18 marzo, 2025

Nuestra católica higuera con mucha hoja y ningún higo

 "Por los frutos los conoceréis". No lo olvides.


Poco que comentar a la parábola de la higuera que ocupa sitio y no da fruto. ¡Este Jesús es tremendamente gráfico! Se le entiende perfectamente. Pura coherencia.

Una gran mayoría de los millones de católicos del mundo son cultivadores de "preciosas higueras", con muchas hojas, pero sin frutos de auténtica religiosidad. A cultivar hojas les enseñan sus Curas entorchados o sin graduación.

¡Masivo espectáculo de ritos, rutinas, oraciones incoherentes, errores doctrinales, templos suntuosos y coronados ídolos vestidos de seda y oro! Nada que llevarse a la boca o al corazón... 

Y lo peor: Ninguna intención ni esfuerzo en conseguir la CONVERSIÓN, cavar los siglos y abonar las raíces. Siempre se hizo así, es nuestro deber conservarlo y blindarlo con cabezas de granito. ¡Con la Iglesia hemos topado Sancho!

¡Qué vergüenza deberíamos sentir!

¿Qué veo estos días al pararme ante la higuera? Una enorme cantidad de ingenuos fieles rezando rosarios y encendiendo velas para "empujar a Dios" a darle la salud al Papa.

¡Pura apariencia de religiosidad equívoca y vacía! ¡Hojas, solo hojas!

En realidad están insultando a Dios, llamándole despistado, inmisericorde, sordo y ciego, por no ocuparse de su hijo Francisco.

Los supuestos creyentes SÍ nos ocupamos, somos más misericordiosos, hacemos jornadas de ayuno y oración para "convencer a Dios" de que haga lo que no hace por su propia iniciativa.

¡Qué buenos somos empujando a Dios para que sea bueno!

La tradición solemne de las hojas aparentes es lo que se practica masivamente, sin que ningún catequista de estrado o de suelo instruya a los fieles de que no es así cómo se trata a Dios, insultándole y acusándole de no hacer nada.

Nadie les dice que Dios ya lo tiene todo hecho y bien hecho y que lo que falte por hacer está en las manos humanas de los médicos.

Si quieres hacer algo por el Papa, cántale, agradécele su ejemplo, acompáñale desde donde estés, da gloria a Dios CON él... Pero no insultes al Padre llamándole "tacañón e insensible"Muchas hojas, como de costumbre, y ningún fruto real. Pero todos contentos…

¿Hay algo más absurdo que pretender enseñar a Dios a ser bueno?

El Padre en que yo creo tiene a Francisco en su regazo, le mece en sus brazos sin que yo mueva un dedo. Incluso aunque no le tenga simpatía alguna y me importe un bledo su vida o su muerte. 

Y si le reconozco como el líder de mi Iglesia, le acompaño desde mi interior e intento imitar su Paz, su Bondad y su Amor, sin dar "lecciones al Padre" de lo que puede o debe hacer.

La Bondad del Abba se difunde por sí misma ("bonum est diffusivum sui") no necesita que le empujes.

¿O te crees más bueno que la Bondad infinita?

¿Tenemos ojos y oídos para VER y OÍR como aconsejaba Jesús?

¿Para qué te han dado inteligencia?

Ni los pájaros del cielo comen hojas…




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06 marzo, 2025

¡No tentarás al Señor, tu Dios!

 Libérate de los "guías ciegos" que te tientan desde el Templo

 

Me fui al Gemelli después de meditar que nuestra "parte instintiva" (hambre), aún siendo buena, está muy por debajo de nuestra "parte espiritual". 

Que "la dominación y el poder" para someter a otros o acumular riquezas es la gran insensatez del materialismo humano. 

Que pretender "manipular a Dios", aún usando la biblia y la tradición, es un "pecado de rueda de molino". 

Pero me acerqué al Gemelli, empujado por el espectáculo del Vaticano. Imaginé que Jesús en persona, disfrazado de médico, cuidaba del Papa Francisco. No podía ser de otra forma con tanta gente rezando en la calle y Cardenales enseñando al Pueblo a insistir en la "sanación de enfermo tan ilustre". 

Me colé, vestido de enfermero y, tras algunas peripecias, visualicé la habitación del Papa de la que salía el Dr. Jesús. 

Cuando llegó a la esquina en que me ocultaba, le abordé sin más y le expuse lo que estaba ocurriendo fuera, que se trataba de un Papa muy querido y que todos queríamos que lo curara. 

Me respondió que lo haría pronto, dada la presión de tanta gente importante y el deseo de las masas. Me envalentoné y seguí: "Dado tu poder, podrías curar también a todos los enfermos del Hospital, incluso a todos los enfermos del mundo". 

Me respondió raudo: ¡Es que no he recibido oraciones por tanta gente! Las peticiones de los Cardenales son claras, quieren que cure a su Jefe, ése es el importante… 

Aquella respuesta me dejó desconcertado. No era coherente con el Jesús que yo trato. Mientras intentaba salir de mi aturdimiento, me llegó un tenue olor a azufre, que se intensificó mientras el Doctor se alejaba por el pasillo dejando asomar bajo la bata blanca un enorme rabo. 

Caí rápidamente en la cuenta de que el impostor era un "medico canalla y diabólico" que solo actuaba buscando el honor y la fama, no la curación de los enfermos. 

¡Qué torpeza la mía! ¡Cómo he querido manipular a Dios pidiendo privilegios y favores! Si estoy convencido de que el Abba de Jesús está derramado TODO en TODOS, cómo he sido tan incoherente y necio… 

Lo que el Papa y el resto de enfermos necesitan no son oraciones sino las manos humanas de buenos especialistas. El "poder de la oración no existe", es la gran mentira de la Seudoreligión y su imbécil pretensión de manipular al Creador, de empujarle a actuar, aún amparados en palabras, llamadas divinas. 

La respuesta de Jesús ante esa tentación es tajante, aunque la olviden los insensatos "gurús mitrados": ¡No tentarás al Señor, tu Dios! 

La "confianza en Dios" no consiste en tirarse desde la cúspide de ningún templo, sino en estar convencidos de que "Todo lo hizo bien", nada falta por hacer, salvo mirarme a las manos y aportar mi parte, porque en ellas el Creador ha puesto todo lo creado para que lo gobernemos y hagamos crecer. 

Lo demás viene del maligno… Es decir, de nuestra manipulada necedad humana, a la que engañan los tentadores de todos los tiempos, incluso con "erradas doctrinas religiosas". 

Cuando me di cuenta de todo esto, me sentí humillado por haberme dejado empujar por la maligna Seudoreligión y la presión de las masas con sus "guías ciegos" al frente. 

Y me eché a llorar por mí y por mi Pueblo… 

¡Qué traición tan enorme a la Luz de Jesús! 

Me es imposible dejar de llorar…



Nuestra católica higuera con mucha hoja y ningún higo

  "Por los frutos los conoceréis". No lo olvides. Poco que comentar a la parábola de la higuera que ocupa sitio y no da fruto. ¡E...