viernes, 1 de octubre de 2021

Ruego una relectura de mi anterior meditación

 No existe una "vaca lechera" que haya que ordeñar para obtener leche celestial

  

Ya sé que me estoy retrasando en alimentar mi Blog. Algunos se impacientan y me reclaman una nueva meditación. 

¿Sabes qué pasa? Que en mi última entrega he dicho más de lo que creí escribir. Me ha salido una especie de mini tratado de Teología o una síntesis pequeñita de Teología Básica. Me suele pasar que escribo lo que me viene del fondo, lo resumo y matizo. Pero luego me doy cuenta que he dicho más de lo que creía haber dicho. 

Por eso os voy a rogar que releáis esa meditación. Es mucho más importante y básica que otras. Dad el enlace a personas a las que queráis hacer bien. Porque realmente vivimos una "idolatría inconsciente", impropia de los seguidores de Jesús de Nazaret. 

El otro día hablaba con una religiosa muy querida y muy santa. Le esbozaba algo de esa meditación. Me contestó: "Pues a mí me ha ido muy bien con lo tradicional". Es decir, ella no veía la gravedad de mi escrito. ¿Por qué? Porque ella y muchísimas buenas personas (religiosos y curas sobre todo) en algún momento de sus vidas descubrieron el "hueco" y su fuerza centrípeta. Y se instalaron en las gratificaciones consecuentes y en las restricciones mentales impuestas por la Institución creyendo que habían llegado. 


Al sentirse cómodos no sienten la necesidad de "libertad y coherencia", se dejan llevar por otros (la Jerarquía) y disfrutan de la sensación positiva de haber acertado con el camino.

Lo mismo que un pájaro cautivo y mimado se adaptará a su encierro. Pero el ser humano no es solo sensibilidad. Es, sobre todo, inteligencia y la inteligencia necesita coherencia y libertad para razonar y ver. 

La respuesta de mi amiga sería la misma que me daría un seguidor del "tótem pájaro" que hubiera descubierto su interioridad habitada y la viera reflejada en su ídolo. Para esa persona sería la única verdad y la disfrutaría desde el "hueco" (lugar sagrado en toda persona de cualquier religión). 

Y es que el "ambiente humano", en que hemos nacido y crecido nos influye y condiciona muchísimo, más de lo que creemos. En un ambiente y formación en que la insistencia continuada ha sido "obedecer" en vez de "pensar", es muy difícil salir de la jaula de lo que ya nos dan "establecido, pensado y exigido". 

Sin embargo, la COHERENCIA es esencial para los seres inteligentes. Muy especialmente en nuestro descubrimiento y relación con Dios. No basta el descubrimiento "emocional", hay que buscarle una explicación lógica, coherente, lúcida, propia de seres creados con inteligencia.

El descubrimiento de Abraham no fue una especial inspiración divina. Fue el resultado de su COHERENCIA humana. Tuvo que darse cuenta, porque no era tonto, que los variopintos "dioses", a los que invocaban y sacrificaban los pueblos vecinos, no podían haberse puesto de acuerdo para crear un universo tan maravilloso e insondable. Su "experiencia inmanente" (el hueco) alineada con su "capacidad de pensar" (coherencia) le llevaron al Creador trascendente y único. 


Ya sé que la Biblia casi todo lo explica como obra directa y milagrosa de Dios. Pero la verdad racional no nos permite creer en un "dios interventor" que maneja los hilos de la historia a su antojo o por preferencias, como los poderosos de este mundo. Aunque, por desgracia, se siga predicando frecuente y engañosamente.  

Cuando observo la cantidad de Sacerdotes buenos de nuestra Iglesia que solo siguen las rúbricas, ritos e ideología que les enseñaron en el Seminario, me pregunto cómo no aciertan a salir de ahí y dar un paso hacia la coherencia y la madurez espiritual. 

La explicación es la misma. Fueron formateados en "tubos de ensayo" de acuerdo a una "tradición de barro", llenita de errores (ausencia de coherencia) y obligados a aceptar como "verdad absoluta" todo lo impuesto por la Jerarquía, sin posibilidad alguna de salirse del molde. En el caso de los Obispos… ni lo comento. 

Consecuencia: Repetimos y repetimos "errores, incoherencias y absurdos" envueltos en una presentación sagrada de "ritos, rúbricas, rutinas y cánones obligatorios". Un ejemplo grave es la construcción actual de la liturgia de la Misa, plagada de "abstracciones, incoherencias y rutinas" que te dejan con los pies fríos y la cabeza dormida. ¿Será por esto que nuestras iglesias se vacían?

 

Sin embargo, nuestro Señor Jesucristo vino a "liberarnos" e "iluminarnos", algo que hemos trastocado y enterrado. Lo hemos cambiado por una falsa e innecesaria "redención de los pecados" y "apertura de los cielos", como repetimos y repetimos en las oraciones oficiales, en homilías y catequesis. 

Pero, por favor... ¿Qué "ogro" tan vengativo y cruel necesitaba una víctima torturada y sacrificada en una cruz?

Pues lo seguimos repitiendo y enseñando después de XXI siglos de no querer razonar y seguir a pies juntillas lo que llaman "palabra de Dios"... ¿Qué dios? ¿Qué palabra? ¿Por qué negar sistemáticamente la razón que Dios nos ha dado? 

Todo esto y mucho más me lleva a afirmar que nuestra Iglesia es hoy católica y romana, pero no apostólica ni cristiana. Nos hemos olvidado del Evangelio. Con el agravante de la "ausencia de conversión y avance" porque al que piensa, levanta la voz y denuncia se le expulsa por "hereje". ¡Cuánto profeta expulsado y condenado por hereje! Lo mismo, lo mismito que hicieron los israelitas de los que descendemos y a los que hemos plagiado construyendo un cristianismo de "remiendos". 

A veces me preguntan: ¿Por qué insistes en atacar a nuestra Iglesia? Y yo suelo responder: ¿Atacas tú a tu madre cuando la llevas al médico y le cuentas sus graves síntomas? ¿La ataca el médico que la prescribe radioterapia o una operación urgente?

Solo el amor es capaz de exponerse a juicios y condenas por predicar la verdad. ¿O no fue esa, precisamente esa, la lección del Crucificado? 

Por favor, releed mi anterior meditación, muy resumida pero muy lúcida. Y está claro que no soy yo el origen de esa luz, pobre de mí... Si no me doy cuenta ni de lo que escribo... 

Os ruego encarecidamente que no sigáis rezando y adorando a una "vaca lechera", supuestamente divina. Eso es evidente idolatría.





 



Puede que a algunos esta imagen les resulte "irrespetuosa" si la miran desde la SENSIBILIDAD. Pero es la REALIDAD inconsciente que viven muchos católicos.

Acuden a María como "proveedora" de gracias y milagros. Pero Ella no tiene ningún poder, por mucho que te hayan clavado en el cerebro lo contrario. Ella es uno de nosotros. Su influencia en ti es su ejemplo y sus pocas palabras.








2 comentarios:

vallas74 dijo...

Claro y coherente, como siempre...

Antonio Manuel dijo...

Cuando alguien se cree perfecto, para él todos los demás están llenos de defectos. Según parece, los sacerdotes buenos, son tontos por ser "seguidores".
Todas las personas son inteligentes, pero casi todos (excepto el autor de este artículo) tienen la inteligencia adormecida y por eso no hacen mucho caso del mensaje "sabio" que aquí se contiene.
El que juzga a los demás, se está ya juzgando a si mismo.

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