lunes, 14 de diciembre de 2020

¿Se puede ver a Dios?

 Ni callado, ni ausente. Creador de delegados inteligentes y libres.

  

Vengo manteniendo que SÍ, que se puede ver a Dios en dos planos diferentes y yuxtapuestos: 

- En el interior cristalino de uno mismo y de otros cuando dejan ver su intimidad más íntima. 

- En la naturaleza exterior. 

Ya afirmaba San Agustín: "Deus cui hoc est natura quod fecerit: Dios es como la naturaleza que ha hecho"

Dicho de otra forma: Al Creador se le puede percibir en la "penumbra del ser" y en la "claridad de la mirada". 

¿Quién no se ha estremecido con "el rey del salón oscuro" de Tagore, con una flor o un amanecer? En ambos planos hay que partir de la base de "querer ver". Si nos cerramos previamente a la posibilidad de ver -por las causas que fueren- el intento es inútil. 

Alguien me preguntó: ¿Eso es válido para todos los seres humanos? Porque hay gente deshumanizada e incluso endemoniada. 


Es evidente que hay gentes que se ha alejado de su humanidad y no son capaces de descender a su ser, ni de ver la Trascendencia derramada en la naturaleza. (Por cierto, llenita de milagros, que no reconocemos por ser "naturales", mientras creemos en las quimeras mágicas que apellidamos "sobrenaturales". ¡Qué irracionales y neandertales seguimos!). 

Esas gentes tienen aspecto humano pero, en realidad, son gente bestializada, caracterizada por su crueldad moral o física. 

En cuanto a los "endemoniados", es un mito paralelo al del "demonio tentador". Otra herencia judía pre-diluviana que nos resistimos a abandonar. Y me los justifican con el manido argumento de que está es el Evangelio. Claro, también Jesús se expresaba en arameo, vestía túnica inconsútil sin calzoncillos Ocean y se desplazaba a pie, pero no conozco ningún Obispo actual que tal cosa imite. 

Lo que existe es la libertad, cuyas opciones pueden corromper la humanidad de una persona. Y existen las enfermedades sicológicas y siquiátricas -algunas de desconocido origen- que provocan la imaginación mítica de los adictos a falacias sobrenaturales, muy propia de primitivas culturas. Pero es incongruente pensar que un Creador por amor permita que unos seres malignos, ocultos e indetectables, empujen a sus hijos a la perdición o directamente los sometan. 

Este predicador de papel está convencido que el Dios Torrente, vivo y verdadero, está tan presente en este mundo como lo está la luz, la atmosfera o el suelo que pisamos. Y mejor aún, como lo está en el interior tu paz, tu amor, tu libertad o tu dinamismo de crecimiento.

 

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Pues hoy me he fijado en esta estampa de la naturaleza. 

¿Será el amor de Dios menor al de una avecilla? ¿Se preocupará menos por nosotros que una tórtola por sus polluelos? 

¿Se parece esta fotografía al "dios de la cólera", al "dios del infierno eterno", al "dios que exige el sacrificio del hijo para perdonar"? Pon tú la respuesta. Para mí es evidente. 

¡Pero ojo! Ante la actitud del Dios verdadero: ¿Cuál es la nuestra? ¿Cómo reaccionamos bajo sus alas protectoras? 

Si uno de esos pichones se obsesionase con que es libre, con que tiene el derecho a hacer lo que quiera… ¿Y si lo que le apetece es lanzarse a volar bajo la lluvia o el frío? Con toda seguridad se daría el morrón contra el suelo y moriría o sería víctima de algún depredador.

¡Ese es el drama de muchas historias humanas! Nos rebelamos contra quien nos protege y nos salva de nuestra tremenda fragilidad e ignorancia. 

Lo que llamamos "ley de Dios" no es exigencia caprichosa o imposición prepotente. Es la "protección" contra nuestra limitación, contra nuestra irracionalidad, contra los peligros internos y externos que nos acechan. 

Nuestra miopía -llámala materialismo, hedonismo, egoísmo, bestialidad, etc.- no nos deja ver las alas de la Madre que nos acurruca contra sí misma para protegernos de la intemperie. En muchísimas ocasiones contra la intemperie de nuestro libertinaje, de nuestra falta de criterio y discernimiento, de nuestras decisiones suicidas… 


"¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus polluelos debajo de las alas y no has querido!" (Mt 23,37).

Y Jerusalén es la Humanidad y nuestra Iglesia católica. ¡Sin duda! Pero donde dice Jerusalén pon tu nombre y el mío y el de tus hijos… 

"Tú eres mi auxilio y a la sombra de tus alas me cobijo; me abrazo a ti con toda el alma, y tu diestra me sostiene" (Sal 63,8). 

"Guárdame como a las pupilas de tus ojos, escóndeme a la sombra de tus alas" (Sal 17,8). 

Ahora tómate un respiro y pregúntate qué significa un "Dios niño" lleno de fragilidad e inocencia, al amparo de un papá y una mamá humanos y sencillos. Pregúntate por qué no apareció en la tierra como un "superman" extraterrestre.

 

Quien venía a iluminar el camino de los hombres, la progresividad y la maduración vital de todo nacido de mujer, no podía más que iniciar la ruta como la inicia cualquier ser humano. Hasta llegar a revelarnos el secreto de ese Abba que todo lo ha dispuesto por amor a sus hijos y les ha dejado libres para conquistarse a sí mismos y conquistar su entorno. 

¡Te deseo y me deseo la sabiduría necesaria para ser consciente de quiénes somos y quién es Abba-Madre que nos cobija con cariño infinito! ¡No será por falta de llamadas y arrullos en toda época y ocasión! 

¿O preferimos usar el grandioso regalo de la libertad contra nosotros mismos?


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8 comentarios:

Antonio Llaguno dijo...

"Tanto la religión y la ciencia requieren la fe en Dios. Para los creyentes, Dios está en el principio y para los científicos al final de todas las consideraciones"

(Max PlancK)

También afirmaba (aunque no puedo encontrar la cita) que estudiar el Universo era adentrarse en el conocimiento de la Obra de Dios.

Herejes sin Fronteras dijo...

¡¡Que hermoso es el Dios que tú predicas Jairo!!
Y que exigente seguirlo, al mismo tiempo.
Ese Dios que nos ama como niños pero nos trata como adultos.
Nos protege infinitamente nos ama infinitamente pero nos dar la infinita libertad incluso de renunciar a Él.
¡Ojala la Iglesia enseñara ese Dios!
Si eso es ser hereje... que me preparen la hoguera (hipotética, hoy en día y gracias a Dios, solo se quema a los herejes en twiter) ;)

vallas74 dijo...

Gracias por el regalo del final!!

regue dijo...

¡Qué bien te quedó hermano! No se puede decir mejor. Y quiero citar a propósito aquí al Santo que hoy nos recuerda muy bien esto, San Juan de la Cruz (por cierto también tuvo problemas con los "guardianes de la fe" de su época):
"Mil gracias derramando paso por estos sotos con presura
y yéndolos mirando, con solo su figura
vestidos los dejó de su hermosura"
Gracias

Antonio Manuel dijo...

Si alguien cree que ha encontrado a Dios... ¡ albricias ! Hablar de su hallazgo es un regalo para los demás. Pero los demás seguimos en la búsqueda. Ahora bien, empañar ese hallazgo con el reproche a los demás ensombrece la luz.
Claro que estamos en la sociedad de la queja universal. Cuando uno se queja del otro, es como el maestro que llama "burro" a su alumno; y en estos tiempos la queja es permanente en todos los órdenes.
Hablamos de igualdad, y hemos de recordar que igualdad significa que cada uno tiene derecho a ser diferente a todos los demás... A partir de aquí, empieza la tolerancia.

Antonio Llaguno dijo...

No hay que salir a buscar a Dios.
Dios sale al envcuentro de nosotr@s todos los días.
Sólo hay que reconocerlo.
El tardar más o menos depende sólo de nosotr@s y de que ese Dios que salga a nuestro encuentro satisfaga nuestras expectativas. Much@s se empeñan en rechazarlo de forma contumaz y esperan el Dios que ell@s quieren.
Como hicieron los Judíos con Cristo. Esperaban al Mesías y cuando lo tuvieron delante prefirieron crucificarlo.
Eso sigue pasando hoy cada día.

Confianza Desmesurada dijo...

Gracias Jairo por la lucidez y la pluma.
Mientras más nos acercamos al Abbá-Madre como tu le nombras, más lejanos los cultos.
Cómo dejarnos tocar por el Amor de Dios que se expresa en la fragilidad de su Hijo? Cómo comprender que nosotros no somos o hacemos "con" Él, sino que es Él quien hace con nosotros... El es "Dios con nosotros", con todos y todas sus polluelos, que nos quiere como somos porque somos sus criaturas, que quiere nuestra libertad, llora cuando nos alejamos... pero nos recibe con los brazos abiertos porque la Gracia no es del hijo que se da cuenta sino del Padre que lo espera, tratando de atisbar como está, dónde está/estamos.
Ya no nos basta con la tolerancia, necesitamos el reconocer que "Dios con nosotros" está en la contemplación, en el Otro y en el otro; en la tierra que habitamos y a la que destruimos.
Que este Dios-con-nosotros, cuya esperanza es nuestro oxígeno, nos renueve en este tiempo.
Con confianza desmesurada, La Bruja

Antonio Manuel dijo...

Entramos en la semana de la Navidad. Ha nacido el Niño Dios y está entre nosotros; esto es lo mejor que le ha sucedido a la humanidad. Felicidades.

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