viernes, 30 de octubre de 2020

Misericordia solo para perros, gatos y caballos

Prohibido ayudar a morir a la raza humana


Cuando uno piensa y escribe contracorriente ya se siente miedo. Pero cuando te manifiestas contra "el sunami" de una embarrada tradición absolutizada y de una autoridad usurpada a Dios, entonces mi cobardía me hace callar ante las seguras pedradas del desprecio y el destierro.

No he tenido valor para enfrentarme antes al "problema de la muerte humana" que con tanta dureza, ausencia de racionalidad y falta de misericordia se viene tratando. Hoy no he podido reprimir el desgarro de mi corazón ante tanta "muerte horrible" y me he atrevido a escribir.

Oponerse a lo "religiosamente correcto, a lo impuesto, a lo esculpido en la conciencia colectiva" es terrorífico. Exponerse a una segura condena es de locos. Sin embargo, esa fue la historia de Jesús, al que frágil, ilusa y cobardemente uno pretende seguir. 

La absurda teoría que nos imponen los "gurús de turno" se resume en que puedes ser compasivo con tu perro, tu gato o tu caballo. Pero jamás uses la misericordia con tu padre o madre moribundos. El último hachazo -dicen- es misión de la "voluntad de Dios", de un "dios guadaña" que ellos entronizan y nos imponen.

Adelanto el esquema de mis certezas profundas, largamente meditadas, por si alguno no aguanta tragarse este "sapo" completo.

 

1º.- Me escandaliza que la religión de la Misericordia se obstine en negar la misericordia a los moribundos, es decir, a toda la Humanidad. Porque por ahí pasaremos todos. 

La historia avanzará y dejará en ridículo a una religión que olvidó sus raíces. Que no supo comprender y hacerse humana. 

Priorizar una "ideología inventada" sobre la misericordia no es cristiano. Querer imponer el "sábado" por encima del "hombre" no es cristiano. Obligar a los seres humanos a morir peor que un perro es abominable. 

2º.- La DIGNIDAD del ser humano exige respetar su LIBERTAD, incluso a la hora de morir. 

3º.- Los cacareados "cuidados paliativos" son mera excusa. ¿A cuántas personas llegan en realidad? Querer justificar la ausencia de misericordia con rígidos "argumentos ideológicos" es de tramposos. 

Lo humano y por ende cristiano es facilitar el proceso de morir a quien "libre y voluntariamente" desea terminar cuanto antes. Podría poner trágicos ejemplos reales de personas buenas que quisieron y no pudieron, pero no quiero alargarme. 

4º.- Una limitación, una única limitación para quienes quieren adelantar su muerte: ¿Perjudica a terceros? Si existe "daño a terceros", entonces no es ético adelantar la muerte. 

5º.- La libertad es un "don de Dios". Nadie puede privar a nadie de ese don, cuando no suponga daño o peligro para otros. 

6º.- La mal llamada "muerte natural" NO es una exigencia de la "voluntad de Dios". Es inmisericorde e inhumano manipular la "voluntad de Dios" para mantener una "falsedad ideológica" que viene arrastrando sufrimientos sin fin a la raza humana. 

Dios nos ha entregado la ADMINISTRACIÓN del mundo y de nuestra propia existencia. Él NO quiere el dolor ni la desesperación, siempre quiere la felicidad de sus criaturas. También en el inevitable proceso de morir. 

7º.- El colmo del "anticristianismo" es "la orden" de privar al moribundo de los sacramentos, si los solicita y, al tiempo, decide morir dignamente. 

8º.- En nuestra santa Iglesia católica, apostólica, romana y pagana en gran medida, se mantienen, por desgracia, muchos fanatismos, errores, ideologías tradicionales, dominación clerical y arrogancia absolutista... ¿Dónde hemos dejado el respeto a la "conciencia profunda" y el no juicio? 

Sigo afirmando que nos falta mucha CONVERSIÓN para llegar a ser una "religión humanizadora, positiva, luminosa y alegre" que es la que emana de Jesús de Nazaret. Nos parecemos muchísimo a quienes le persiguieron y le crucificaron.


Vayamos ahora a los argumentos que mantienen y difunden torticeramente los pluscuamperfectos y sus maestros. Básicamente son dos: "el 5º NO matar" y "la muerte es cosa de la voluntad de Dios". 

A) No matar. Mienten descaradamente. Nadie habla de "matar", sino de "ayudar a morir y respetar la libertad de morir" cuándo y cómo cada cual decida. De morir no podemos escapar, es nuestra limitación original: caducos y mortales. Pero "quitar el aguijón a la muerte" debe ser obligación de todos y para todos. 

Afirma el Papa Francisco: "No podemos ser indiferentes ante el sufrimiento de los más pobres". ¿Pero hay alguien más pobre, más necesitado, más desvalido que un moribundo, un enfermo incurable carcomido por el dolor, un anciano que arrastra la vida y desea la paz?

Al parecer, muchos pueden ser indiferentes ante el "sufrimiento de la muerte".  Sus neuronas cuadriculadas e insensibles les hacen esclavos de unos principios falsos. A mí, desde luego, me acongoja la enorme cantidad de "sufrimiento evitable" que causan las leyes al no dejar en libertad a quienes nacemos libres pero somos esclavizados ante la muerte.


La mayoría no teme tanto la muerte como la "forma de morir", temen el dolor de la enfermedad y la agonía. 

Yo me he apuntado a la forma de morir de mi abuelo y mi madre. El abuelo con un calcetín puesto y el otro sin poner cuando se levantaba de la cama. Mi madre mientras la ayudaban a levantarse para ir al baño. Aunque yo tuviera garantizada esa forma de morir instantánea, no dejaría de defender la "libertad de morir" para toda la Humanidad. La misericordia que late en mi fondo me lo exige. 

B) La voluntad de Dios. El argumento de la "voluntad divina" es ruin, deleznable, irracional e impío. ¿Nos damos cuenta de lo que estamos diciendo? 

Pues simple y llanamente que nos ha creado un "dios canalla". Alguien que caprichosamente a uno le manda un cáncer, a otro un infarto, a otro un accidente mortal y a otro una pluma blanca para que vuele a la eternidad...  

Está tan aburrido en su cielo que juega a la ruleta con los humanos y les aplica el "golpe mortal" en el momento que más le divierte. 

Esa ignominiosa forma de pensar es una blasfemia para un cristiano, por más que esté enquistada en doctrinas y mandatos. Nada tiene que ver la "forma de morir" con la "voluntad divina". Como nada tienen que ver el hambre, la enfermedad, las guerras y todos los males del mundo.


Morirse antes o después, de una manera u otra, NO depende de Dios. Morir es un proceso natural inherente a nuestra condición carnal.

La "forma de morir" está condicionada por la "forma de vivir" que hayas llevado. Dependerá de si has vivido una vida ordenada y has cuidado tu cuerpo (si has podido) o le has expuesto a innumerables peligros y daños. 

Por otro lado, quizás el más determinante, dependerá de tu "herencia genética". Que, a su vez, dependerá del orden o desorden y de las posibilidades de vivir sanamente que hayan tenido tus antepasados.

Así de simple, racional y humano. Son nuestras "formas de vivir" y las de nuestros ancestros, las que condicionarán nuestra "forma de morir".


De ninguna manera es Dios quien aprieta un botón y te deja caer un rayo o un piano
, te manda una enfermedad corta o larga, te deja ciego o inmóvil, o, si has sido buenecito, te manda un ángel a recogerte en volandas.
 

Nuestra obligación humana y cristiana es tanto "ayudarnos a vivir" como "ayudarnos a morir", cuando nuestra libertad y nuestras circunstancias nos empujen a tomar esa decisión. 

No existe un mandato divino que exija esperar a que la enfermedad te vaya devorando o te arrastre como a una gacela en las fauces del león.

Ni existe impedimento divino para que preveas y decidas tu muerte para cuando tus facultades humanas te hayan abandonado convirtiéndote en un pelele.

La "administración de tu vida y de tu muerte" te está encomendada a ti por el Creador. Tú me ayudas a mí y yo te ayudo a ti, en la vida y en la muerte. Eso es lo humano y cristiano. Eso será lo que se practique en un futuro para bien de toda la Humanidad.

El argumento de la "voluntad divina" es el preferido por los jerarcas religiosos (de todas las religiones), que se revisten a sí mismos de "autoridad divina", para someter a los fieles y privarles de su libre albedrío.

Es el método certero para infundir temor y ser obedecidos. El "temor a la transgresión" (el pecado, que solo ellos pueden perdonar) y el "temor al castigo" (un inexistente infierno eterno). 

Es decir, la "voluntad divina" creada, administrada e impuesta por los líderes religiosos, es la mejor arma de manipulación para someter a un Pueblo y privarle de libertades básicas, empezando por la "libertad de pensar y decidir" 

"Sabéis que los jefes de las naciones las tiranizan y que los grandes las oprimen con su poderío. Entre vosotros no debe ser así, sino que si alguno de vosotros quiere ser grande, que sea vuestro servidor; y el que de vosotros quiera ser el primero, que sea el servidor de todos; de la misma manera que el hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida por la liberación de todos" (Mt 20,25).

Que la llamada "voluntad divina" es un arma arrojadiza con la que se amenaza y somete a los fieles lo demuestra sobradamente la historia. Hace dos mil años fue "voluntad divina" crucificar a Cristo (algo que sigue manteniendo la doctrina y liturgia actuales). 

Siglos después lo fue enviar a una "guerra santa" a los cruzados. Hace apenas unos siglos se quemaba a brujas y herejes por esa "voluntad". Anteayer se bendecía la pena de muerte. Y hoy mismo se conceden "indulgencias simples o plenarias" con el "dedo de dios" 

Son solo unos ejemplos para demostrar la evidente manipulación de la "voluntad divina" por la que se han cometido tantas atrocidades. Nos han hecho creer que esa "voluntad" mana del autoritarismo de los clérigos reinantes, pero la misma Escritura que ellos sacralizan lo desmiente: "Pondré mi ley en su interior, la escribiré en su corazón, y seré su Dios y ellos serán mi pueblo" (Jer 31,33).


«Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos". Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres» (Mc 7,6). 

Decía Juan Pablo II "la fe se propone, no se impone". Pero se ha quedado en una frase romántica.

La realidad es muy distinta porque para ser buen cristiano, según la dictadura religiosa, estás obligado a tener "fe clerical" (adhesión al Clero) distante y distinta muchas veces de la "fe cristiana" (adhesión a Cristo). 

Seguro que nuestros dirigentes religiosos actuales son buenísimos y tienen una buenísima voluntad (también la tenían los fariseos y maestros "in illo témpore"). Pero han olvidado que el Creador nos hizo "libres y autónomos" y no se mete en nuestros guisos diarios, ni en cómo administramos nuestra vida y nuestra muerte. 

El único mandato que mana del fondo es el "amor a ti mismo y al otro", que conlleva la buena gestión de los dones recibidos, la compasión y la misericordia. "Pues si os dejáis conducir por el Espíritu, no estáis bajo la ley" (Gal, 5 18). 

Es decir, vivir "dejándote amar por Dios y amando" (esa podría ser la redacción actualizada del primer mandamiento de Moisés)Quien se deja amar por Dios buscará administrar bien y gozará las consecuencias, esa felicidad que Él quiere para sus criaturas. Quien ama a los demás será inevitablemente compasivo y misericordioso en la vida y en la muerte, porque la muerte forma parte de la vida. "Dichoso el que toma una decisión y no obra contra su conciencia" (Rom 14,22). 

Es una aberración imaginar que cada humano nace con la "condena a la silla eléctrica" en el bolsillo, sin saber si el "corredor de la muerte" será corto o largo, doloroso o siniestro…
 

Pensar que un "dios perverso" mantiene la dramática y dolorosa incertidumbre de cuándo pulsará el interruptor… es de una irracionalidad e incoherencia tal, que es inexplicable que seres racionales lo mantengan. 

Afirmar a continuación que ese "dios del interruptor" es Amor y Misericordia infinita revela una incoherencia tan colosal que no entiendo cómo puede caber en las cabezas -ya no digo en el corazón- de esos "sabios y entendidos" inhumanos… 

¿No hay en la vida suficiente esfuerzo y dolor? ¿Por qué quieren imponernos un final peor en vez de facilitarnos el libre desembarco en la paz? Nacemos llorando. ¿Por qué nos exigen morir gimiendo? 

Llegará el día, ya lo creo que llegará, en que la racionalidad y la compasión humanas se impondrán. Y las leyes civiles se adelantarán a la dureza de corazón de unos líderes religiosos más dedicados a dominar que a servir, más aficionados a la proliferación de ritos que a descubrir la conciencia personal, más complacientes con ídolos populares que exigentes en la búsqueda del Dios único y verdadero.

Muchos se escandalizarán por lo que escribo, porque nadie puede imaginar la pasión con que deseo que "abandonando los ídolos, nos volvamos a Dios, para amar y servir al Dios vivo y verdadero" (1Tes 1,9).

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8 comentarios:

vallas74 dijo...

Clarisimo, Jairo!! Coincido contigo y lo he aplicado cuando tuve la oportunidad de acompañar a mi hermana en su decisión de partir...

Antonio Manuel dijo...

"2º.- La DIGNIDAD del ser humano exige respetar su LIBERTAD, incluso a la hora de morir."
¿Y... a la hora de nacer?.
Con el argumento de la libertad se cometen muchos crímenes. La voluntad del ser humano solo se manifiesta cuando puede escoger.
Al planteamiento le falta definir las siguientes cuestiones:
¿Cuándo?
¿Cómo?
¿Dónde?
¿Quién?

Antonio Llaguno dijo...

Joder, Antonio Manuel.
¡¡¡Que coñazo sois con el asunto del aborto!!!
¡¡¡Que sí, que el aborto es abominable!!!
¡¡¡Es de lo más malvado que se hace en el planeta!!!
Pero no es lo único.
Dios, al ser amor es un Dios débil. Todo el que ama sabe que el amor te hace fuerte por dentro porque te hace libre e inmune a los demás, pero débil por fuera porque ese amor te lleva a no intervenir en las decisiónes de los demás, más que por la vía de la persuasión, del convencimiento, nunca de la imposición.
Y por lo tanto, eres tú. Sí tú. Y yo. Y todos los que tenemos la inmensa fortuna de conocer la voluntad de Dios (que es solamente que seamos dfelices), quienes tenemos la enorme responsabilidad de ser las herramientas de Dios. Los intrumentos mediante los cuales,Dios transforma el mundo.
porque el mundo solo lo transformará el amor que los hombres y mujeres libres empleen para hacer libres al resto de los hombres y mujeres.
Y sí el aborto es mu malo. Pero es también la excusa que tienen los seguidores del código y del canon para no tener que luchar contra el resto de las injusticias porque.... yo ya lucho contra el aborto que es cosa de mujeres impías y médicos avariciosos.
Así yo estoy tranquilo. Mi lucha es esa. Lucho contra el aborto mientras tomo te con pastas recolectado por niños sin derechos y servido por una criada extranjera sin papeles.
Si yo lucho contra el aborto realizado por impías mujeres pero me importa una higa que muchas de ellas sean mujeres sin más cultura y salida vital que someterse a una violación de su interior.
Sí Antonio Manuel. EL aborto es muy malo. Es un aberración. Es un gran pecado de la Humanidad.
Pero no seré yo quien se preocupe de ello.
Para eso ya estáis vosotros.
Permite que seguro como esoty de que los clericales vais a dejaros la piel para combatir a las mujeres malvadas y los médicos egoistas que realizan abortos, dedique yo mis esfuerzos a combatir el resto de los males del mundo... muchos de ellos cometidos por quienes se escandalizan con los abortos.

Antonio Manuel dijo...

San Agustín (S. V d.C): Una sociedad muerta.

A fuerza de verlo todo, se termina por soportarlo todo...
A fuerza de soportarlo todo, se termina por tolerarlo todo...
A fuerza de tolerarlo todo, terminamos aceptándolo todo...
A fuerza de aceptarlo todo, finalmente lo aprobamos todo.

Anónimo dijo...

El aborto como ejemplo de libertad???
Enserio??
La mujer es libre (100% libre) de: cerrar las piernas, usar cuanto método anticonceptivo haya, decir no y en última instancia, asumir las fallas de la tecnología. Pero dónde hay libertad robándole la libertad a otro? Adueñándose del derecho de quien no puede defenderse.. Allí solo hay abuso, salvajismo, atropello, egoísmo...
Si la mujer quiere ejercer su libertad; que se corte una pierna, que se ligue las trompas pero que no viole el cuerpo de otro.. (genéticamente; ni siquiera la placenta le pertenece a la gestante)
Pero volviendo al "culto del dolor", creo que no saber leer la Biblia trajo muchos problemas.. Las interpretaciones paulinas sobre las que se basaron los 4 evangelios, hicieron un fabuloso trabajo ¡¡¡¡EN EL SIGLO I !!!!
Hoy, DEBEMOS hacer uso del gran regalo divino: "una cabeza-pensante"
Ya no se necesita el "giro teológico" que le dio Pablo a la muerte de un judío al que se proclamaba como el Mesías y que contrariamente a toda lógica judía fue crucificado (léase: "siendo maldecido por Dios" -Deuteronomio-). Todo un oxímoron!!!
¿Cómo arreglar esto ante los ojos de los judíos? Y Pablo fue un genio para encontrarle la vuelta.
Ahora; para los que siguen viviendo en el siglo I: Dios es amor, por lo tanto no goza con nuestro sufrimiento, no busca la sangre, ni es feliz de manera proporcional a nuestro dolor y, por Dios que ¡no mató a su hijo!
Si empezáramos a enderezar la exégesis bíblica y -sobre todo- a quienes se creen con el monopolio de la verdad, la cosa comenzaría a fluir mejor..

Antonio Llaguno dijo...

¿Y tú crees que lo que dijera el obispo de Hipona (eso de Santo es algo que yo no comparto) de hace un porrón de años me puede suquiera cuestionar algo?
Agustín de Hipona es uno de los cánceres más importantes de la Historia de la Iglesia.
No obstante te compraré el argumento:
- Se termina por soportar, tolerar, aceptar y aprobar todo (la guerra, la miseria, la esclavitud, la desigualdad, la opresión... ¡¡No solo el aborto!!)
El aborto es un mal indecente, un pecado abominable; pero no es peor que otros muchos pecados de la Humanidad.
Y sin embargo, cualquiera que nos viera con objetividad pensaría que es el único problema que los "católicos" combaten.
Pues bien, yo dedico mis esfuerzos a otras cosas. En la lucha contra el aborto, hay "overbooking" ya estáis muchos.
Lo diga Agustinín de Hipona o su barragana.

Antonio Manuel dijo...

La "libertad falsa" era el objeto de mi comentario. Y el derecho a nacer igual que el derecho a vivir. La vida es el bien supremo obra del Creador.
No obstante, como se habla del aborto, observo que solo se carga en la conciencia de la mujer; y cuando se habla de aborto se habla solo de la mujer.
Sin embargo, cuando un ser es engendrado hay dos actores: Un varón y una mujer. Si la mujer ha de controlar su cuerpo, también lo mismo tendrá que hacer el varón. El impedir que nazca el niño es de responsabilidad igual para sus padres. El varón no puede librarse de esa responsabilidad.
A partir de aquí, pueden sucederse todas las casuísticas, pero la vida no debe estar en manos de la decisión humana.

Antonio Llaguno dijo...

Llevas razón Antonio Manuel.
El varón también interviene.
Solo que lo más facil es usar una gomita.
Si no la usas a oderse y aguantarse.
Yo lo que digo es que no es el único problema y que está siendo usado por los más clericales para acallar sus conciencias.

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