Era una tarde de vacaciones. Todavía me rumbaban los ruidos de la Oficina, las tensiones de los objetivos, el reloj y el tráfico. El frescor sombreado invitaba a la quietud y al descanso.
Me rondaba cierta culpabilidad por el tiempo dedicado a lo "urgente" en detrimento de lo "importante".
Fui al cuarto de los chicos, me dejé escoger por una cartulina azul noche. Miré entre las pinturas y me atrajeron unas arrinconadas pinturas pastel.
Fui al cuarto de los chicos, me dejé escoger por una cartulina azul noche. Miré entre las pinturas y me atrajeron unas arrinconadas pinturas pastel.
Yo no sé pintar, pero necesitaba expresar mis sensaciones interiores. La soledad de la casa era momento propicio. Todavía me sentía acosado por el ruido de mi vida: tanto autobús, tantos papeles, tantas reuniones, tanto ordenador, tanto bullicio... Tenía hambre de ese Ser que mana en mi interior y ante el que me sentía en adoración agradecida.
Comencé a trazar una especie de S al revés, una sola línea curva. Era la representación de mi ser de rodillas, con la cabeza profundamente inclinada. Me sorprendí disfrutando al elevar el volumen de mi mundo interior, al darlo forma visible, al tocarlo con mis dedos mientras difuminaba el pastel.
Era como acariciar mi sensación, como involucrar mi cuerpo en la expresión de algo intangible y espiritual. Disfruté trazando más y más curvas multicolores hechas de una simple línea adorante.
Disfruté recogiendo el polvillo caído y volviendo a colorear mi rudimentaria obra. Parecía resonar en mi interior: ¡Que nada se pierda, no desprecies nada de ti, plásmalo en tu vida!
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¿Qué dice de mí esta pintura? Me pregunté al terminar la lámina. Cogí una hoja de papel y empecé a escribir mis sensaciones:
- Me habla de mi aspiración al colorido y a la alegría. Me habla de mis formas suaves, blandas, redondeadas y abiertas. Me dice de mi amor, delicadeza y acogida a los otros; de mi predilección por las personas, de mi poner el corazón en el suelo para que los demás pisen blando.
- Me canta mi docilidad al Absoluto, a mi Dios y Padre, al que siento dentro y fuera de mí. Me habla de la rendición de mi "yo cerebral" a la primera realidad de mi ser (Dios mismo) y, desde ahí, a las demás realidades que me conforman.
- Me alerta de la humildad imprescindible para dejarme ver. Es una invitación a dar sencillamente, lo que pueda y como pueda, sin dejar que me tensionen mis perfeccionistas deseos o proyectos.
- Me habla de la Luz que me envuelve, me trasciende y me constituye, pero que tan pobremente expreso.
- Me habla de la Luz que me envuelve, me trasciende y me constituye, pero que tan pobremente expreso.
- Me siento llamado a no culpabilizarme, a aceptarme en mi pobreza, a seguir siendo humildemente dócil a lo que se expande desde mi interior, aunque apenas logre reproducir con mis actos un garabato.
- Siento cómo mis trazos multicolores me hablan del dinamismo que me empuja a salirme de la lámina. Me hablan de la fuerza centrífuga que me abre y de la fuerza centrípeta que me densifica y afirma.
Me quedé mirando mi pinturica largo tiempo. Me dejé empapar de aquellas sensaciones que me auto afirmaban, precisamente cuando me sentía de rodillas.
Un suave remolino me absorbió aún más dentro de mí. Allí seguía viva la "sensación de adoración". Sentí necesidad de abrazarla y dejarme impregnar.
Seguí escribiendo mientras contemplaba la lámina:
Seguí escribiendo mientras contemplaba la lámina:
- La sensación de adoración me mantiene anclado en mi ser, inunda todo mi cuerpo desde dentro. Se nombra también como admiración.
Admiración ante ese Infinito que me habita y ante el que me extasío, aunque no le comprendo, no le abarco, no le puedo explicar. Pero le puedo sentir. Es una sensación honda, profunda, dulce, ante la que mi cabeza no puede más que rendirse, quedar humildemente postrada.
- Me siento constituido por un sinfín de colores y luces. No los puedo tocar, no puedo razonarlos, no sé de dónde salen. Pero noto que me habitan, que me constituyen, que me dan vida.
- Siento que no soy yo el origen, que mi paz, mi amor, mi entrega, mi dulzura, mi cercanía, mi transparencia, mi fuerza, son pequeñas briznas de Alguien mayor que me impulsa desde dentro.
Aspiro a la Bondad toda, a la Cercanía toda, a la Dulzura toda, al Amor todo, a la Luz toda, al Equilibrio todo, a la Belleza toda, a la Gratuidad toda, a la Entrega toda.
- Me recojo, me inclino, me dejo habitar, me dejo llenar, me dejo vitalizar, me dejo dócilmente traspasar por esa fuerza que me inunda suavemente y me alimenta:
"Yo te adoro, Padre, porque te has sembrado en mí, porque brotas dentro de mí, porque me constituyes y me expandes. ¡Te adoro, Padre! Tú eres mi fuente, mi vida y mi felicidad. Estoy hecho de Ti".
Me quedé embebido repitiendo: "Estoy hecho de Ti, estoy hecho de Ti, estoy hecho de Ti"…
Y sentí un eco interior que repetía: "Estás hecho de Mí… Estás hecho de Mí… Estás hecho de Mí"...
Desde entonces ese eco me levanta, me fortalece, me pacifica y me acompaña.
¡Alabado sea mi Señor!
¡Alabado sea mi Señor!
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6 comentarios:
Muy bonita tu pintura. Me recuerda un junco cimbreándose, dejándose llevar suavemente por el viento donde Dios está. Sigue pintando. Un abrazo.
Expresión mística. Concepto humano que desea expresar el "Concepto Supremo"."Espejo" que a menudo rompe la materialidad de la vida humana.
Pedro, Santiago y Juan experimentaron, desde su entender, la felicidad celeste en Dios, en el momento de la Transfiguración de Jesús.
Qué belleza! Con qué simplicidad puede el alma elevarse y lograr la paz!
Creo que me voy a buscar la cartulina y las pinturas, Usted es inspirador!
Gracias! Isabel
Si el camino son la "artulina y las pinturas"... nunca se llegará al Dios, Abba, de los cristianos. Dios es amor, para llegar a Él, hemos de amar al prójimo. Lo demás son fantasías humanas.
Muy bueno compartir la propia experiencia de simple "cristiano de a pie" que satisface, desde su humilde puesto familiar, el deseo de sentirse parte de la Creación y en sintonía con el Creador que, desde dentro, le inspira esta necesidad de coomunicación...
Abrazo!
Contemplarlo me llevo a recogerme y ver un camino que me lleva al centro de todo , a la LUZ infinita. A sentir un espacio donde estamos todos unidos formando parte de este momento. ahí estamos todos en este presente sostenido por los brazos del Todo.
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