sábado, 11 de julio de 2020

El Dios que me habita y me habla - Infiernos y Doctrinas

3. Infiernos y doctrinas


¡Quién me mandará a mí meterme en estos charcos! Si yo no pretendía hablar del infierno. Si mi camino va en dirección contraria... Los lectores me han ido preguntando y he tenido que explicarme. 

Pero resulta que algunos "ultras" me ven ya en el infierno y han conseguido que censuren en una revista la parte anterior de esta meditación por infernal.

Así que no me queda más remedio que seguir y "dar razón de mi esperanza con dulzura y con respeto, con la conciencia tranquila, para que los que interpretan mal mi vida cristiana queden avergonzados de sus mismas palabras" (1Pe 3,15).

El tema del infierno -tan oscuro y oscurecido- me importa un pito. Probablemente lo mismo que a la mayoría de terrícolas no intoxicados por un clericalismo bastardo.

Lo que me hiere es el desgarro del rostro amantísimo del Padre. He tenido que llegar a las canas para darme cuenta que "el camino" está trazado en el interior, que sólo la búsqueda personal produce avances reales: "Buscad y encontraréis" (Mt 7,7)

Por fin tomé distancia de la "conciencia cerebral" y caí en la "conciencia profunda" para darme de bruces con el "discernimiento personal": "Examinaos a vosotros mismos y discernid si estáis en la fe. ¿O no reconocéis que Jesucristo está en vosotros?" (2Cor 13,5).

Por fin descubrí que las doctrinas escritas son indicadores del camino, muy útiles y recomendables, pero que no debo abrazarme a las señales de tráfico y dejar de caminar. Menos aún hincar la rodilla ante el poste informativo y adorar un ídolo.


La doctrina auténtica no encadena, sólo ilumina. La verdad está en la búsqueda y no en la posesión. Quien se cree en posesión ha matado el camino, ha dejado de ser peregrino para convertirse en abraza farolas -nunca mejor dicho-. La posesión está tras el camino.

No puedo entregar mi confianza a los integristas que violentan mi fe católica con una sola pieza del puzle -utilizada como arma arrojadiza- mientras olvidan "el rostro de Dios" resultante del puzle completo. La coherencia es básica para comprender la Escritura [1].

Mis opositores me condenan por afirmar que el infierno no puede ser definitivo. Ni siquiera me conceden el derecho a mi insignificante libertad de expresión.

Sin embargo, hay y ha habido católicos eminentes que han afirmado que el infierno ha de estar vacío. Como el dominico Fr. Yves Congar, teólogo del Vaticano II, que primero fue duramente censurado y después nombrado cardenal. Es interminable la lista de grandes teólogos y personas de Iglesia que esperan y han esperado esa "salvación de todos". Mi intuición de enano está pegada a ellos.

El purgatorio es la situación de "alejamiento del bien", mientras que el infierno es la situación de "rechazo del bien", es decir, de Dios. No son castigos, son situaciones que la persona elige con su libertad individual, no siempre consciente. Quien, desoyendo consejos e inspiraciones, elige buscar la felicidad donde no está y se dedica a herir o matar a otros, antes o después se dará de bruces con sus crímenes.

Creo en el infierno porque basta abrir los ojos para verlo en nuestro mundo, plagado de rechazos a Dios y a sus criaturas. En el reverso del tiempo, los amantes del mal se encontrarán con el reino del bien y el orden. Se descubrirán desnudos y los verdugos se hallarán convertidos en víctimas de sí mismos. ¡¡Pobres quienes hayan de pasar por la experiencia de todas sus víctimas para comprender, por fin, sus errores y horrores!! Será difícil y penoso deshacer todo lo cosido con el hilo del mal.

Pero, en algún momento, la rehabilitación terminará y verán lo que no quisieron ver en su vida terrena. ¿Cómo será, dónde, cuánto? ¡No juguemos a ser dioses y saberlo todo! Sólo podemos vislumbrar -a partir del bellísimo Rostro revelado e intuido- el destino final de las criaturas. Intentemos algunas sencillas reflexiones:



1. "Había un rey con muchos hijos. A todos les repartió muchas riquezas. Pero mientras unos las administraron y multiplicaron, otros las aprovecharon para rebelarse contra su padre. Al final el rey se impuso y encerró a los hijos rebeldes en la mazmorra de palacio. Encima de la puerta pendía un enorme reloj cuyo segundero repetía: "para siempre, para siempre, para siempre..."

En los salones de arriba los hijos fieles disfrutaban con gran alegría y regocijo. Abajo los condenados gritaban, pedían socorro y se retorcían de dolor. Pero los hijos fieles seguían festejando, junto a su bondadoso padre, sin prestar la más mínima atención a los gritos de sus hermanos infieles".
¿Se parece esa estampa a la revelación del Señor? Al "perdón de los enemigos", por ejemplo. ¿El rey vengativo e inconmovible de mi parábola se parece al "Padre del hijo pródigo"? Luego algo no se ha interpretado y comprendido bien. El Padre-Madre que yo amo no permitiría un dolor "definitivo" y "eterno" para sus hijos rebeldes, aunque por su libertad errada se hubiesen metido en el agujero. Buscaría a toda costa que subiesen las larguísimas escaleras -metafóricamente eternas- que conducen a la reconciliación.

2. En las sociedades modernas nos hemos humanizado. En muchos países ya no se aplica la pena de muerte, ni la cadena perpetua. ¿Será que nuestro Dios es menos civilizado que los humanos y aplica "penas eternas" a las barbaridades temporales? ¿O será que el Dios de los católicos es más cruel que el de los orientales? Éste, al menos, les va perfeccionando a través de varias vidas terrenas, hasta que están maduros para su cielo.

3. Dicen los teólogos que Dios no puede "desdecirse". Si nos ha creado libres, tiene que respetar su obra y sus consecuencias, incluida la elección de rechazarle (infierno). ¡Demasiado duro y cerebral! La libertad es parte del parecido con el Creador, un don, un precioso regalo. No es una prueba que hemos de superar, como si jugase con nosotros a carreras de bólidos: ¡A ver quién conduce bien y quién se estrella! Tampoco es una trampa que le sirva de coartada para enviarnos al infierno porque "nosotros lo hemos elegido". Sería una broma macabra.
Estoy seguro -hay argumentos que sólo el corazón puede leer- que el Padre nunca, nunca abandona a sus hijos, aunque tenga que retirarles el carné de conducir o llevarles al cirujano. Puedes elegir ahora la auténtica Felicidad -para abrazarla entera tras el último sueño- o prolongar la pesadilla de perseguir aguas sucias que no sacian tu "sed infinita". Tras el tiempo, encontrarás finalmente el Agua que sacia, pero no envidio tu largo y penoso recorrido si llegaste ebrio de suciedad.

4. En mis años jóvenes se me proponía como ideal cristiano: "odiar el pecado pero amar al pecador". ¿Será que en el Cielo se rebajará ese ideal y ya se podrá odiar al pecador? ¿Qué va a ser de mi hábito -tan arduamente conseguido- de amar a los pecadores? No puedo concebir siquiera que lo que aquí es bueno, deje de serlo en la otra vida y que la doctrina evangélica no tenga plena continuidad en el Cielo.

5. Queda aún otra reflexión más profunda y rotunda. El Dios que me habita y me habla lo ha creado todo, lo puede todo, lo ilumina todo y es el Bien Absoluto. Si yo admito que algunas de sus criaturas van a estar toda la eternidad rebelándose y luchando contra Él, estoy afirmando que ha creado su propia oposición, a la que no es capaz de vencer, y que no existía antes de su acto creador.

Que cada uno crea lo que quiera o lo que otros le cuenten. Lo que a mí me llega desde dentro es esto:

Que "todo lo hizo bien" (Gen 1,31), "que el mal se vence con el bien" (Rom 12,21) y que al final de los tiempos "pondrá a sus enemigos como estrado de sus pies" (Lc 20,43). No quedará vestigio de rebeldías, rechazos, ni oscuridad. Resplandecerá la Luz eternamente junto a todas sus criaturas, sin opositores, sin poderes paralelos, como resplandecía antes de la creación del universo.

¿Qué otro significado puede tener "vi un cielo nuevo y una tierra nueva" (Ap 21,1), "ahora hago nuevas todas las cosas" (Ap 21,5)? Y esto otro: "Luego, el resto, cuando haya aniquilado toda soberanía, autoridad y poder y entregue el reino a Dios Padre... Y cuando el universo le quede sometido... Dios lo será todo para todos" (1Cor 15,24-ss).

Si "el mal se vence con el bien", es absurdo pensar que la suma de todos los males permanecerá encerrada toda la eternidad en el infierno al frente de un supuesto Jefe del Mal. ¿En qué "dios tan pequeño" creemos que es incapaz de vencer todo el mal que hayamos podido generar sus criaturas -hombres y ángeles- por la perversión de la libertad?


El mito del "fuego del infierno" (y del purgatorio) tiene su sentido si lo interpretamos como "purificación" (no hay símbolo de purificación mejor que el fuego).

Efectivamente, la sola presencia del Sumo Bien (lo que llamamos Juicio) purificará todo vestigio de mal en nosotros y arderemos como ninot hasta que no quede más que la esencia de Dios, "su imagen y semejanza", con el grado que hayamos conseguido hacerla crecer (parábola de los talentos).

Lo que Dios arrojará al "fuego eterno" (es decir, a la extinción total) no serán sus criaturas, sino todo vestigio de mal que persista en cada una de ellas. Es una interpretación totalmente coherente: Ante el Bien Absoluto el mal sólo puede desaparecer, como desaparecen las sombras al amanecer.


6. No hemos asumido con humildad la limitación, ni la progresividad del conocimiento y corazón humanos. Seguimos queriendo ser "como dioses" con toda la sabiduría conseguida y todas las "verdades absolutas" en el bolsillo. ¿Hemos olvidado que sólo existe un Absoluto inabarcable al que no podemos "mirar a la cara"? Sólo cabe buscarlo, intuirlo, percibir su suave brisa, escuchar su voz…

Nos conviene releer: "Muchas cosas tengo que deciros todavía, pero ahora no estáis capacitados para entenderlas. Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará a la verdad completa. Pues no os hablará por su cuenta, sino que os dirá lo que ha oído y os anunciará las cosas venideras" (Jn 16,12). O aquello otro: "Nuestra capacidad nos viene de Dios, que nos ha capacitado para ser servidores de una alianza nueva: no basada en pura letra, porque la pura letra mata y, en cambio, el Espíritu da vida" (2Cor 3,4).


¿Cómo podremos progresar en la comprensión de las "muchas cosas", que quedan por decir, si nos encadenamos a la "verdad total" que decimos poseer? ¿Cómo podremos ver las "cosas venideras" si sólo miramos hacia atrás? ¿Por qué malversamos "nuestra capacidad" aprendiendo sólo letras y despreciando la música del Espíritu?

Hace años, el nuncio del Papa en España en uno de nuestros encuentros privados me decía: "Mira hijo, si la gente no ama a Dios, es porque nosotros no sabemos transmitirles su verdadero rostro". ¡Estoy convencido!

Estamos tan atados a "doctrinas de papel", a interpretaciones inamovibles, a "verdades absolutas fabricadas por hombres", que se nos olvida buscar apasionadamente el rostro amabilísimo del Padre donde realmente brilla: en la hondonada del corazón sincero.

No se puede predicar con una mano el Dios amante y con la otra el "dios espeluznante" [2]. No podemos agarrarnos a las farolas -interpretadas a nuestro modo y manera- y negarnos a caminar. "Y como éstas hacéis muchas" (Mc 7,13).

Me duele que en nuestra Comunidad se multipliquen los censores y disminuyan los motivadores, aquéllos que sienten sinceramente las palabras del Señor: "Fuego he venido a traer a la tierra..." (Lc 12,49).

¿Será que nuestra actualidad eclesial está compuesta sólo por copistas y herejes? ¿Será que, en nuestra Iglesia, no se puede utilizar la inteligencia, la libertad, el discernimiento personal, la conciencia profunda? ¿O será que el trato personal con el Resucitado ya no es recomendable porque sus inspiraciones son poco católicas? No podemos olvidar la advertencia de Pablo: "Si os mordéis y os devoráis mutuamente, ¡mirad no vayáis mutuamente a destruiros!" (Gal 5,15).

¡Que nadie me confunda! Amo a mi Iglesia con la pasión del amor primero y la ternura de la madurez. Si me arriesgo a sembrar "palabras nuevas", es para ILUMINAR y tal vez disuadir a los embalsamadores de uno u otro signo.


¡No, por favor! ¡Hay mucha vida multicolor brotando en el seno de nuestra Iglesia! Somos muchos los hijos, bien vivos, que -ante alabanzas o condenas- cantamos con gozo el himno de la fidelidad perpetua:

"¿Quién podrá acusar a los hijos de Dios? Dios es el que absuelve. ¿Quién será el que condene?... ¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo? ¿La tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada?...

Pero de todas estas cosas salimos triunfadores por medio de Aquél que nos amó. Porque estoy persuadido que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las cosas presentes ni las futuras, ni las potestades, ni la altura ni la profundidad, ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro" (Rom 8,33).

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[1] Lo expongo brevemente en mi "Monografía de la Biblia" (Encontrar la Palabra) que puedes pedirme y recibirás gratuitamente.

[2] Para mayor profundización véanse los libros: "El dios sádico" de François Varone y "Matar a nuestros dioses" de José Mª Mardones.

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11 comentarios:

regue dijo...

¡A quien se le ocurre con el calor que hace meterse de cabeza en el infierno! Jajaja.
Estoy contigo también en esto. Siempre he discutido la existencia del infierno, porque es negar el amor de Dios y el poder de su Amor. Si un Padre lucha por sus hijos, ¡cuanto más no luchará el Padre Madre Dios!. Y en esto sigo también a Congar, a mi profesor y amigo mutuo Queiruga: "Dios quemará en el fuego purificador lo malo que haya en nosotros y salvará todo la esencia de bien que hay en nosotros.
Creo que ya comenté en otra ocasión lo que un cura amigo mío, ya en la Casa del Padre, decía a propósito del purgatorio, y que coincide con tus intuiciones y afirmaciones: es un estado en el que nos llenamos de un plus de amor para encontarnos con El; será esa rehabilitación que necesitarán los más rebeldes que no lo vieron en esta vida (bueno a lo mejor yo también porque tb a veces soy un "demonillo")
Los ultras que te acusan a tí como a otros que están en la misma sintonía son "ciegos que quieren guiar a otros ciegos" y no entienden el Amor del Padre ni lo conocen, el hermano del pródigo. Esperemos que abran los ojos y se unan a la fraternidad. Un abrazo, ánimo y adelante

Antonio Manuel dijo...

... regue...por qué juzgar a los demás. Debemos ocuparnos de nosotros y buscar el Camino.

Isabel dijo...

Solo quiero recalcar unas estupendas frases del artículo:
-La doctrina auténtica NO ENCADENA sino que ilumina.
-La verdad está en la búsqueda, porque "Aun me quedan muchas cosas por enseñaros, pero todavía no las podéis comprender. el Espíritu os las irá revelando.
-Y la esperanza: Hay mucha vida multicolor en el seno de la Iglesia y muchos cantamos con gozo el himno de la alegría y la fidelidad perpetuas.
Gracias, nuestro Dios, por habernos creado por amor y para ser felices amando, juntos contigo y con toda la creación.

Antonio Manuel dijo...

En conceptos físicos como Espacio-tiempo, masa y energía, se basa nuestro conocimiento (hasta ahora) sobre la materia. Así se conforma nuestra existencia material en la correlación del espacio-tiempo. Cuando nuestro soporte material desaparece -la muerte del cuerpo- el alma pasa a un estado similar al de los ángeles:
"...ni pueden ya morir, porque son como ángeles, y son hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección..." (Lucas 20, 27-40)
"...venid a mí, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo..."
"...apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles..."(Mateo 25, 31-46)
Referencia al "estado" después de la muerte, similar al "angelical" donde el espacio-tiempo no existe. Unos serán benditos del Padre y otros serán malditos con el Diablo y sus ángeles..
Claro está que si alguien "reinterpreta" el Evangelio, o "arranca" las hojas que contienen los conceptos que se oponen a la tesis que se defiende, nos podemos encontrar con una "doctrina" totalmente distinta.

vallas74 dijo...

Carissimo!! Completamente de acuerdo contigo!!

RAFAEL EUGENIO AVILA GAVILANES dijo...

gracias por compartir y esclaresernos siempre con tus meditaciones, de seguro que es asi, existe total concordancia y coherencia entre lo dicho y lo que es el mensaje... lo comparto con el Grupo del Jueves, que siempre estamos atentos a tus publicaciones, un abrazo grande (Jesus siempre esta con nosotros)

Antonio Llaguno dijo...

No me digas que te han censurado.
Con la Iglesia hemos topado, querido Sancho.
Al igual que no puede haber un buenb influencer sin troll, tampoco hay un heterodoxo que se precie sin haber sufrido censura o inqusinquisición.
Por lo tanto, te mando mi enhorabuena.

Antonio Llaguno dijo...

Me encanta que Antonio Manuel, con cuyos criterios no suelo coincidir, recurra al uso de la ciencia y en concreto de la física para establecer una posoción teológica.
Y me encanta porque Antonio Manuel, habla de una física que ya está obsoleta (y eso que es muy muy reciente)
Antonio, tu te pones en un a posición determinista puramente einsteniana que es la que podría ser dominante en el primer cuarto del siglo XX. Hoy en día lo que nos está ampliando la visión del univesro es la mecánica cuántica que es absolutamente "no determinista.
Eso quiere decir que hoy, la ciencia, ni siquiera está segura de que la materia exuste y de ahí, se uede establecer casi cualquier cosa. Hay inculso quein cuestiona la propia existencia de la realidad, y no son pajas mentales, son ecuaciones matemáticas.
De hecho, hay una teoría del profesor Alfonseca (un físico-informático español católico muy interesantel) que habla del Multiverso teológico y quie establece la posibvilidad de que la "otra vida" sea un universo alternativo que no está sujeto a nuestras condiciones de espacio-tiempo puesto que lo que tiene claro es que las condiciones que nos afectan de existir un Multiverso estarían restringidas a nuestro Universo y que el resto, podrían no estar sometidas exactamente a las mismas condiciones.
¿Que tiene que ver todo esto con el puto infierno?
Pues que de la misma manera que la ciencia va "adaptándose" a los signos de los tiempos, no podemos pretender que la doctrina cristiana sea literalmente inmutable puesto que cuando se fijo (en caso de que existiera esa fecha de "fijación"), se hizo en medio de un entorno de conocimeinto del mundo muy concreto.
El otro día en Twiter,católico conservador me decía: "No puedes interpretar a San Agustín" con criterios de siglo XX, y yo le contesté: "Sí, pero, etonces no puedes pretender aplicar sus criterios hoy en día con la luz del siglo V"
Por eso la doctrina y la Iglesia debería ser siempre adaptable a los signos de los tiempos.
Pablo hoy estaría en la cárcel por misógino y homófobo.
SIn embargo, yo estoy convencido de que Pablo hoy no pensaría as´çi

Antonio Manuel dijo...

La mecánica cuántica es la rama de la física que estudia la naturaleza a escalas espaciales pequeñas, los sistemas atómicos y subatómicos y sus interacciones con la radiación electromagnética, en términos de cantidades observables.(en wikipedia)
Espacio-Tiempo, masa y carga (energía), son conceptos sobre los que tratan todas las ramas de la física y son comunes a escala del universo como a escala atómica o subatómica. A las leyes conocidas se añaden otras con nuevos conceptos sobre la materia. Hoy los físicos están en la búsqueda de la "teoría unificada" que explique y conecte en una sola teoría todos los fenómenos físicos conocidos.

Antonio Llaguno dijo...

Antonio Manuel,
si bien es cierto que la mecánica cuantica es la rama de la física que se aplica a lo enormemente pequeño, su repercusión es enorme, y sobre todo nos permite vislumbrar (todvia no es ver) que por medio de la ciencia no vamos a poder conocer la totalidad del Universo ni adquirir el conocimiento del todo.
Es apasionante lo que la mecánica cuántica nos enseña sobre la materia que fundamentalmente es .... que no tenemos ni puta idea de lo que es la materia y que, además, es muy probeble que no lo sepamos nuenca.
Hace muy poco se ha publicado la incriele noticia de que con una partícula de nivel cuánticamvieron un cuerpo de 40 Kg.... ¡¡Impresionante!!

Anónimo dijo...

Me interpreta lo que señalas Jairo!! Muchos de nuestros hermanos y hermanas, incluidos pastores, sacerdotes y una larga lista, están y/o estamos “pegados a las señalizaciones” sin ver los signos del reino. Seguimos creyendo en un dios (con minúscula) porque no podemos concebir un Dios que nos habita; porque esto último me con-mueve interior y exteriormente!

Las 3 Conciencias y las 3 Fes

  La Iglesia estética, mágica, de boatos clericales, amuletos y cuentos infantiles quedará para turistas, arqueólogos y pueblos primitivos  ...