¡Tú tienes piedad de nosotros!
Continuó el
coloquio después de la charla sobre Redención. Yo estaba feliz porque me
llena de gozo "dar
razón de mi esperanza" (1Pe 3,15) y "hablar de corazón a corazón" con
quienes buscan al Señor sinceramente, sin fanatismos ni dependencias.
Jairo: Allá veo otra mano alzada.
Creo que todavía nos queda un ratito. ¡Dadle el micrófono, por favor!