Desde la idolatría, aún inconsciente, imposible encontrar al Abba de Jesús
"El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: Es nuestro Dios, aunque no lo conocéis" (Jn 8,54)
Algunos me acusan de exagerar. Mi piadosa familia me llama loco y obsesivo; y me aconsejan dejar
que los "sabios
clérigos" arreglen la Iglesia.
Pero, en el fondo del corazón, sigo viendo al Jairo del Evangelio acudir a Jesús que afirma: "La niña no ha muerto; está dormida" (Mc 5,39). Y continúa: Ahora sois vosotros los que debéis decir "Talitha kumi" (Niña -Iglesia católica- a ti te digo, levántate) y darle de comer (Mc 5,41).