Meditación para finalizar la Cuaresma y comenzar la Pascua
Cuando termine la liturgia del Viernes Santo, ante la cruz desnuda y el sagrario vacío, tal vez sintamos tristeza, desolación y ganas de llorar.
O tal vez solo sintamos la lánguida rutina de otros años y pensemos: ¡Qué bien, mañana no hay misa, vacaciones hasta el sábado por la noche o el domingo!
Habrá quienes repitan como papagayos lo que les incrustaron desde pequeñitos: ¡Y todo esto pasó para conseguirnos el perdón, para expiar por nuestros pecados! "Para rescatar al esclavo entregaste al Hijo" (Pregón pascual, con preciosa salmodia y letra impía). ¡Qué incoherente y secular dislate, Dios mío!