domingo, 30 de julio de 2023

¡¡Guías ciegos!!

¿Se puede blasfemar en la santa Misa? 

  

No soy yo quien lo afirma, fue Jesús de Nazaret. Quizás a éstos de ahora se lo diría en superlativo. Veamos.

Según el Diccionario de la RAE: Blasfemar: "Decir blasfemias".

Blasfemia: "Palabra o expresión injuriosa contra alguien o algo sagrado". 

Voy a demostrar que vamos a Misa a rezar pero en realidad "injuriamos más que rezamos". La rutina, con su falta de atención, lo tapa todo. Por un oído me entra y por el otro me sale.

Una aclaración previa a los que dudan de mi catolicidad y censuran mis críticas a los responsables de la Liturgia:

Imagina que tu madre está muy enferma. Llamas a los mejores médicos y aparecen en tu casa cargados con sanguijuelas, cataplasmas, punzones y demás artilugios de hace tropecientos años. ¿Qué harías? Pues ese es mi caso con mi Iglesia.

Los "guías ciegos", en vez de alimentar e iluminar, nos encierran en doctrinas y prácticas alejadas del Evangelio Y me quejo, claro que me quejo, tengo la obligación de quejarme.

 

I.- El escándalo de muchas lecturas bíblicas: 


Solo unos poquísimos ejemplos. Sería imposible recoger todas las barbaridades que recogen el Leccionario o el Misal. Leo:

Baruc 1, 15-22 (26 semana TO) 

19 Hemos sido infieles al Señor Dios nuestro y nos hemos alejado para no oír su voz. 20 Por esto se nos han pegado las calamidades y la maldición que el Señor comunicó a su siervo Moisés…

(¿Ah, los católicos creemos en la "maldición del Señor" y que las "calamidades" son causadas por esa maldición?).

Baruc 4, 5-29 (26 semana TO) 

6 Habéis sido vendidos a las naciones, mas no para ser aniquilados, sino que por haber provocado la cólera de Dios habéis sido entregados a los enemigos. 7 Pues irritasteis a vuestro Creador, ofreciendo sacrificios a los demonios, y no a Dios.

9 Vio ella desencadenarse contra vosotros la cólera de Dios, y dijo: Escuchad, vecinas de Sión: Dios me ha enviado un gran dolor.10 He visto el cautiverio de mis hijos, que el eterno les mandó.

15 Pues fue Él quien trajo sobre ellos una nación de lejos, nación desvergonzada y de lengua extraña, que no respetó al anciano, ni tuvo compasión del niño.

25 Hijos, soportad con paciencia la ira.

27 Ánimo, hijos míos, clamad a Dios, pues el que os ha castigado se acordará de vosotros;

29 Pues el que trajo sobre vosotros estas calamidades os traerá, con vuestra salvación, la alegría perdurable.

Jer 26,1-9 (27 semana TO): 

2 Ponte en el atrio del templo y di a todos los ciudadanos de Judá... 3 A ver si escuchan y se convierten... Y me arrepiento del MAL que medito hacerles... 4 Si no me obedecéis... 6 entonces trataré a este templo como al de Silo y a esta ciudad la haré fórmula de MALDICIÓN... 

(O sea, nuestros guías nos proponen en Misa públicamente la fe en estos ídolos bíblicos:

"dios castigador", "dios amenazador", "dios de la ira y la cólera", "dios de las calamidades", "dios del cautiverio", "dios que trae a los enemigos", "dios de la amenaza", "dios de la maldición", "dios de todos los males"…Y nos hacen repetir sin rubor: "Palabra de Dios"

Pero, como no son tontos, luego en la catequesis harán la pirueta de reconocer que son "imágenes primitivas de Dios que fueron purificadas por la revelación de Jesús". ¿Entonces, por qué nos envenenan con vinagre y nos roban el vino nuevo?).

Plegaria Eucarística III (Tras la consagración): 

El sacerdote con las manos extendidas: "Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia y reconoce en ella la Víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad"

¿Pero un Dios que crea por amor puede retirarnos su amistad? ¿Durante cuánto tiempo si Él está fuera del tiempo y sus actos son eternos?

Luego nos dirán que Dios es Amor infinito… Pero se comporta peor que los humanos: "ahora te ajunto, luego te rechazo"… Se me revuelven las tripas cuando oigo estas cosas, sobre todo a los Obispos con todas sus galas de maestros.

¿Cómo se pueden seguir repitiendo estas blasfemias en los templos católicos? Son una "inyección en vena de ateísmo", porque nadie medianamente sensato querrá tratos con "ese dios que nos presentan"...


II.- La mentirota del sacrificio de la Misa: 


No sé en qué momento se definió la Misa como un sacrificio (al estilo judío más primitivo) y como "sacrificio de la cruz" para mayor dislate. 

Hace tiempo me encaré con un Cura que había subrayado en la homilía lo del "sacrificio de la cruz"

"Mire Ud. -le dije- yo he venido a celebrar una comida fraterna con Jesús y a reforzar mi adhesión a Él y a los hermanos. Si Ud. lo que celebra es "el asesinato legal de Jesús", no volveré nunca a Misa".

Lo de la "misa-sacrificio" es una broma macabra que, una vez más, la rutina encubre. Bastaría recordar cuándo se instituyó la Eucaristía. ¿No fue en una "cena festiva" donde se nos dejó un testamento precioso de amor, fraternidad, servicio y humildad? ¿Acaso no fue antes de la cruz? Entonces…

No puedo extenderme hoy en el disparate del "sacrificio redentor para el perdón de los pecados establecido por el Padre", al que siguen haciendo alusión los desdichados inventores de la "misa-sacrificio". Ya lo expliqué en anteriores escritos. ¡Vamos, que no salimos de los disparates de "judeo-cristianos divinizados" (Pablo, por ejemplo) que mezclan su arraigada cultura judía con sus inicios cristianos negando, sin saberlo, al Dios Amor de Jesús!

No hemos asimilado todavía que los apóstoles y primeros escritores judeo-cristianos no habían digerido totalmente el "vino nuevo" de Jesús (lo dice el Evangelio). Pero, como los hemos "divinizado" considerando sus palabras "revelación sagrada", hemos caído en la trampa de ponerlos por encima de Jesús.

Al precintar toda la Escritura como "revelación máxima" al mismo nivel, lo que hemos hecho es desautorizar a Jesús, cuyas palabras están muy por encima de las de sus seguidores.

 

III.- La "bibliolatría" como fuente de confusión. 


Nunca oí este término. Me ha llovido encima en algún rato de oración. Esta "idolatría" consiste en adorar el Libro. Solo Dios Creador es digno de nuestra adoración, en la versión purificada del Abba de Jesús. Ningún libro, ni creación humana, merece adoración. "No adoréis a nadie, a nadie más que a Él", cantábamos en mi iglesia.

Adorar la Biblia y considerarla "palabra de Dios" es un disparate engendrado por un fanatismo irracional. Lo mismo se dice de otros libros sagrados. Como mucho "palabra inspirada" y solo cuando es coherente.

Arrodillarse ante los "postes indicadores del camino" es idolatría. Nuestra misión es caminar al encuentro de Dios mismo, tal vez utilizando los postes señalizadores del pasado, bien advertidos de que pueden estar desactualizados, deteriorados, errados o ilegibles…

Y, sobre todo, que fueron "fabricados por hombres", condicionados por su limitación, su tiempo y espacio, por su cultura, su lengua y demás circunstancias.

Absolutizar esa "señalización del camino" y llamarla "divina" es una idolatría cuasi infantil. Ese fanatismo, además, engendra el enfrentamiento con otras religiones. Sobre todo sabiendo que el ser humano es evolutivo y tiene concedida de origen una "inteligencia" para ver y una "libertad" para decidir, potencialidades que deberá seguir usando sin anclarse al pasado.

El gran dilema de la creatura humana es "distinguir el bien del mal" porque nuestro componente animal y nuestra limitación condicionan la "inteligencia", el faro.

Nuestros Jerarcas prefieren atarnos al vetusto y externo flotador del Libro -tantas veces incoherente e inservible- en vez de ayudarnos a descubrir la brújula de la "conciencia profunda", donde el mismo Dios se revela.

La LUZ de Jesús conecta con esa conciencia. Por eso el Evangelio es la clave de bóveda. Aún reconociendo que es necesaria su purificación de la literalidad y de su marco cultural e histórico.


IV.- El error de querer SUBIR al cielo para convencer al Padre de que tenga "buena voluntad". 


Casi toda la Misa se mueve en esa pretensión: Pedir que se nos escuche, que se nos ayude, que se nos inspire, que se nos conceda…

Acudimos al "dios de la manga" o al "dios grifo" para que haga lo que nos correspondería hacer a nosotros y abra el grifo de sus gracias accionado por nuestra oración.

Tres enormes errores derivados de esa pretensión:

1º) Dios es imperfecto y la creación le salió regular. Tiene que "perfeccionar su obra creadora". (Aquello de que "todo lo hizo bien" es un cuento). Por eso le insistimos dónde, cómo y cuándo tiene que actuar su "deficitaria voluntad imperfecta" para conseguirnos los bienes que Él no acierta a ver.

No hay más que escuchar "las preces litúrgicas" para confirmar cuanto digo. Una desfachatez blasfema. Una espesa cortina de humo para ocultar "quién es y cómo es el Abba de Jesús".

2º) Dios está metido en el tiempo y el espacio y va haciendo y deshaciendo a su capricho o por insistencia nuestra. ¿Pero no era eterno, sin tiempo ni espacio?

3º) Dios administra el mundo con su Poder. Y olvidamos totalmente que "la administración del mundo está delegada en el ser humano" ("creced, multiplicaos y gobernad la tierra"). Sobran evidencias desde la realidad.

Pues por ahí vamos mal. Los "imperfectos" somos nosotros y los que tenemos que madurar y resolver somos nosotros. Dios lo tiene todo hecho y bien hecho en "la naturaleza creada" que se nos ha regalado.

Es infinitamente poderoso sí, pero no puede intervenir en el "tiempo y el espacio" porque está fuera de esas limitaciones y su sabiduría ya estableció las "leyes de la creación" por las que tenemos que regirnos. Estableció la inteligente "ley de la causalidad" (a tal causa tal efecto) para que trabajásemos la creación según las "leyes naturales" (nadie recoge trigo si siembra abrojos).

Todo lo EXTERIOR está hecho y bien hecho. No cabe la intervención de Dios por mucho que le tiremos de la manga. No existe ese "dios intervencionista" al que saturamos de encargos. Nosotros somos las "manos de Dios" en este mundo. En el INTERIOR, en nuestra capacidad de ver, decidir y actuar, tenemos todo lo necesario para transformar el mundo.

¿Entonces, no merece la pena rezar? Como rezamos ahora desde luego no. Pero de ninguna manera estamos abandonados. Todo lo contrario.

Tenemos el ADN de Dios (inteligencia, voluntad y libertad) que nos hace más poderosos de lo que creemos. Y, sobre todo, somos seres "sostenidos desde dentro" porque el mismísimo Creador nos habita y empuja. Eso que llamamos "inhabitación del Espíritu Santo" es más real que la presencia en el signo (sacramento) de la Eucaristía y produce efectos reales de "luz y fuerza", desconocidos para los que viven en superficie.

NO hay que SUBIR al cielo y pedir dádivas. Hay que BAJAR y alimentarse de todo lo que ya tenemos concedido. Hay que BAJAR a la "vivencia interior" que es lo que transforma. 

Al Abba se le encuentra "dentro de sus criaturas". Pero nuestra Iglesia ha desconfiado siempre del "subjetivismo" y ha preferido el "autoritarismo". Normas rígidas (hasta para sentarse) en vez de "conciencia y libertad".

Es en el fondo profundo del ser humano donde nacen las "aspiraciones", "intuiciones", "certezas" y "evidencias" que son un testimonio del Dios verdadero, mucho más fiables que todos los libros sagrados. Abraham no tuvo Libro que le guiara.

La "religión instrumental" (externa) es la concreción de una "ideología religiosa", más o menos desarrollada, que sirve de cauce al "instinto religioso" (la llamada de la madre creadora) que todos llevamos dentro. Desde el culto al tótem o la adoración al sol de aztecas y mayas hasta las diversas religiones actuales todas son "religiones instrumentales". Todos empezamos por la "religión instrumental" de nuestro ambiente humano.

Lo que hace verdadera una religión no es su ideología o sus normas, sino la coincidencia con la "voz de Dios" que llevamos dentro. Por eso los "místicos" son los que mejor construyen verdad y unidad. Por eso Abraham se encontró con el "Dios verdadero" y sus leyes naturales, superando las "religiones instrumentales" de su entorno.

Ya os conté que hace años en la asamblea general del Sínodo de Madrid me atreví a decir delante del Cardenal y de toda la Jerarquía que presidía a más de 500 sinodales: "Yo no creo por lo que me dice el Papa, los Obispos o los Curas. Yo creo porque mis "aspiraciones profundas" coinciden con Jesús de Nazaret". Para entonces ya me había alejado del "clericalismo reinante" por pura necesidad de oxígeno.

 

V.- ¿Por qué hay gente buena que sigue yendo a Misa? 

Porque el "instinto religioso" les lleva a expresarlo cómo y dónde les han dicho que está Dios.

Hay dos tipos de motivaciones para ir a Misa: 

A) TEMOR. Han aprendido una normativa y les han amenazado con las penas del infierno si la infringen. El "precepto dominical" impuesto por la Jerarquía forma parte de esa amenaza: Si no cumples, pecado mortal.

Ese temor engendra CULPABILIDAD, la carcoma sicológica de la autoestima, la autonomía y la libertad humanas. Y de ahí se deriva la necesidad de confesarse, porque les han dicho que esa es la fórmula para que sean perdonados y salir de la culpabilidad.

A promocionar la CULPABILIDAD se dedica todavía hoy la Pastoral y la Liturgia. Mucho más que a encontrar la "conciencia profunda" y la "coherencia" en la expresión del instinto religioso.

Muchísima gente se ha dado cuenta de la jugada de la Iglesia, ha madurado sicológicamente y han perdido el TEMOR. Consecuentemente han abandonado Misa, Confesionario y a la misma Iglesia que les amenazaba.

B) BÚSQUEDA: Una minoría, con una formación religiosa más profunda, buscan expresar su "instinto religioso". Y encuentran la "puerta de entrada" a la espiritualidad en las peticiones y el rito principal mandado.

Aprovechan la Misa, con todos sus defectos, para sumergirse en el INTERIOR y vivir el encuentro con Dios, sin prestar atención a los disparates. Suelen ser adictos a la "misa y comunión diaria". Para algunos ha sido el camino para encontrarnos con la "oración personal" y el apoyo de la "fraternidad".

Pero en nosotros también subyacía (o subyace) el TEMOR al incumplimiento y el sometimiento al rito establecido, sin consciencia de sus "incoherencias", que se descubren al hundirse en oración profunda.

Por eso ahora defiendo que la Misa debe ser LUZ (para encontrar el Camino, Verdad y Vida) y MOTIVACIÓN (energía) para seguirlo. Nunca el canto del papagayo que ahora practicamos.

La adhesión a Jesús de Nazaret o se produce en el "interior sagrado" o no es cristianismo. Nuestra religión actual está tremendamente contaminada por "ideologías" ("torres de Babel"), "magias", "errores tradicionales", "ritos y rutinas instrumentales"

¿Y por qué se va la gente? Porque no les llega a la cabeza, ni al corazón lo que hoy se da en la Iglesia. Como mucho, algunos admiran su Estética y su Ética (todo exterior). Lo que explica que muchos templos se hayan convertido en "rentables museos para turistas" en vez de lugares de oración.

 

VI.- Hay muchos Curas buenos encerrados por miedo.

 

Me consta que hay muchos Sacerdotes muy espirituales, que hacen oración profunda, que han madurado espiritual y humanamente, que son conscientes de los errores de la Liturgia oficial.

Pero no se atreven a salir de la "cárcel de la uniformidad" y del "sí guana". Temen la corrección o el castigo de su Obispo. Incluso que les priven del "pan nuestro de cada día". Se pierde con ello toda la creatividad espiritual y la evangelización actualizada del Pueblo. Todos sabemos la lentitud mortal de los cambios oficiales.

Y es que nuestro catolicismo no ha descubierto la "autonomía y libertad" del ser humano y "sus poderes" para administrar el mundo. Todo se fía al cumplimiento de las normas que nos llevan a un inexistente "dios intervencionista" (el de los hebreos) o a sus "cortesanos".

Hemos instaurado un "dios calzonazos", débil, frágil, manipulable, ignorante, ineficiente (nada resuelve), sordito (¡escucha!), olvidadizo (¡recuerda!), totalmente dependiente del "tráfico de influencias de sus cortesanos" (intercesión) o de "nuestras peticiones" que le indican cómo ser Dios y hacer el bien. ¡Rematadamente bobos!

Nos dedicamos a "dar instrucciones a Dios" y olvidar nuestra responsabilidad. A pesar de que "la terca realidad" nos demuestra que solo nosotros podemos resolver los problemas de este mundo.

En ocasiones acudimos al Cura, que suponemos tiene poderes mágicos, pero entonces las peticiones cuestan un dinero. Creemos infantilmente que el Cura tiene más influencia y nos conseguirá lo que queremos para nosotros o para nuestros difuntos.

Ahí estamos encallados, bien atados y adormecidos por ritos, rutinas, doctrinas que son "ideologías rígidas" en vez de luz, motivación y ayuda para seguir el Camino.

¡Curas del mundo despertad! Os dejo esta cita para animaros. 

"La verdadera obediencia no es la obediencia de los aduladores, que evitan todo choque y ponen su intangible comodidad por encima de todas las cosas. Lo que necesita la Iglesia de hoy y de todos los tiempos no son panegiristas de lo existente, sino hombres en quienes la humildad y la obediencia no sean menores que la pasión por la verdad; hombres que den testimonio a despecho de todo ataque y distorsión de sus palabras" (Joseph Ratzinger, "El verdadero pueblo de Dios", Herder, p. 293). 



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Si tú no resucitas, vana es la Resurrección de Jesús

  Las escandalosas incoherencias del "clericalismo católico" hunden la Iglesia   Este Domingo de Resurrección todo son felicita...