¡Señor, enséñanos a orar y a descubrir qué Padre eres!
Si no fuera así, los creyentes con más fe serían los demonios, como se expresa en el título.
La "fragilidad del ser humano" es la causa de una "fe en dios o dioses" que, con sus poderes sobrehumanos, puedan auxiliar la precariedad humana. Es lo que llamo "religión instintiva", tan antigua como el hambre.
Por desgracia, nuestra doctrina católica no ha sabido despegarse de ese primitivismo para pasar a predicar claramente la "AUTONOMÍA del ser humano" en la solución de sus problemas y necesidades, como ya se lee en el Génesis (Gn 1,28).
A ambos se acude para PEDIR que solucione y socorra nuestra fragilidad. Y, con ello, se nos mantiene congelados en la prehistórica "religión instintiva".
Sé que esto escandaliza a muchos, pero es la REALIDAD de nuestra religión. Si no nos hacemos conscientes de ello, seguiremos en las antípodas de la LUZ de Jesús, y su vida habrá sido un fracaso, pura imaginación redentora.
No entro hoy en el absurdo de la existencia de los demonios ultra temporales (de lo que ya escribí) porque más allá del tiempo solo reina la LUZ del Creador sin posible sombra y, menos, oposición política. Y, todavía menos, la idea sádica de unos supuestos "demonios en libertad por este mundo" para modernos los zapatos y hacernos caer.
Los que SÍ existen son muchos "demonios temporales", aquellos humanos que oscurecen o anulan la LUZ de la "imagen y semejanza" que llevamos dentro y que Jesús nos vino a recordar.
Voy a resumir algunas de las CAUSAS de "errores tradicionales" que nos alejan del Camino, la Verdad y la Vida REALES. Instalarse en una "imaginería religiosa" y conformarse con "placebos piadosos" es pura IDOLATRÍA. Hay que buscar, avanzar y madurar individual y eclesialmente.
No
es fácil desprenderse del MARCO cultural y religioso judío, en el que nadaban
los escritores sagrados y las comunidades de los evangelistas que sintetizaron
palabras y relatos.
Muchos
piensan (así les formaron) que el Evangelio es una "foto
finish" de la vida y mensaje de Jesús que, con herética
exageración,
han canonizado como "palabra de dios".
Pero el Evangelio es más bien un "collage" de palabras, escenas, recuerdos y cuentos, que hay que interpretar para captar el MENSAJE real con imprescindible COHERENCIA.
Muchas de las palabras atribuidas a
Jesús, NO son de Jesús. Pueden ser, incluso, contradictorias o adaptadas, por
los escritores o sus comunidades, a su mentalidad judía.
Eso
ocurre también con el Padrenuestro (Lc 11,1),
donde la palabra más auténtica es PADRE. Pero lo del "perdón",
por ejemplo, es contradictorio.
Os
ruego que meditéis
despacio este Padrenuestro, que se reza en la Liturgia
de la Misa que publico semanalmente, y que está actualizado por nuestro ilustre
teólogo Andrés Torres Queiruga.
Este Padrenuestro es mucho más coherente con el auténtico MENSAJE de Jesús que el literal heredado y congelado:
Padre y Madre nuestra
en quien somos y vivimos.
Santificado
sea tu nombre.
Venga
a nosotros tu reino.
Hágase
tu voluntad
en
la tierra como en el cielo.
Tú nos das hoy
nuestro pan de cada día.
Tú perdonas nuestros pecados
y nosotros queremos perdonar
a los que nos ofenden.
No
nos dejes caer en la tentación.
Y
líbranos del mal. Amén.
Puede parecer una fórmula de petición -generalizada en la época- pero es en realidad una "aspiración profunda" del corazón ("venga a nosotros tu reino", por ejemplo).
Si, antes del Evangelio del Padrenuestro, se lee
el "mito bíblico de
Sodoma y Gomorra" (Gn 18,20),
pues ya tenemos la inmersión de los creyentes en un supuesto "dios
marioneta", movido por los tirones de nuestras peticiones.
Lo que se ratifica al leer la continuación del Evangelio con la parábola del "amigo impertinente"
(Lecturas oficiales del 17º Domingo C).
De ahí mi insistencia en que no todo se puede leer al Pueblo llano, que oye la literalidad. Es imprescindible la cuidada SELECCIÓN de los textos de la Misa y la INTERPRETACIÓN de celebrante.
Y ahí hacemos agua, porque la mayoría de Curas y Obispos (les escucho continuamente) siguen sus "antiguas rutinas formativas", adosadas a la literalidad, faltas de realismo y llenas de abstracciones buenistas. No es extraño que cada día haya más abandonos.
Se
ha instaurado en nuestra Iglesia por el INMOVILISMO bíblico, la interpretación
LITERAL y la MITOLOGÍA infantil de nuestra formación y ritos oficiales. ¿A esto
le llaman evangelizar?
Un ejemplo: He leído la noticia de que un Cardenal (no citaré el
nombre) recordaba sus sensaciones tras la primera noche del cónclave: "¡Es Francisco, que está diciéndole al Espíritu
Santo que sople, que sople!"...
Con
esos mimbres podéis comprender que nuestra Iglesia ha salido del "politeísmo"
con Abraham, pero se ha hundido con el tiempo en una "polícroma
mitología idolátrica" sin visos de conversión.
Ya no se
condena por afirmar que la tierra es redonda, ni se quema a las supuestas
brujas o herejes, pero se nos mantiene en ignorancia infantil y erráticas
incoherencias, por imposición de prepotentes líderes que se han apropiado de la
luz y el poder de Dios.
Por ahí se
llega a la certeza de que "Dios lo tiene
TODO perdonado y concedido desde la eternidad" (Él no vive
en el tiempo) y que lo que falta es nuestra "libre
determinación de actuar y progresar" en el TIEMPO, con la LUZ
real y coherente del Evangelio, bien entendido e interpretado, mirando la
REALIDAD de los muchos "signos de los
tiempos" que se nos han dado
desde el "illo témpore".
Nuestra obstinada sumisión a las teorías del PERDÓN,
EXPIACIÓN y JUSTIFICACIÓN judaicas, que se nos imponen, son las "ruedas de molino" que nos mantienen
hundidos en la prehistoria religiosa.
"Habéis
oído que antes se dijo..., pero yo os digo"... (Mt 5, 38)
"Porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: <<Oiréis y no entenderéis. Mirareis pero no veréis. Porque la mente de este pueblo está embotada, tienen tapados los oídos y los ojos cerrados. Para no ver nada con sus ojos, ni oír con sus oídos. Ni entender con la mente. Ni convertirse a mí>>" (Mt 13,13).
No
basta leer la Biblia literalmente sin seleccionar los textos (como se
hace en nuestras iglesias).
No
basta seguir sin rechistar a guías ciegos, porque ellos ni tienen, ni
dan la salvación.
No basta tener buena voluntad y practicar ritos.
Hay
que descubrir al "Dios
verdadero" dentro de tu corazón y relacionarte con Él en
coherencia, en espíritu y verdad. Hay que buscar y no conformarse con columpiarse en las rutinas piadosas.
Hay
que rechazar los "multicolores ídolos"
que se han ido metiendo en nuestra religión, falseándola y destrozándola. Si te parece que exagero, visita cualquier iglesia católica y párate a pensar.
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