martes, 2 de abril de 2024

Si tú no resucitas, vana es la Resurrección de Jesús

 Las escandalosas incoherencias del "clericalismo católico" hunden la Iglesia

 

Este Domingo de Resurrección todo son felicitaciones: ¡Feliz, feliz, feliz… Ha resucitado!

Y se intercambian estampas, aleluyas, colores y pinturas famosas. Todo eso está muy bien después de tanta sangre, lutos y exaltación de dolores.

Pero sirve de muy poco o nada si tú no has resucitado. Para nada sirve tu "creencia errónea" de que te han perdonado los pecados por su sangre, de que se han abierto las puertas del cielo, de que el pecado original ha sido revertido, de que el Padre ya está contento con nosotros y nos ha devuelto su amistad por la expiación de la cruz. 

Todo eso, perdonadme el atrevimiento, son "doctrinas erróneas, incluso blasfemas". El Padre que me habita y me habla JAMÁS nos retiro su amistad, por mucho que se lea en el Génesis o se repita en el "esperpento litúrgico de la Misa". Ese "dios de quita y pon" es absolutamente falso. Como lo es el "dios bebedor de sangre" para emborracharse y olvidar su ira.

Todo eso no son más que ídolos primitivos de la religión primitiva de los judíos de antaño. Los primeros seguidores de Jesús eran judíos y nos trasladaron una interpretación de la Cruz acorde con su ideología y sus costumbres: Obsesión por el PECADO, necesidad de la EXPIACIÓN, para conseguir el PERDÓN.


Es imperdonable e irracional que nos sigan exigiendo que creamos ("fe de paja") y oremos con ese esquema por sometimiento a una Jerarquía desnortada. Para mandarles a hacer puñetas y encajes, que tanto les gustan, como ya están haciendo una mayoría de gente actual.

¿Y por qué conservan aquel esquema errado? Por MIEDO a perder la esencia de la tradición, por DESCONFIANZA en el Espíritu y por la LIMITACIÓN humana de aquéllos y éstos, sumada a la EXALTACIÓN de los primeros doctores y jerarcas (en especial tras Constantino).


Todo ello nos ha llevado a la canonización de otro ídolo: El Libro, que confina a Dios en una estática "obra humana" de un tiempo y un espacio.

Para asegurar su encierro y mantenerle prisionero, lo consagran como eterna "palabra de Dios". De esta forma levantan, con descomunal prepotencia e irracionalidad, la "bibliolatría". Y, con ella, oscurecen o borran la LUZ renovadora del Evangelio de Jesús.

¿Dónde hemos dejado al Espíritu que habita y habla en el silencio? ¿Dónde los "signos de los tiempo"? ¿Dónde el "progreso de la inteligencia humana" y la suma de avances, inspiraciones, interpretaciones y voces de tantos y tantos "profetas del cristianismo"?

Los ha silenciado la PREPOTENCIA de unos jerarcas que utilizaron las mismas armas que los enemigos de antaño. "A unos los echaron, a otros los apalearon, a otros los mataron, y finalmente mataron al heredero".

Lo cuenta el mismo Jesús en la "parábola de los viñadores homicidas" (Mc 12,1; Mt 21,33; Lc 20,9). La historia se repite, cuando nos empeñamos en no ver y conservar maneras primitivas.

(La terrible imagen adjunta de "El hijo de la vid" -Le fils de la vigne-, obra de James Tissot, que se conserva en el Museo Brooklyn, ilustra el pasaje en que los viñadores asesinan al hijo del propietario de la viña y dejan su cuerpo insepulto fuera de la finca. ¿Cuántos "profetas cristianos" han sido desterrados o asesinados fuera de la viña por la prepotencia e injusticia de unos jerarcas católicos, indignos del nombre de cristianos? Merece la pena meditar y no olvidar).

El Creador del mundo, el Padre de Jesús, lo tiene TODO perdonado y concedido desde la eternidad. Es su inmutable esencia. ¡Qué insensato empeño en presentarle como un títere cambiante!

Lo que falta es nuestra colaboración, nuestra adhesión, nuestro seguimiento activo y real de la "LUZ de Jesús", para administrar el mundo que se nos ha confiado.

Jesús no vino a "pagar nada", ni a "perdonar nada", "ni a abrir ninguna puerta del cielo"... Esos son engaños clericales e irracionales que desacreditan y contradicen nuestro cristianismo.

Vino a derramar una inmensa LUZ en el Camino de Humanización de los que nos creemos humanos... Lo dice Juan en el prólogo de su Evangelio. Lo dice el mismo Jesús: "Cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por sí mismo, sino que hablará todo lo que oiga y os hará saber las cosas que han de venir" (Jn 16,13). Pero nosotros, con nuestros "doctores", siempre mirando hacia atrás.

Para nada, absolutamente para nada, te sirve la Resurrección, ni la "semana sanguinolenta", ni las "imágenes sobrevaloradas", ni las "creencias milagrosas", ni siquiera el "bautismo", si no te comprometes, vives y sientes la LUZ de Jesús en tu interior. Si no reconoces que es la vivencia y el compromiso interior con los valores del Crucificado, lo que de verdad te hace cristiano.

¿Has descubierto la PABA dentro de ti? Pues esa es la síntesis: Paz, Amor, Bondad y Ayuda (empezando por ti mismo). Quizás estás convencido. ¿Pero lo riegas? No con agua bendita, ni con una "religión pasiva" que solo da instrucciones a Dios y le delega tus responsabilidades.


Esos valores, esa humanización, solo pueden regarse por inmersión, como los nenúfares. Para eso tienes que meterte en tu interior y dejarte VIVIR (¡que verbo por favor!), sentir, admirar esa huella que el Creador te regaló y tienes oculta en ti mismo: su "imagen y semejanza"

Ese es el "reino de Dios" de que nos habló el Señor, que solo se contagia por ósmosis, por desbordamiento de tu interior, para llegar a pocos o muchos. Todo lo demás es purpurina, palabrería, creencia vana, manipulación o sometimiento.

¡Bendito el día y hora en que oí a Teresa de Jesús hablar de sus dificultades para sumergirse! Y qué regalo su "determinada determinación" de hacer oración todos los días, hasta conseguir bañarse e impregnarse en esa esencia que portamos dentro.

Te bastará empezar a bañarte cinco o diez minutos diarios en tu silencio interior. Puedes usar música si te ayuda a zambullirte.

Poco a poco irás disfrutando del baño y te olvidarás del reloj. (¿No lo haces con el cuerpo que se comerán los gusanos? ¿Y qué pasa con el espíritu eterno que portas?). Luego vendrá el "manso rebosar" para que tu vida interior llegue a otros.

Esa es la auténtica resurrección, la vida del Resucitado dentro de ti. Ese es el mismo dinamismo del Creador: "Vivir y rebosar". Decía San Ireneo "La gloria de Dios es que el hombre viva". Pero el Espíritu es hoy más explícito: "La gloria de Dios es entregarse".

De ahí nace la Creación entera. De ahí te llega el "dinamismo de crecimiento y entrega" con que naciste. Por desgracia, muchos lo entierran y sobreviven como zombis.

¿Y que estamos haciendo, Dios mío, al considerarte "adicto a la sangre, dolor y lagrimas" como precio a tu perdón? ¿A dónde llega nuestra locura, incoherencia, inconsciencia y sometimiento a "guías ciegos e insensatos"?


Me dices que alabas, que agradeces, que suplicas, que cumples todas las prescripciones y ritos de los guías. ¿Y con todo ello no anestesias tu conciencia?

"Rema mar adentro" (Lc 5,4) y ACEPTA sencillamente la "entrega de Quien te habita", te habla, te resucita y te llama a una humanización real y nueva. La del Evangelio de Jesús.



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3 comentarios:

regue dijo...

A alguno le parecerá muy duro y fuera de lugar, hoy mismo he vivido eso con un amigo al que le pasé la meditación, y no es de los que comulgan con ruedas de molino, pero cuesta deshacerse de esa capa que nos han puesto desde siglos. Pero en ello estamos. Me gusta que al final hayas puesto un método para ir cambiando para ir "mar adentro", y descubrir todos los tesoros que llevamos dentro y que desconocemos. Seguimos adelante hermano, Un abrazo y feliz Pascua para todos.

Antonio Manuel dijo...

Seguramente tengo la misma oportunidad que Jairo en eso de que el "Padre me habla..." No se si es la Voz del Padre, pero algo o alguien me dice que lo que aquí está escrito no es VERDAD.
Se me podrá descalificar por el autor con eso de que tengo la "capa que nos han puesto desde siglos". No tengo yo Siglos para tener esa capa; pero algo me dice que lo escrito aquí es MENTIRA.
La Biblia y el Evangelio tienen el Mensaje de Dios. El Espíritu de Dios llega al ser humano, y solo perdura aquello que se "construye". La historia es testigo de que todo aquello que "destruye" acaba desapareciendo. Destruir no es un Mensaje de Dios. Y no vale decir, para destruir, que el "Padre te habla".

Antonio Manuel dijo...

Sin ánimo de ofuscarme ante un planteamiento tan “incendiario” hacia nuestra FE, de Iglesia de Jesús, el Cristo. Pretendo señalar aquello que se arguye en primera persona como único, al parecer, interlocutor de la humanidad.
El autor, en su opinión, parece indicar que El Espíritu de la Verdad abandonó a la Iglesia de Jesús:
- Los Apóstoles no tuvieron oportunidad de recibir al Espíritu. Nos legaron unos Evangelios corrompidos por la historia Bíblica. En cambio, tuvieron la fuerza y la Fe de promover el Mensaje de Jesús en un ambiente de persecución y martirio.
- La Iglesia de Jesús, que nace en Pedro, tampoco tuvo la oportunidad de recibir el Espíritu; sus enseñanzas corrompen más, todavía, el mensaje de Jesús. Sin embargo, durante miles de años llevó el mensaje a los confines de la Tierra, sufriendo también persecución y martirio.
Ahora bien, el escritor de este “post” nos dice que el Espíritu de la Verdad le ilumina... El Padre le habla... Sin embargo, no parece posible que el Padre le informe de que estando Él en Jesús, todo aquello, hace miles de años, fuera un engaño hasta nuestros días. Tampoco es posible que se desdiga el Padre de su compromiso de estar con su iglesia (comunidad de creyentes en el Abba de Jesús) hasta el fin de los tiempos; y, desde luego, invalidar su Evangelio y la Biblia.
En cuanto a la Resurrección, parece que ya hemos resucitado, aunque muy en el Interior, y que ya nada nos ocupa ni preocupa: El Padre nos tiene perdonado desde la eternidad. Ante este planteamiento, habría que revisar aquello de que el ser Humano es Libre para decidir entre el Bien y el Mal; y, por tanto, tampoco El Padre puede ser Libre... Ya todo está hecho a nivel humano.

Si tú no resucitas, vana es la Resurrección de Jesús

  Las escandalosas incoherencias del "clericalismo católico" hunden la Iglesia   Este Domingo de Resurrección todo son felicita...