. Preferimos las rutinas y el seguidismo clerical a pensar un poco por nuestra cuenta. ¿Pero dónde se forman estos curas? ¿Qué doctrina y prácticas se enseñan a los creyentes?
¿A cambio de qué nos
obligan a profesar este disparate? A cambio de tener "enganchados"
a los fieles -por inconsciente rutina- a la "ficticia
seguridad" de estar protegidos por unos "humanos ilustres" a los que nos agarramos como a "inútiles amuletos". ¿Pero
quién puede proteger más y mejor que el Padre? ¿Cómo nuestra conciencia no
detecta estas "prácticas
heréticas"[1]
que nos separan del verdadero Rostro de Dios revelado por el Señor? ¡Triste, muy
triste!
¿Quieres honrar a la
Madre y a los Santos?
¡De acuerdo! Conviérteles en "tus
influencers", imita su vida y ejemplo en la medida en que "hoy y ahora" (signos de los
tiempos) te ayuden a ser más y mejor. Eso es recordar y honrar, lo demás es
barata superstición.
(¡Perdonadme si mi sinceridad ofende vuestros oídos! Pero
Alguien me empuja a escribir alto y claro. No correspondía extenderme aquí
tanto. Pero es que la "intercesión"
me saca de quicio por boba, mentirosa y negadora del Dios verdadero. Lo del "becerro de oro" de los
israelitas fue una broma al lado de nuestras idolatrías de hoy y ahora).
9º) Suprimir las PRECES o transformarlas:
Las Preces de la Misa, tal como están redactadas en la
mayoría de libros, no son la "oración
universal de los fieles", sino la "barredura
universal" que echamos sobre el "dios
cajón de sastre". O, si prefieres, la colgadura de todos los problemas
en el "dios perchero".
Son un "duerme
conciencias" y un acto de "irresponsabilidad"
puesto que acallamos la conciencia sin responsabilizarnos lo más mínimo de los
problemas. ¡Que los resuelva el Poderoso!
Para nada,
absolutamente para nada, sirven esas supuestas oraciones. En primer lugar porque suponen que
Dios está ausente o distraído y desconoce nuestras necesidades. Y hay que
llamarle la atención con todo detalle para que "escuche y tenga piedad". En segundo lugar porque nos
mecemos en la rutina y la distracción, sin compromiso personal alguno, sobre
aquello que estamos pidiendo "con la
boca" y, a veces, ni eso.
Es lícito "poner
ante Dios" nuestras necesidades y aspiraciones EXPRESÁNDOLE nuestros
sentimientos: "Nos duele el hambre de tantos
niños en el mundo",
por ejemplo. Para responder: "Deseamos colaborar en su solución", por ejemplo. (Algunos se palparán
el bolsillo y se harán los suecos).
Pero de ninguna manera es lícito llamar a Dios "sordo", "distraído" o "despreocupado"
con nuestros: "Te rogamos óyenos" o "Escucha y ten piedad".
Una vez más nos dirigimos a un "todopoderoso
distraído" que necesita ser empujado para hacer el bien. ¡Qué
disparate!
Nadie hay más
interesado en solucionar nuestras necesidades y motivar nuestras aspiraciones
que el Padre. Es del
todo ridículo pretender empujarle.
Además, Él no puede
intervenir en el mundo directamente, no puede multiplicar los panes y peces, no existe un "dios intervencionista o tapa
agujeros". Nuestro Padre nos ha encomendado la administración del
mundo y somos nosotros los que debemos resolver los problemas: "Dadles
vosotros de comer"
(Lc 9,13), nos responde siempre.
Por supuesto, queda a
salvo la buena intención de la gente buena que reza, aún con palabras absurdas
y falsas. Lo he
afirmado en otras ocasiones:
- Lo mismo que rezaban los griegos a los dioses del Olimpo.
- Lo mismo que en otras religiones se adoraba a dioses absurdos.
- Lo mismo que en otras religiones se adoraba a dioses absurdos.
En el hombre existe un "instinto
de búsqueda y apoyo en un ser superior". La "buena intención" no justifica la ausencia de búsqueda e
identificación del Dios verdadero, inscrito en nuestras entrañas y revelado por
Cristo.
Como no puedo cambiar las vanas peticiones del libro de
preces, lo que hago es cambiar mis respuestas e implicarme con un "lo
deseo Señor" o
similar. Es decir, "expresiones de compromiso" con la necesidad, en la medida de
nuestras posibilidades.
Como cambiar las
rutinas es difícil, lo mejor es suprimir las Preces, al menos hasta contar con
expresiones verdaderamente cristianas que "expresen"
nuestra colaboración y NO "cuelguen"
las necesidades en un falso "dios
perchero".
Renuncio a detallar más. Con estas mimbres podréis dar la
vuelta al Ordinario de la Misa y construir un provisional cesto de verdadera
piedad, sin romper la estructura litúrgica actual.
Tenemos que transformar el "charco de ranas" en que han convertido la Misa. En el 85% de ella nos obligan a "croar y croar" para hacernos escuchar por un "dios sordo, despreocupado y olvidadizo" al que hay que "mover" con nuestra rutinaria insistencia.
Vamos a Misa para "decirle" a Dios lo que tiene
que hacer: que no se distraiga y cumpla sus deberes. ¡Esa es la disparatada realidad!
¿No deberíamos asistir a Misa para recibir LUZ y descubrir lo
que NOSOTROS debemos hacer, a motivar nuestra constancia en el camino del bien,
a agradecer lo mucho que estamos recibiendo?
Nos han enseñado que la
Misa es el centro de la vida cristiana. No es verdad. El centro es Cristo, cuya memoria
celebramos, para iluminarnos, motivarnos y ser libres, "para
liberarnos vino Cristo" (Gal
5,1), para reafirmarnos
en el Camino, la Verdad y la Vida, para impregnarnos de LUZ, ENERGÍA y AMOR,
nuestros dones humanos esenciales.
Las rutinas actuales
son una construcción humana, carente de la más mínima lógica, en la que pretendemos "mover" a la Gran Marioneta con
nuestros repetitivos tirones o con las recomendaciones de sus enchufados.
Sin embargo, la "verdadera oración" es
adherirse y dejarse inundar por Cristo, "zenit
de nuestras aspiraciones humanas". Es aceptar voluntaria y libremente ser ILUMINADOS,
FORTALECIDOS y LIBERADOS en nuestra vida hoy y ahora.
Del "charco
de ranas" en que han convertido la Misa salimos "con la cabeza caliente y los pies fríos", salvo que
venzamos las rutinas con nuestra creatividad y profundidad personal. A esto invita
toda esta meditación.
También nos han
enseñado que la santa Misa
(santa por la Persona que recordamos, no por su constructo ritual) es la renovación de la pasión y muerte del
Señor. ¡Disparate, disparate, disparate! ¿Desde cuándo se celebran los
asesinatos? Se recuerda y celebra el legado y la Persona, nunca su fusilamiento
o crucifixión.
Bastaría recordar en qué momento se instituyó la Eucaristía
con aquellas palabras: "Haced esto en memoria mía" (Lc 22,19),
memoria de una cena festiva y fraterna, de un partirse y repartirse, de un
abajarse y lavar pies, de un "amar hasta el extremo" (Jn 13,1).
Como decía Pablo, permitidme disparatar: Hemos entronizado el Mal (injusta pasión y muerte) y hemos ensombrecido
el Bien (luz, vida y ejemplo). "Yo he venido al mundo como luz,
para que ninguno que cree en mí quede a oscuras" (Jn 12,46).
Pero nosotros hemos sublimado el Mal dándole la
interpretación judía de "expiación"
y lo hemos entronizado y jaleado como "instrumento
de redención y perdón de los pecados". No nos ha importado la derivación
lógica de la existencia de un "dios
sádico" por cuya voluntad aconteció todo.
Hermanos míos, nos han
creado racionales, autónomos y libres. Renunciar a eso por una falsa "seguridad religiosa" de hacer
lo que OTROS nos imponen es traicionar nuestra esencia humana. No creo que esa
renuncia le agrade a Dios.
Y benditos los clérigos
que nos ayudan en la búsqueda e identificación del Dios verdadero y nos liberan de toda la hojarasca
de ideologías, mandatos y supersticiones religiosas que se han ido formando a través
de nuestra católica historia.
He hecho el esfuerzo de
presentaros algo de lo que hoy es posible cambiar desde ABAJO para vivir una Misa que ilumine,
motive y libere. Que cada cual medite y se palpe los bolsillos de adentro para
después actuar en consecuencia y en conciencia.
Solo me queda presentaros el Padrenuestro y el Ave María como
lo rezamos ya muchos católicos. No me da tiempo a razonarlo.
Os deseo todo bien.
Padre y Madre
nuestra
en quien
somos y vivimos.
Santificado
sea tu nombre.
Venga a
nosotros tu reino.
Hágase tu
voluntad
en la tierra
como en el cielo
Tú nos das
hoy
nuestro pan
de cada día.
Tú perdonas
nuestros pecados
y nosotros
queremos perdonar
a los que nos
ofenden.
No nos dejes
caer en la tentación.
Y líbranos
del mal.
Amen
Santa María,
Madre de Dios,
ruega CON
nosotros, TUS HIJOS,
ahora y en la
hora de nuestra muerte.
Amen
[1]
Herejía:
1. f. En relación con una doctrina religiosa, error sostenido
con pertinacia.
2. f. Sentencia errónea contra los principios ciertos
de una ciencia o arte.
3. f. Disparate, acción desacertada.
4. f. Palabra gravemente injuriosa contra alguien.
5. f. Daño o tormento grandes infligidos injustamente
a una persona o animal.
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Todo el texto en positivo, sin renegar ni hechar en cara
ResponderEliminarMe encantó
Como siempre has dado en el clavo. Tenemos que vivir la misa de esta forma y tenemos la gran responsabilidad de transmitirselo a los más jóvenes. Fuerza a todos, seguimos el camino, un abrazo.
ResponderEliminarJairo! Nos invitas a vivir la Eucaristía como renovación de la cena de Jesús con sus amigos!!! Ojalá tu propuesta prenda y pro to de frutos!!!
ResponderEliminar¡Hala me has tirado con el tinglado!. Después de 25 años de cura tengo que empezar de nuevo. Bueno, de nuevo comenzamos cada día, porque cada día es una nueva oportunidad de gozar de lo que Dios Padre enamorado nos regala, y de corregir lo que hacemos mal, y en el tema que hablamos es bastante, no por mala fe sino por rutina y por no atrevernos (curas) a ser creativos y a aplicar el Evangelio sin andamios ni dogmatismos. Yo ya he empezado, pero después de leer el artículo veo que aún me queda camino por recorrer, y en ello ando, al fin y al cabo estoy en uno de los principios del camino (de Santiago en este caso, y a este y a sus compañeros los bajó Jesús de las nubes y tronos soñados).
ResponderEliminarGracias por tus reflexiones Jairo, y como dice un poco más arriba Joaquín tenemos la responsabilidad de transmitirselo a los más jóvenes y a todos los feligreses ( en mi caso). Un abrazo y ánimo.
Magnífico Jairo, que bueno es leerte. Una pregunta, en mi país se da la bendición siempre de la siguiente Manera:"Dios te bendiga". Entonces según lo que tu nós propones a la luz del Dios Padre, lo correcto es decir:"Dios te bendice"?
ResponderEliminarDe Antonio Manuel: El comentario de Carelia Lara demuestra cuál es el destino de los equívocos inducidos por Jairo "jugando" con el lenguaje y el mensaje subliminal de la mala conciencia supuesta en los demás. ¿Puede el ser humano atestiguar la voluntad de Dios?; si así fuera ya no sería necesaria la oración. En cambio Jesús nos invita a orar y a pedir al Padre, y cómo se hace está contenido en el Padrenuestro. Por ejemplo... "hágase tu voluntad..." todos sabemos que Dios "hace" su voluntad, pero mi expresión "hágase" es un compromiso personal en primera persona de acatarla, ¡no estoy diciendo a Dios que ha de hacer su voluntad!.
ResponderEliminarHola Antonio, entonces lo que quieres decir es algo así como:"...He aquí la esclava del Señor"? De todas maneras Antonio, te aclaro que ya antes de leer a Jairo había en mi muchas dudas, sobre todo porque creo que Dios no es un Dios vengativo...
ResponderEliminarDe Antonio Manuel a Carelia Lara: Los vengativos somos los humanos, Dios nos perdona en la medida que nosotros perdonamos (Padrenuestro). Orar y pedir al Padre parte siempre de lo mismo, mi compromiso personal y singular de aceptar su voluntad. Cuando no lo entendemos, nos parece que Dios nos castiga cuando suceden cosas que nos angustian y a veces son horribles. Nos dice Jesús, "...pueden matar tu cuerpo (la maldad del ser humano o las leyes naturales), pero no tu alma...", y es nuestra esperanza en la misericordia de Dios la que nos ayudará a sobreponernos a los males que nos afligen: ... y líbranos del mal (a vencer mi angustia y a poner mi esperanza en Tí) (Padre Nuestro).
ResponderEliminarEfectivamente Carella, es mucho mejor decir "Dios te bendice"
ResponderEliminar"Dios te bendiga" implica ponerse or encima de Dios.
Es decir "Yo quiero que Dios te bendiga y ya veremos si Dios quiere o no"
Decir "Dios te bendice" es decir: "Estoy seguro de que Dios te bendice. Confía en Él porque te ama de verdad, sin nada a cambio"
A partir de hoy cambiaré la manera de hablar con mi prójimo y nunca más diré "Dios te bendiga" sino "Dios te bendice"
Muchas gracias Carelle. Tu me abriste los ojos