martes, 10 de enero de 2023

Diccionario de religión sin mitos - 6ª Parte

SACRIFICIO - SUPERSTICIÓN

 

SACRIFICIO: Esfuerzo individual o colectivo, continuado o puntual, que hacemos para vivir, crecer, madurar y conseguir mejorar nuestra humanización con el desarrollo de nuestros talentos.

Los sacrificios personales o rituales para honrar, desagraviar, suplicar o conseguir algo de un "dios primitivo y humanoide" (incluidas nuestras misas) no tienen sentido.

Que fuera práctica común entre los israelitas solo significa que aquella religión era arcaica e inmadura y la nuestra lo mismo cuando imitamos aquélla.

El Abba revelado por Jesús ni come terneros asados, ni reacciona al humo de las llamas que los consumen, ni se alimenta del dolor de sus hijos. Es más, no reacciona ante nada ni nadie.

Cuándo aprenderemos que Dios es puro ACTO, eterno PRESENTE y no puede cambiar por muchos "sacrificios humanos" que le ofrezcamos con cualquier finalidad, habitualmente egoísta. Es del todo ridículo, ineficaz y absurdo ofrecer "sacrificios" al estilo de los hombres prehistóricos. Como es totalmente ridículo "pedir" para obtener prebendas, favores o milagros.

Dios NO cambia ni puede cambiar con nuestros sacrificios u oraciones. Nos lo ha entregado todo en nuestra naturaleza y la que nos rodea.

Los únicos que podemos cambiar y aprender a administrar nuestras vidas somos nosotros. Todo lo demás es piadosa imaginación, fruto de nuestra impotencia y falta de confianza en el ser humano, falta de racional autoestima.

Imaginaos que, cuando os levantáis por la mañana, dijeseis: "Aire, alimenta mis pulmones". Más ridículo todavía es rogar a Dios que cumpla sus deberes. ¡Pero si lo tienes volcado sobre ti y en ti desde la mañana a la noche! ¡Solo tienes que respirarle y vivirle desde el fondo de tu ser! Si es imposible que se separe de ti ni un segundo…

Me preguntaréis: ¿Y por qué la Iglesia nos dice lo contrario y nos propone prácticas, que llama sacrificios, como la misma Misa?

¿Por qué tenemos inyectado en vena el "sacrificio de la cruz" como origen de toda salvación?

Os respondería con aquello del catecismo: "Doctores tiene la santa madre Iglesia que sabrán responder".

Pero a mi edad ya no puedo tragarme "irracionalidades", ni renunciar a mi "libertad de pensamiento". Por eso respondo: Porque vivimos una religión primaria, anticuada, en gran medida irracional. Nos hemos distanciado de la LUZ que nos trajo el Señor. Así de claro [1].

No hemos sabido asumir "los signos de los tiempos" y vivimos sometidos a unos jerarcas más inquisidores que servidores. Lo dice el Evangelio: "En vano me rinden culto, enseñando como doctrinas preceptos humanos. Dejáis el mandamiento de Dios y os aferráis a la tradición de los hombres" (Mc 7,7).


Del "sacrificio como dolor provocado" no quiero ni hablar. Es otra aberración y falacia tradicional derivada de la falta de sentido común, de la dominancia clerical y de la doctrina de la "cruz como sacrificio expiatorio", que se sigue irracionalmente manteniendo.

Dios no necesita expiaciones ni peticiones de perdón. Nos tiene perdonados y aceptados desde la eternidad. Otra de las verdades que no logramos ver, ni nos enseñan.

Lo que Él quiere, implícito en su Creación y explícito en el Evangelio, es que usemos sus talentos para desarrollarnos y conducir nuestra vida. "Inteligencia, voluntad o energía y libertad" son sus dones principales. ¿Qué estamos haciendo con ellos? Someternos, anularnos, alienarnos sin rechistar a lo que otros nos dicen porque se autoproclaman la "voz de Dios".

¿Se nota que me he hecho anticlerical? Así es, por el derroche de la gracia de Dios y por tirarme de cabeza al mismísimo fondo. Amo a los Curas por su esfuerzo y buena voluntad, sobre todo a los que oran y buscan. Pero odio que me obliguen a colgar mi inteligencia y libertad en el atrio para entrar en una iglesia. Eso es "deshumanizar" a los creyentes, lo contrario del mandato evangélico.

Me falta mencionar el "ofrecimiento de dolores" por la conversión de pecadores u otras finalidades piadosas. Lo diré alto y claro: "Dios no se alimenta del dolor humano, ni lo acepta como moneda de cambio". No le van los cambalaches. El dolor humano hay que evitarlo y si es irremediable, aceptarlo. Lo demás es superstición.

Parecido es lo que cabe decir de los "sacrificios de desagravio", incluidas las Misas con ese fin.

A Dios no se le puede agraviar y menos desagraviar. Lo correcto y evangélico es perdonar y evitar, si es posible, nuevos agravios a nosotros mismos, a nuestra religión o a nuestras costumbres. Todo lo demás sigue siendo disimulada venganza y superstición.

 

SUPERSTICION: 1. Creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón. 

2. Fe desmedida o valoración excesiva respecto de algo.

¡Para qué me voy a inventar una definición! Ahí están las dos del Diccionario de la RAE. A destacar dos detalles: "Contraria a la razón y fe desmedida". A lo que habría que añadir: ¿Fe en quién? Porque la "fe en otro ser humano" no es fe (confianza, certeza, vivencia, adhesión) sino sometimiento.

Ejemplo: Cuando acudo a un médico y acepto su prescripción, me someto voluntariamente a su pericia. Pero nadie aceptaría que la prescripción fuera "contraria a la razón", como colgarse de un pino por los pies y esperar la curación.

 

En el campo de la religión, sin embargo, estamos inundados de "fe desmedida" y "contrariedad de la razón".

Es normal que en las primeras etapas de vida se tenga "fe" (confianza) en los formadores. Pero el termómetro de la "racionalidad" nos dirá hasta qué grado, para no caer en el "sometimiento total".

Sin olvidar que la formación y evolución de la persona debe llevarla a soltarse y conquistar "autonomía y libertad". ¿Tus formadores religiosos te orientaron u orientan en esa dirección?

Mi experiencia de la religión católica -única que conozco a fondo- es que nos conduce más a la "fe desmedida" (confianza ciega) y a la "irracionalidad" que a la "autonomía y libertad". Nos tratan como a niños toda la vida.

A lo que hay que añadir el reconocimiento excesivo de la llamada "piedad popular", que aumenta todavía más los errores citados y añade cantidades ingentes de nacionalismo. Así hemos llegado a una "religión populista y externa" y nos hemos alejado de la "religión profunda y vivencial". ¡Qué fracaso el tuyo Señor!

En vez de corregir y encauzar las exageraciones del Pueblo, se aplauden e, incluso, se canonizan (coronaciones de Vírgenes, por ejemplo) porque les parece que es manifestación de fe religiosa. ¿Fe religiosa o pura superstición?

Y así nos encontramos con "incoherencias sublimes" tanto en las oraciones, como en la doctrina, la liturgia y las manifestaciones populares.

Conclusión dolorosa: Nuestra "fe católica" tiene más de superstición que de "fe auténtica" (adhesión profunda y coherente a una Persona que nos habita y a su Luz racional).

Aunque en mis escritos repito y repito las rotundas supersticiones que nos inundan, volveré a resumir algunas para buscadores sinceros:

1.- Superstición es creer y orar a un ilusorio "ídolo interviniente e influenciable" que quita y da, concede o deniega, bendice o maldice, premia o castiga, prueba o facilita, administra el mundo a su antojo y está condicionado por nuestras peticiones o las de terceros.

Se niega así la evidente "autonomía y libertad" con que fue creado el ser humano, "único y libérrimo administrador del mundo".

2.- Superstición es negar, relegar o sustituir por ídolos al "Dios Inmanente", que habita en todo ser humano con su "imagen y semejanza", inspira la "conciencia profunda" y el "código humano de conducta", bajo la única "ley de Dios" que es la inscrita en el orden de la Naturaleza, incluida la naturaleza humana.

3.- Superstición es negar, olvidar o despreciar la "ley de la causalidad" (recoges lo que siembras, a tal causa tal efecto), única ley natural que rige la conducta humana y sus efectos.

4.- Superstición es sustituir el "discernimiento", "decisión", y "actuación" de los seres inteligentes por la creencia en una "imaginaria eficacia sobrenatural" de peticiones, novenas, sacrificios, indulgencias, reliquias, amuletos, fetiches, talismanes, etc.

O el "abandono piadoso en manos de un irreal dios interviniente" que suple nuestras decisiones y responsabilidades. Algo así como jugar a la lotería o tirarse al vacío ("tentar a Dios", lo llama el Evangelio).

5.- Superstición es la creencia tradicional y pegajosa en un "dios policía y sancionador" (visiten el orgulloso arte de la Capilla Sixtina, por ejemplo) que vigila, controla, interviene, sanciona, se ofende y admite recursos a través de oraciones y sacrificios.

6.- Superstición es la fe ciega, canonizada, universal e irracional, en la "intercesión" (pedir por o mediación) de seres humanos limitados (presentes o pasados) para ganarse al "policía inmisericorde" o pagar las multas que tuvieran pendientes nuestros familiares (misas por… u oraciones de los Contemplativos para pagar o aplacar al "vengativo policía", etc.).

Todas las "peticiones por…" son una subconsciente idolatría, una pretensión de "diosecillos" de ser más misericordiosos que el mismo Dios, de recordarle las frustraciones humanas que tiene olvidadas, de empujarle a cumplir con sus deberes o, simplemente, de tranquilizar la conciencia colgando del "dios perchero" nuestras responsabilidades. (Quizás convendría desechar esa "idolatría", recordando la supuesta pregunta de San Miguel Arcángel: "¿Quién como Dios?").

Las "peticiones por…" son tan ineficaces como las peticiones de que salga el sol o que tu corazón se mueva. Todo eso ya está concedido de antemano en las leyes de la Naturaleza que se nos ha regalado. 

Dios no tiene más manos que las tuyas para actuar en este mundo. Él no puede intervenir, delegó en nosotros la administración y progreso del mundo. Y Él nunca se vuelve atrás.

Busca esa delegación en tu interior y las respuestas del "Dios Inmanente" que nunca te abandona. ¿Quieres ayudar? "Ora con…" sin pedir nada, apoya, ama, expresa lo mejor de tu corazón y colabora en lo que puedas.

7.- Superstición es la "mágica compra de gracia sobrenatural" por la sola celebración de los actuales "sacramentos católicos" (fueron más y constituyen la columna vertebral del catolicismo).

En realidad son un escalonado "camino humano" de discernimiento, decisión, compromiso y coherencia en el seguimiento a Jesús de Nazaret. Sin compromiso real y coherencia no sirven para nada.

8.- Superstición es la creencia y exaltación de la Biblia como "palabra de Dios" en vez de racionales "palabras inspiradas" para orientar conductas y caminos humanos o relacionarse con el Creador. Muchas de ellas necesitadas de poda, adaptación e interpretación para nuestro tiempo, incluidos los Evangelios. El grandísimo error fue proclamar (no sé si persiste) la "inerrancia de la Escritura" y la pegajosa "interpretación literal" que todavía muchos defienden.


Baste este resumen para comprender que estamos montados sobre una enorme "superstición" de múltiples cabezas y multiplicados "ídolos" de todos los colores.

Piadosamente camuflados bajo ritos, rutinas, adornos, tradiciones, arte, ceremonias, imágenes, dulces oraciones y coloridas estampitas, etc. 

Nos hemos alejado de la LUZ de Cristo y cabalgamos en las tinieblas de una "religión primitiva e instintiva" que nace de la experimentada fragilidad del ser humano y sus necesidades egoístas. No nos han instruido suficientemente sobre "quién es y cómo es Dios" y "quién es y cómo es su criatura".

Para ratificar cuanto digo, bastaría ser coherentes y convencerse, con nuestras luces racionales, de que un "Dios verdadero" (no el fabricado por la imaginación humana) es "ACTO PURO", eterno e infinito "PRESENTE", fuera de nuestros límites de tiempo y espacio.

Luego no tiene pasado, ni futuro. Luego no puede cambiar su eterno presente, conceder, perdonar, elegir, privilegiar, enfadarse o contentarse, dejarse influenciar, dar a unos sí y a otros no, etc. (es un disparate mayúsculo decir: "esto lo cambiamos con la oración").

Repetiré los primeros párrafos de mi Teología racional y humana, casi infantil, de la que nace una "religión humanizadora, positiva, luminosa y alegre" que es la que, en mi percepción, proclama el Evangelio y yo predico a tiempo y a destiempo:


- Dios Creador es un Torrente gratuito, derramado permanentemente sobre sus criaturas.

Lo tiene TODO bien hecho, concedido, perdonado. No se le puede alcanzar porque no está dentro de nuestras fronteras de tiempo y espacio. Luego no se le puede ofender, ni hacer que cambie. Solo se le puede vivir y disfrutar. Nunca temer.

- Lo único que podemos hacer es cambiar nosotros y alimentarnos del "Dios inmanente" que late en nuestro fondo, impregnarnos de su esencia para actuar como Él, derramando nuestros pocos o muchos dones sobre nuestro mundo, empezando por los más próximos. La primera consecuencia será la utilización práctica de "inteligencia, voluntad y libertad", su sangre en nuestras venas.

Este laico ignorante que os escribe no tiene ninguna autoridad, ni tiene títulos y doctorados eclesiásticos. No intenta convencer a nadie. Solo os cuenta las "certezas y evidencias" que van surgiendo en su diaria "oración de impregnación", que no es más que el reposado contacto con nuestro divino caudal sanguíneo. 

De ahí nació este diccionario mínimo y cuanto escribo. "Laus Deo".



[1] Para mayor profundización, véase mi meditación: El "hueco" de Dios y el egoísmo religioso (De la idolatría del "becerro de oro" a la actual de la "vaca lechera"), en este mismo Blog.



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