sábado, 10 de octubre de 2020

Un "dios sometido" NO es Dios

  Necios quienes dan "lecciones" a Dios o le dictan "deberes" 


Un día má
s salgo de misa abochornado, oscurecido y desanimado. Un día más el Cura insistió en pedir la desaparición de la pandemia y la curación de los enfermos. 

Es un sibilino "insulto" al mismísimo Dios. Si no ha quitado ya la enfermedad o no ha curado a todos los enfermos, pudiendo hacerlo, es que es un "dios canalla". (Esta es la verdad lógica que ni vemos, ni nos predican. Preferimos adherirnos a lo absurdo sin pensar, con sometimiento a "otros"). 

Un día más tuve que soportar que la mayor parte de la misa fuese para "poner deberes" a Dios" y "colgarle nuestras responsabilidades". ¡Que lo solucione Él, para eso es omnipotente! 

Un "dios sometido, manejado, manipulado" NO puede ser Dios. Un "dios dependiente" de nuestras peticiones y encargos, que solo se mueve a instancia de parte, NO puede ser el Dios Verdadero, el Creador del Universo, el Amor Infinito (que cacarean los Curas pero contradicen con sus doctrinas, ritos y oraciones). 

Seguimos tratando al Señor como los sayones romanos que le arrastraban al Calvario. Solo sabemos tirar de la soga para "arrastrarle" a nuestros Gólgotas. Le exigimos como los fariseos: "¿Qué milagros haces tú para que los veamos y creamos en ti?" (Jn 6,30). Y le seguimos tentando: "Haz que estas piedras se conviertan en panes" (Mt 4,3). 

Rezamos a un imaginario "dios pasivo y desmemoriado", al que hay que mover a base de tirones, al que hay que arrancar milagros y dádivas a base de insistencia y recordatorios. ¡Pobre "dios desmemoriado"! ¡Hasta dónde hemos llegado por alejarnos de tu Espíritu y atrincherarnos en papeles, en letras absurdas, incoherentes e irracionales! 

Decimos que tenemos fe, que confiamos en Dios, pero olvidamos la lección primera: Que somos libres y autónomos, que somos responsables de nuestras vidas y del mundo, que "Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó" (Gn 1,27) para "crecer, multiplicarnos y gobernar la tierra" (Gen 1,28). ¿Pero no es clara la "parábola de los talentos", por ejemplo?

¿Y qué hemos hecho? Darle la vuelta al encargo creador: Nos hemos fabricado "un dios a imagen y semejanza humana", hemos olvidado el encargo de administrar el mundo y pretendemos continuamente que nos resuelva los problemas, que nos libre, que nos proteja, que haga milagritos, que salga de su modorra y actúe… 

NO rezamos para comprometernos, responsabilizarnos, expresar nuestras aspiraciones o necesidades. Rezamos habitualmente para dictarle instrucciones a ese "dios humanoide" y refrescar su escasa memoria: Haz esto, resuelve, concede, no olvides, danos esto o aquello, etc.

Para colmo, al pobre "dios humanoide" le hemos rodeado de cortesanos con poderes mágicos para hacer milagros, con influencias sublimes para conseguir favores de un "dios tacañón". Actuamos como si esos personajes fueran más buenos y misericordiosos que el mismísimo Dios, puesto que pretenden beneficiarnos exprimiendo su tacañería. Exactamente eso creemos y demostramos cuando hablamos de INTERCESIÓN. ¿Pero no nos han dado una cabeza para pensar? 

Si una excursión de romanos pudiera viajar en el tiempo hasta nuestras iglesias de hoy, exclamarían admirados: ¡"Esta civilización ha poblado su Olimpo con muchos más dioses y diosas que nosotros"! 

Estamos metidos en la "olla de la tradición", como la rana del cuento, y la piedad de Jesús se está ahogando, recocida en las mentiras de un "clericalismo errático e incoherente".


Rezamos como "pollos sin cabeza". No utilizamos la inteligencia (supremo don divino) para darnos cuenta del "dios absurdo" que nos hemos fabricado. Al que acudimos por costumbre o rutina y al que nos abrazamos, como niños a su "muñeco de trapo", para sentirnos seguros y minorar nuestros miedos. 

No nos importa si acudimos al Dios verdadero o a un ídolo. Lo importante para nosotros es agarrarnos a algo, calmar la ansiedad y el miedo. Dicho con otras palabras: Seguimos siendo paganos, nos conducen guías paganos que no admiten críticas porque ellos son infalibles, fieles y con autoridad divina. ¡Cómo nos hemos olvidado del Dios de Jesús! 

Un extraterrestre, que observara nuestros ritos, rezos y vida, sacaría esta conclusión: ¡Estos humanos son mucho mejores que ese "dios pasivo y distraído" al que machacan! 

- En sus Residencias de Ancianos están establecidos cuidados, comidas y atenciones, sin que nadie tenga que suplicar. 

- En sus Hospitales los sanitarios atienden a los pacientes sin que éstos tengan que hacer rogativas continuamente. 

- En sus Cuarteles y Comisarías se congregan militares y fuerzas del orden puntualmente para proteger a los ciudadanos sin ser requeridos y suplicados. 

- Lo mismo ocurre con panaderos, agricultores, transportistas, comerciantes, etc. Todos ellos se movilizan para atender las necesidades humanas, sin que se lo pidan o recuerden. 

- Los padres de familia cuidan, protegen y ayudan a sus hijos gratuitamente, sin que los niños tengan que hacer diarias súplicas y preces. 


Sin embargo, el "dios sometido y dependiente", al que nos han acostumbrado a rezar, NO actúa hasta que nosotros se lo digamos
, depende de nuestras oraciones para mover un dedo.

¡Es que nosotros SÍ sabemos ser buenos! Pero a Dios hay que pedírselo primero, su bondad no es gratuita, ni espontanea, ni permanente. 

Solemos decir, por ejemplo, "Dios te bendiga". Y, con ese buen deseo mío, Dios baja a bendecirte. De otra forma se guardaría la bendición.

Y otra muletilla muy frecuente: "Rezo por ti"… Es que soy muy bueno y si yo no le hablase a Dios de ti, ni se acordaría y mucho menos te auxiliaría.

Son dos minucias que muestran los malos hábitos que hemos santificado y repetimos como papagayos, sin darnos cuenta que disparatamos. Pretender mostrarnos "mejores que Dios" con palabras piadosas (o hipócritas) es una monumental necedad. 

Con lo fácil y coherente que sería afirmar: "Dios te bendice" (siempre, siempre, siempre, aunque tú no quieras). O "Rezo contigo", "Quiero abrazarte como Dios te abraza" (porque nada, nada, nada voy a añadir al amor que Dios te tiene, por mucho que yo mueva los labios y suplique). ¡Qué errados estamos! "Como ovejas sin pastor" (Mt 9,36). 


Nuestras palabras piadosas nos delatan. Manifestamos que somos "mejores que Dios" y pretendemos "enseñar a Dios" a ser bueno, a perdonar, a recordar, a escuchar, a proteger, a curar… Tenemos que darle "instrucciones precisas" para que sepa dónde y cómo intervenir (escuchad atentos las "preces" de cada misa). 

Y, por supuesto, que no olvide a los que salieron del tiempo y del espacio para que no se pierdan por ahí como "fantasmas huérfanos". ¡Pobres muertos, amenazados de sufrimientos y sin un Padre que los acoja! ¡Sois unos necios queriendo dar lecciones a Dios y poniéndole deberes!  Decídselo de mi parte a vuestros Curas.

"¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de vosotros: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí; en vano me rinde culto, enseñando doctrinas que son preceptos humanos" (Mt 15,7). 

"Este pueblo se acerca a mí solo con palabras y solo de labios me honra, mientras su corazón está lejos de mí, siendo su religión para conmigo solo un mandamiento humano, una lección aprendida, por eso yo continuaré obrando maravillas; entonces fracasará la sabiduría de sus sabios, y la inteligencia de sus inteligentes se eclipsará" (Is 29,13).

El Dios verdadero, el Abba de Jesús, no es manipulable desde tus labios. Solo se llega a Él sumergiéndote en el fondo de tu ser y dejándote impregnar. Esa es su Casa, ahí está tu refugio y tu fuerza.


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6 comentarios:

Joaquín dijo...

Buenos días, como he leido en comentarios anteriores, yo si que aplaudo a Jairo. No escriba lo que escriba, yo no juzgo ya que mis conocimientos no están a la altura de juzgar a nadie. Hay veces que me mueve el corazón y eso es lo que me hace seguirle.como el bien dice yo tampoco rezo por nadie, rezo con alguien, me siento cerca de alguien y rezo con el, esté presente o no. Pero cuando uno siente que le atrapa el desánimo, ya sea por una wnfermedad o por alguien cercano, no está de mas pedir al amigo que te eche una mano, que te ayude a mantenerte en pie, y que mejor amigo que Jesús para pedirselo.

vallas74 dijo...

Qué difícil es cambiar costumbres que se nos han inculcado como nobles actitudes... Mandar telegramas a ese Dios que metido en sus quehaceres no sabe de los apuros de mi amigo... Hacerle saber, por medio de una composición bien adornada, de los padeceres de la Humanidad... Y quedarnos satisfechos por el "deber" cumplido...
En fin... "pasarán más de mil años...muchos más..."

Martha Sialer Chaparro dijo...

¡Qué tema tan complicado Jairo! Dios siempre nos asombra. No hablemos de los hombres que han sido necesarios para ayudar a la humanidad a acercarse a Dios. No acabamos ni acabaremos de comprenderlo, cierto. Que si pide esto, que si pide aquello, que si sacrificó a su hijo por nosotros (¡qué mal Padre!), que si oramos así o asá. .Afortunadamente no nos hemos visto en la situación de Abrahán. Yo solo sé que puedo confiar en Él, que nunca me pedirá algo de lo que no sea yo capaz, y que un día sabré cómo es su corazón y si me engañé o no actuando y pensando como lo hago. Espero que no he vivido engañada. Un abrazo grande.

Antonio Llaguno dijo...

De hecho, Jairo, si un romano se presentara en el Vaticano actual, y estudiara nuestra religión, se sentiría muy cómodo.
Con una adoración a un dios que tiene sobre nosotros es poder digno de un tirano y nosotros dignos de los esclavos más serviles.
Con un panteón de santos que ríete tú del politeismo romano, que sirven para hacer tráfico de influencias con ese tirano-dios.
Los romanos establecían contratos con sus dioses y no hay nada más parecido a eso que las oraciones que nos han enseñado.
En fin que, a veces me pregunto qué pensará Dios de nuestra torpeza intelectual.

Antonio Manuel dijo...

"Al Padre nadie el conoce, solo el Hijo y a quien el Hijo se lo quiera mostrar". La dificultad radica en la "lógica humana" para explicar a Dios, Padre como lo refiere Jesús.
Jesús nos muestra al Padre a través de la oración que Él mismo nos enseñó. Esta oración, que resume todo el Evangelio, es la única clave que tenemos.

Antonio Llaguno dijo...

Abundando en estos temas que has tratado, llevo un par de días discutiendo (dialogando) por twiter con un joven tradicionalista católico mexicano y me llama la atención lo mal que se enseña la religión a los jóvenes.
Inconsistencias lógicas y científicas, lectura literal de las escrituras, ocultación de las incoherencias bíblicas (que las hay y muchas), superstición, magia...
¡¡Pero si sigue creyendo en Adán y Eva en pleno siglo XXI!!
Lo más increible es como aceptan esa figura de un Dios rencoroso y miserable que necesita que "reparemos nuestras ofensdas hacia él" y que "guarda hasta la última de nuestras supuestas infracciones y nos hace pagar por ellas" e incluso por las que no son nuestras (la doctrina del pecado original es uno de los surrealismos históricos más notables)
Mientras se siga educando en la fe a los jóvenes como si fueran simples estúpidos ignorantes, en vez de tratar de que sean personas críticas con pensamiento libre y a ser posible propio, seguiremos siendo el hazmerreir del mundo ateo.

El escándalo de la Teología católica

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