martes, 4 de agosto de 2020

El Dios que me habita y me habla - Justicia


4. ¿Y la Justicia?



Vengo defendiendo en esta larga meditación que no existen castigos divinos, ni infiernos sin fin. Ha habido lectores -teólogos algunos- que me han recordado que "Dios es infinitamente bueno, pero también infinitamente justo".

Sí, yo también lo aprendí cuando era chico. Y recuerdo que mi imaginación infantil desarrolló la figura de un "gran sheriff" de cara afable con unas magníficas pistolas de plata. Al que se salía de cauce ¡disparo certero! y… al hospital o al cementerio, según el pecado fuera venial o mortal. Era una imagen perfectamente acorde con el catecismo: "premiador de buenos y castigador de malos".

Si tú no resucitas, vana es la Resurrección de Jesús

  Las escandalosas incoherencias del "clericalismo católico" hunden la Iglesia   Este Domingo de Resurrección todo son felicita...